Desmintiendo la publicidad política y comercial del Gobierno que asegura que ahora “PDVSA es del pueblo” o la pomposa afirmación del Ministro Rafael Ramírez de que la empresa petróleos de Venezuela es “Roja rojita”, sus directivos han desacatado la providencia emanada del Ministerio del Trabajo que conmina a la empresa a reengancharme en mi puesto de trabajo y pagar los salarios y demás prestaciones sociales dejadas de percibir luego de mi despido injustificado el pasado 28 de diciembre de 2007.
Así me lo hizo saber un representante de PDVSA el pasado martes 9 de diciembre, cuando en compañía de un funcionario del Ministerio del Trabajo, me hice presente en la sede de PDVSA en La Campiña, Caracas, para reinstalarme a mi puesto trabajo, como lo ordena el fallo emitido por el Ministerio del Trabajo.
El representante jurídico de PDVSA alegó en forma burda y leguleya que la providencia que ordena el reenganche, supuestamente no se ajusta a la ley y que es susceptible de interponerle un recurso de nulidad en los próximos seis meses, que es el plazo que le otorga la ley a los empresarios explotadores y violadores de la ley, para matar de hambre a los trabajadores y hacerlos desistir de luchar por sus justos derechos.
Lo sucedido no debe sorprendernos. La decisión de despedirme de PDVSA obedece a una brutal ofensiva del gobierno, la tecno-burocracia de PDVSA, la burocracia sindical, los patronos y los corruptos, contra los sectores clasistas y revolucionarios que en la industria petrolera, en las empresas del Estado, en la administración pública, en las empresas mixtas y en las empresas privadas, defendemos consecuentemente la autonomía de las organizaciones sindicales y los sagrados derechos de los trabajadores… por eso no me extraña la actitud de los funcionarios de PDVSA que han recibido órdenes de sus superiores de no acatar la orden de mi reenganche.
Desde hace más de tres años nuestra corriente político-sindical CCURA viene planteando que existe una “santa alianza” para destruir a las organizaciones sindicales clasistas existentes en el país. Esta fue una de las grandes denuncias que hizo nuestro compañero Richard Gallardo y por eso lo asesinaron a él y a los camaradas Luis Hernández y Carlos Requena en Aragua. Antes lo habían hecho con los compañeros Ponce, Edras, y Luis Delgado. A ellos los mataron, mientras que a William Díaz empleado de la Asamblea Nacional, a Armando Guerra de Hidrocapital, a mi persona y a otra gran cantidad de dirigentes sindicales honestos y luchadores nos han despedido… y cuando salen las órdenes de reenganche, ni el gobierno, ni los empresarios privados, ni las empresas mixtas, ni nadie quiere acatar las providencias del Ministerio del Trabajo.
El gobierno del Presidente Chávez no es obrerista
Cada vez es más difícil que alguien me convenza de que éste es un gobierno obrerista. No puede ser obrerista un gobierno que desde hace 5 años viene eludiendo la negociación del contrato marco a 2 y medio millones de empleados de la administración pública. No es obrerista un gobierno que toma la decisión de liquidar entidades irrespetando los derechos de sus trabajadores y su estabilidad laboral. No son empresas “rojas rojitas” ni socialistas las que desconocen los derechos de los trabajadores en Invepal, ni las que le impusieron un aumento de 12 BF a los petroleros cuando el barril de petróleo rondaba los 80 dólares, ni mucho menos conducidas por revolucionarios aquellas empresas que sostienen con miserables subsidios, demagogia y clientelismo político a los obreros como en Rualca. Nunca será socialista ni obrerista un gobierno que permitió que se reprimiera violentamente a los obreros de Sidor y que al cabo de 7 meses de que éstos le impusieran la nacionalización dela empresa, aún no se resuelvan los reclamos del cálculo correcto de los salarios y la absorción de 9.000 trabajadores sometidos al régimen esclavista de las contratistas.
Muchos compañeros dijeron que yo exageraba en febrero de este año, cuando se realizó un acto por mi reenganche en una de las salas de Parque Central. En esa ocasión yo afirmé que lo que se venía era una película de terror para los trabajadores y desgraciadamente no me he equivocado. Estamos en una situación donde cualquier funcionario de gobierno irrespeta los derechos de los trabajadores. Hace pocos días el Ministro de Cultura hizo un ataque violento contra el derecho a la huelga de los trabajadores del Teatro Teresa Carreño, que por fortuna fue derrotado por la lucha de los empleados. En PDVSA no se cancela la evaluación por mérito; en Edelca, empresas básicas de Guayana, en gobernaciones y alcaldías no se pagan los pasivos laborales; mientras que las inspectorías del trabajo se han convertido en las grandes promotores del paralelismo sindical para destruir a la UNT y para promover a sindicaleros que sólo les interesa atemorizar a los trabajadores, desconocer sus decisiones democráticas y aprovechar sus cargos de dirección para chantajear y extorsionar a los patronos como mecanismo para enriquecerse de la noche a la mañana.
Lucha hasta el final
Esta decisión contraviene la ley, porque para poder interponer un recurso de nulidad al cual la empresa tiene el derecho, primero que todo debe proceder a reengancharme, a cancelarme el mes de diciembre de 2007 y mis utilidades las cuales no me han sido canceladas. De todas formas, quiero decirle a la tecno-burocracia y sus jefes políticos, que no me quebrarán por hambre porque gozo de la solidaridad de los trabajadores venezolanos y si he luchado durante 40 años por los derechos de los trabajadores, con mucha más razón lo haré para hacer valer mis derechos.
No tengo ningún inconveniente para mantenerme firme en mi lucha, así se demore seis meses o un año más el proceso, porque el Ministerio del Trabajo ha fallado a mi favor y demostrado que la empresa violó mis derechos como trabajador y como dirigente sindical.