El científico social húngaro István Meszáros en conferencia realizada en el Banco Central de Venezuela la semana pasada exponía que “…. al final del túnel de la actual crisis mundial comienza a verse una luz, pero esa luz no es salvadora, sino los faros de un tren expreso repleto de explosivos de alto calibre, que viene de frente y a toda máquina a impactarse contra la humanidad. Por eso urge detenerlo, desmantelarlo y despejar la vía”
El llamado a la conformación de las patrullas de trabajadores no pudo llegar en mejor momento, momento en el cual los peligros acechan, se aligeran los planes del imperio y algunos elementos dentro del proceso por su incapacidad y su falta de calidad en la gestión les abonan el camino, llevando desanimo a vastos sectores de nuestra gente, le toca hoy al trabajador, al sujeto histórico de los cambios asumir la responsabilidad de levantar el entusiasmo, superando el discurso reinvindicativista, asumir el discurso político de lucha por la dirección del proceso, de lucha por un lugar al lado de nuestro Conductor Estratégico, El Comandante Presidente Chávez, pero para ello está de por medio garantizar una fuerte organización.
Los trabajadores acá y a nivel mundial son los únicos con capacidad de detener ese tren anunciado por el Doctor Meszáros, y en esta acción los trabajadores venezolanos deben asumir la vanguardia.
La tarea de hoy debe asumirse con mucha responsabilidad, nos estamos jugando a Rosalinda, a la mamá de Rosalinda y a las hermanas, en ello nos jugamos el futuro del proceso, esta tarea organizativa de conformación de las patrullas de trabajadores nos permitirá avanzar y bregar por el liderazgo de nuestro proceso revolucionario. Pero la patrulla no puede ser un papel de presentación, ni un número inactivo, no, las patrullas de trabajadores deben tener vida, una vida propia que les permita su crecimiento ideológico, crecimiento que permitirá resistir los embates del enemigo de clase y superar vicisitudes que se presentaran en el camino, no siempre la dinámica política va a ser electoral, se podrán presentar otros escenarios y para ello la clase trabajadora como vanguardia debe estar preparada y acá es donde las patrullas de trabajadores jugaran un papel fundamental como bastión de formación, bastión de estudio, de solidaridad y combate, por que sin esa organización y formación no podremos cumplir con nuestra tarea histórica dentro de esta crisis que no es otro que el de ser los sepultureros del sistema capitalista.
Pero no basta con detener el capitalismo salvaje, debemos también despejar la vía para que el proceso revolucionario venezolano continúe con el menor número de obstáculos, facilitarle la tarea a nuestro Líder y a nuestro Pueblo, para ello, insisto, debemos avanzar en la organización, realizar una contraloría social profunda en las empresas asumidas por el estado y prepararnos para asumir el control de los medios de producción.
La conformación de las patrullas de trabajadores es pasar a otro nivel, es un paso cualitativo, es abrirle la ventana a un sector que venia haciendo la tarea de acompañamiento, relegado, secundario, para que asuma su papel histórico, esto no será tarea fácil, los sectores que se habían acostumbrado al papel protagónico, buscaran la forma de poner sus trabas, pero debemos superar cualquier inconveniente, como decía el Chemiro Gabaldón, el camino es duro, amargo, difícil pero es el camino. Debemos tener conciencia que sin el rol protagónico de los trabajadores no existirá certeza de la victoria final.
Son muchas las tareas que tenemos por delante una de ellas, la madre de las tareas hacer del PSUV un partido revolucionario de los trabajadores, un instrumento al servicio de lo mejor de nuestros sueños y utopías, nutrirlo con lo mejor de nuestra historia y nuestras luchas, con el ejemplo y la pureza de Pío Tamayo, con la tenacidad de Jesús Faría y con la inteligencia infinita de Alfredo Maneiro, hacia allá vamos.