Una de las principales consignas de los sidoristas en la discusión contractual era el problema de los denominados tercerizados o precarizados, fenómeno este que surgió en Guayana producto de la privatización de la siderurgica del Orinoco que trajo como consecuencia la implantación de mecanismos de súper-explotación como es la precarizaciòn del trabajo asalariado.
La precarizaciòn del trabajo significa un retroceso en materia laboral, ya que al trabajador se le desaplica la ley del trabajo y no goza de ningún beneficio y su salario pasa a ser inferior al mínimo para vivir, pierde la prerrogativa de la sindicalización y a la discusión de las condiciones del trabajo, trabaja sobretiempo y horas nocturnas y no se las pagan, no goza de vacaciones ni se le pagan utilidades, es decir, que el neoliberalismo involuciona al siglo XIX, en materia de relación obrero-patronal, regresa a la era pre-Chicago 1.886, cuando el celebre 1 de mayo, la lucha por la reducción de la jornada a 8 horas, con razón Juan Pablo II lo llamó “capitalismo salvaje”, claro el sabia bastante de eso y es que su hijo putativo Lech Walessa, en su Polonia natal, perdió todo su liderazgo en los 90, y prácticamente desapareció del escenario político, por aplicar un paquete de corte neoliberal que hizo que el pueblo polaco se le alzara y el partido comunista resurgiera y ganara las elecciones; su sindicato solidaridad se hizo sal y agua por paquetero, no quedándole otra cosa que triste y acertadamente endilgarle al neoliberalismo el epíteto de capitalismo salvaje.
El regreso del capitalismo salvaje a la era pre-Chicago, tiene su manifestación en el trabajo precario, conocido en Guayana como “tercerizados” porque la empresa Techint-Ternium, creo una empresa integrada por Argentinos Menenistas, que decían ellos que era un “tercero” que contrataba al personal para SIDOR; y la transnacional privatizante decía que los trabajadores contratados trabajaban para ese tercero; era un mecanismo fraudulento, para la trasnacional de marras evadir pago de prestaciones sociales y demás proventos laborales; ahora lo peor de todo era que los tribunales laborales y las Inspectorìas del trabajo de Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar “chavistas” avalaron esa treta patronal.
Uno de los elementos que sirvió de argumento sólido para nacionalizar SIDOR, era precisamente la situación de súper-explotación de los tercerizados, en que mantenía la transnacional Techint-Tenium.
Pero una vez re-nacionalizada SIDOR, la burocracia cevegista y la derecha endógena ha empezado a decir que no se pueden satisfacer los pedimentos de todos los tercerizados, que “no hay cama para tanta gente”, y cualquier excusa es valida con tal y dejar a los tercerizados por fuera.
Pero el trasfondo de todo esto es que la derecha endógena es incompetente de luchar consecuentemente en contra del neoliberalismo y las taras que deja este; como es el caso de la precarizaciòn del trabajo, o los mejor conocidos como tercerizados en Guayana.
Y es que la derecha endógena está imposibilitada de resolver este problema porque precisamente forma parte del tinglado que mantiene esta situación de injusticia, tanto como dirigentes sindicales, ya que forman parte de una especie de aristocracia obrera que tienen intereses en las acciones clase “B”, es decir son accionistas de SIDOR, una de las formas de cantos de sirena que uso el capitalismo salvaje para que se calaran las privatizaciones, en los años 90; y esas acciones producen utilidades porque el estado socialista-bolivariano subsidio a Techint-Ternium, en electricidad, hierro de primera, agua, gas, dejo que la transnacional “internacionalizara”-Dolarizara- los precios y desasistiera al mercado nacional y de paso le “refinancio” una deuda, cuando Rangel Gómez era presidente de CVG, que si se hubiese renacionalizado SIDOR, en aquella época, el estado no hubiese pagado ni un dollar por ella, ya que le debía hasta el modo de caminar. En otras palabras, consideran que los tercerizados dentro de SIDOR, les rebajan las ganancias como accionistas clase “B”.
Y como burocracia cevegista, la derecha endógena también está imposibilitada de resolver el problema, puesto que como burócratas, o están interesados en el negocio de las “contratas”, las generadoras de la precarizaciòn, ya que son pequeñas empresas maquiladoras, o ya forman parte de las contratas.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar