La clase trabajadora venezolana está atravesando por un momento crítico este año 2009, mientras que los grandes bancos vuelven a mostrar unos balances llenos de números positivos, y reparten dividendos a los accionistas como en los mejores tiempos.
Basta de la ontradicción entre un discurso público que tiende a hacer pensar que los trabajadores y el pueblo estamos muy bien, y una práctica política que tiende a desconocer los derechos de los trabajadores progresivamente. Las subidas del IVA y la actitud comprensiva hacia ciertos sectores patronales y las declaraciones que parecen descartar una reforma laboral progresista son inaceptables. A pesar de esta situación, un amplio sector de la burguesía presiona con dureza para que el gobierno devalúe la moneda y elimine el control de cambio. Es necesario poner fin a la escasa protección legal que todavía subsiste en la legislación laboral; y descartar la eliminación de la negociación colectiva para nuclear las relaciones contractuales y desconocer la presencia sindical revolucionaria en las empresas públicas y privadas.
Se trata de todo un desafío en un momento en que la crisis hace estragos en millones de familias trabajadoras venezolanas. En este contexto, la responsabilidad reacae sobre los dirigentes sindicales de FUTP (federación petrolera)V y UNT (unión nacional de trabajadores) para ofrecer una alternativa de lucha y defender a los botados y desempleados, los salarios, los servicios públicos y los empleos. La dinámica de negociar los planes de destrucción de la calidad de vida, no han servido para nada. El ejemplo de Mitsubishi, por citar uno, es obvio: se ha atacado las condiciones laborales y salariales, se intenta despedir a cientos de trabajadores fijos y contratads, y se golpea fuertemente a la organización sindical.
Los sindicatos de clase son organizaciones imprescindibles para los trabajadores y deben constituir una línea de defensa fundamental contra la destrucción de empleo, la caída de los salarios y una garantía para proteger a los desempleados y botados. Esto exige una política sindical dura basada en la movilización de la clase trabajadora, en la defensa de un programa de reivindicaciones sociales y políticas que inevitablemente entran en conflicto con los intereses de la clase dominante y sectores burocráticos de izquierda vendidos al sistema capitalista. Un sindicalismo de clase en estas circunstancias necesita tener una perspectiva socialista, para no ceder a la lógica del capital y convertirse en un apéndice del sistema. Los dirigentes de FUTPV han respondido a esta situación dramática para los trabajadores petroleros con continuos llamados al diálogo y a un supuesto “salario socialista”, que significa la congelación de los salarios y debilitamiento de la posición de la clase trabajadora petrolera. Las negociaciones colectivas se encuentran semi-paralizadas en diversos sectores, miles de trabajadores no ha percibido la aumento salarial correspondiente a una nueva CCP 2009-2011 y otros miles tienen congelado su salario desde hace más de dos (2) años, y lo más grave es que las cláusulas económicas no se aplican.
En estas condiciones, la estrategia sindical debe ser rectificada. Los dirigentes de la FUTPV y la UNT deben impulsar la lucha unificada y masiva de la clase trabajadora para frenar la ofensiva y obligar al gobierno a tomar medidas drásticas en beneficio de la mayoría de la población y expropiar a los capitalistas. El gobierno no puede pretender controlar la economía si no es el dueño de las empresas más emblemáticas de alimentos, construcción y los bancos; y los trabajadores estamos dispuestos a colaborar en esta tarea estratégica para el futuro de la Patria Socialista.
Afirmar que la clase obrera está paralizada por el miedo al despido y que no responderá a un llamamiento serio de sus dirigentes sindicales no se corresponde con la realidad. En tan sólo unas semanas hemos visto movilizaciones en las áreas operativas de PDVSA y en el sector eléctrico, incluyendo la tendencia a la organización de los trabajadores de Mercal y PDVAL, todo en defensa de los puestos y condiciones de trabajo. También, el apoyo entusiasta de los trabajadores para la adquisición gubernamental de las cafetaleras Fama de América C.A. y Cafea C.A. En el Oriente los trabajadores de PDVSA se movilizan pidiendo la discusión del CCP 2009-2011, con la iniciativa espontánea de los trabajadores o de los sindicatos derechistas o seudo revolucionarios. En este ambiente de rabia y descontento, los dirigentes de FUTPV y UNT tienen una gran oportunidad para pasar a la ofensiva y aprovechar la correlación de fuerzas para la revolución. El llamamiento a la movilización debe darse y debe ser organizado para garantizar que sea un completo éxito. La movilización debe marcar un giro a la izquierda en la estrategia de los sindicatos. Esta jornada de lucha no es una válvula de escape del descontento existente, ni una amenaza hacia el gobierno para que vuelvan a la mesa de "negociación", sino para trazar las líneas maestras para iniciar un programa que apoye a los sectores revolucionarios del Gobierno Revolucionario y el Presidente Chávez, en la ofensiva final contra los capitalistas hambreadotes del Pueblo. Como una garantía contra el desabastecimiento y la especulación.
La movilización debe ser utilizada para frenar las provocaciones de los capitalistas y sus secuaces en la administración pública, para obligar al gobierno y al PSUV a adoptar medidas que rompan con la lógica del capitalismo que obliga a los trabajadores y sus familias a pagar la crisis. Y eso sólo se puede conseguir mediante la movilización unida, firme y masiva de la clase trabajadora y los sectores revolucionarios.
La movilización debe unificar las luchas en torno a un programa de reivindicaciones concretas generales:
1. Basta de financiar el enriquecimiento de los banqueros y basta de créditos a los empresarios. El gobierno y el PSUV deben garantizar un subsidio de desempleo indefinido a todos los desempleados hasta encontrar un puesto de trabajo. Se debe impulsar la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias, repartiendo el empleo existente entre todos los trabajadores sin reducción del salario, y con una jubilación del 100% del salario.
2. La UNT y los sindicatos revolucionarios deben exigir la nacionalización de las empresas en crisis, sin indemnización y bajo el control de los trabajadores y sus organizaciones, para garantizar todos los puestos de trabajo.
3. Oposición tajante a ninguna reforma laboral retrógrada, para recuperar de la dignidad y la estabilidad en el empleo. No a las congelaciones salariales y por la recuperación del poder adquisitivo.
4. Plan nacional de defensa de las misiones socialistas y eliminación de su control burocrático.
(*) Lucidio García (CTMI)
Corriente de los Trabajadores Marxistas de PDVSA-Intevep
(garcialwx@pdvsa.com)
Patria Socialismo o Muerte....Venceremos