¿Para qué apoyamos a Venezuela en la OEA?

Los grandes avances en materia social jamás vistos en el país solo han sido posible en esta revolución con los presidentes Chávez y Maduro, a pesar de todas las dificultades a la que han sometido a Venezuela. Lo niegue o no la oposición venezolana ésta es nuestra mejor carta de presentación. No obstante, la mejor arma, el mejor escudo que distingue a un revolucionario, es la formación consciente y clara de nuestra ideología socialista, la sensibilidad humanista, el gran sentido por la igualdad y la primacía del interés colectivo, así como nuestro profundo amor por la defensa de nuestra Patria que muchos confunden y mofan con un papel higiénico o, peor aún, la consideran el patio trasero de los EE.UU. y por eso hoy tienen una postura entreguista ante la OEA para que Venezuela sea intervenida. Ante cualquier circunstancia hermano opositor, apoyar la contrarrevolución, alentar al apetito voraz de los gringos con nuestros recursos petroleros y minerales, respaldar la locura del Secretario de la OEA, Luis Almagro, es estar contra ustedes mismos; contra tu hermano que piensa, incluso, igual a ti; es la destrucción de la misma oposición venezolana, es estar contra la libertad; es respaldar el esclavismo que nos impusieron los imperios (antes el español y hoy el norteamericano), ahora con nuevos sistemas novedosos (guerras no convencionales); es estar contra la Patria misma, esa que se nos está yendo desde hace un tiempo.

Defender la soberanía contra la intervención extranjera es un acto de patriotismo para continuar con el juramento de nuestro padre Bolívar "de no dar descanso a nuestro brazo, ni reposo a nuestra alma, hasta que no hayamos roto las cadenas que nos oprimen del imperio"; para romper el maleficio de la esclavitud que durante siglos nos impusieron a los pueblos de la América y Venezuela su principal encanto por sus recursos energéticos; para que ninguna potencia extranjera nos siga dictando parámetros como otrora ocurría en el país, tal como someten a países como Haití, El Salvador y República Dominicana, bajo la amenaza de un bloqueo económico. Esta es la "democracia" que dicen los norteamericanos defender: truncar el derecho de los pueblos a emanciparse, a ejercer su independencia a través de su sistema político que libremente elijan. Apoyamos a Venezuela para continuar con la recuperación del manejo y administración de PDVSA y todo lo que significa la comercialización del petróleo, no solo para la acumulación de las ganancias y la reinversión en los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco, sino para la inversión social del pueblo, considerada como un gasto populista para los neoliberales; para ir hacia el empoderamiento de las actividades políticas y sociales en la Patria, por el aporte y crecimiento que ha tenido la sociedad en cuanto a la repolitización del país; para la democratización de nuestra economía y la conversión del proyecto bolivariano para la construcción de un país que avance hacia la derrota de la miseria, la ignorancia y la desigualdad.

Si apoyar a un gobierno que defiende nuestra Patria de las garras del tío Sam es el equivalente a estar cegado como dice la oposición, entonces los patriotas estamos "ciegos" por defender a Venezuela del imperio, porque la razón nos avala, porque percibimos con claridad las causas y efectos de esta crisis, así como los autores de ésta, sin que esto signifique que no veamos los errores o fallas que haya cometido este gobierno. Pero, se necesita tener un sentido muy antipatriota, de ignorancia y falta de amor propio para amparar una intervención extranjera en contra de tu propio país, especialmente si este país es referencia mundial como "cuna de libertadores". Durante El Caracazo los pobres no llamaron a la OEA, ni a las naciones Unidas, para que intervinieran la masacre que se cometía contra su pueblo, ni ellos tampoco sancionaron a quienes gobernaban para la época porque estaban masacrando a los marginales en la calle, ahora será distinto, nuestros gritos se escucharán hasta la Antártida porque los hijos de Bolívar tenemos sangre y sueños de libertad, no permitiremos otra Siria. No somos Colombia que su vasallo Santos permitió entregarse al imperio porque lleva sangre santandereana. No somos Argentina, Brasil, Panamá, Honduras, Paraguay, que no se atreven a reaccionar a lo que le dictan sus amos. Estamos dispuestos a ser libres para tocar por fin la verdadera emancipación, la luz que nos dejó Bolívar, que Chávez defendió y que hoy intentan arrebatarnos. Si sacan a Nicolás Maduro, la MUD no nos va a salvar de las colas, no solo porque nunca lo ha hecho, sino porque la cola más grande a la que no van a poder controlar será la de la dignidad de un pueblo que se alzará contra una intervención extranjera, tampoco podrán contra la cola de los que estamos dispuestos a hacer un sacrificio por nuestra Patria como ellos nunca lo hicieron; ni contra la cola de la rebelión de los pueblos del mundo que se alzarán para apoyar al país principio del origen. Nuestra Patria la queremos libre y soberana, solo unidos lo lograremos.

¡Abajo las cadenas de la OEA!

Fecha: 30/03/2017

(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.com

Licenciada en Administración



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Esmeralda García Ramírez

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