El Gobierno "revolucionario" de Maduro irrespeta y humilla de tal manera a los ciudadanos comunes en Venezuela, que les vende comida subsidiada de mala calidad: arroz y leguminosas (frijoles, arvejas, lentejas y otras) empacados con tierra, piedritas y astillas o palitos; harina de maíz vencida o que contiene poco maíz; café que no es café; productos transgénicos perjudiciales para la salud; alimentos que son envasados o empacados en condiciones higiénicas inadecuadas; y pare de contar.
Por desgracia el venezolano de a pie, que devenga unos sueldos miserables se ve obligado a adquirir esos "alimentos", debido al alto costo de la comida distribuida por el sector privado. Realmente si al Gobierno le importara un poquito la buena alimentación de millones de venezolanos, aumentaría los sueldos de acuerdo a lo establecido en el artículo 91 de la constitución nacional, en vez de seguir distribuyendo comida bien barata, pero de dudosa calidad, con la que además han estado negociando y enriqueciéndose algunos individuos dentro y fuera del país.
En pocas palabras, los venezolanos lo que necesitan es percibir unos salarios dignos para adquirir los alimentos que quieran, para no tener que recibir inmundicias y sobras "alimenticias" cortesía del Estado.