De una manera simbólica pero que marca la continuidad de un proyecto con trascendencia continental, llegó al Ecuador de manos de ese hermano pueblo, la espada de Bolívar y al frente un hombre que se las trae, que tiene un discurso muy parecido al de nuestro líder quien es el precursor de promover la doctrina Bolivariana, vigente hoy más que nunca en la mayoría de los países Bolivarianos.-
El novel presidente Rafael Correa con una formación académica envidiable, sin compromisos burocráticos con nadie, atacado por los medios, así como aquí a Chávez, derrotando todos los pronósticos y enfrentando el poder enorme del dinero, que a manos llenas repartió y ofreció el otro candidato, logró un contundente triunfo que deja claras varias consideraciones; una, la dignidad de un pueblo que para bien de la verdadera democracia, no cedió al chantaje, a la avasallante campaña de los medios, que allá tal como aquí, mienten, difaman y vilipendian contra el honor de quien les venga en gana; dos: que allá tal como aquí todos esos poderes, confabulados y con un hilo umbilical con el imperio, fueron derrotados en una demostración más de la conciencia, que desde aquí se ha irradiado a toda América y que ya suma varios países alineados por un mismo mensaje, que aquí tal como allá coloca por delante la dignidad de la persona con la base en los principios del socialismo de este siglo.-
Algún día tenía que llegar en que los pueblos despertaran para sacudirse el yugo que por tantos años significó la bota imperial, para quien todos nuestros países eran su patio trasero, por donde se chupaban nuestra riqueza, para devolvérnosla convertida en miseria, atraso y muerte.-
El discurso del nuevo Presidente de Ecuador se parece tanto al de nuestro Comandante y la reacción mediática es tan similar a la de aquí, que solo por ello ya podemos augurarle el mismo éxito que en nuestro país lleva 8 años calando en las mentes y en los corazones de nuestro pueblo, en base a realizaciones tangibles.
Ya, como afirma Chávez no estamos solos, en el concierto latinoamericano ya somos varias voces que van al frente y representan a millones de seres dispuestos a no dejarse quitar sus conquistas que durante siglos y por generaciones se venían intentando lograr.
En nuestro hermano Ecuador, se comienza, tal como aquí, apelando al poder constituyente, que generado en el poder soberano y originario del pueblo permitirá comenzar a lograr los cambios que aquí ya se están sintiendo y de los que por gracia de Dios somos testigos de excepción.
Tendrán ellos la ventaja de que nuestras experiencias les podrán servir de base para que, el camino a transitar con este antecedente exitoso, no sea tan traumático como aquí ha sido al tener que defender hasta con la vida, unos logros que no tendrán vuelta atrás y que han pasado la prueba a la que nos ha sometido el poder imperial.
La Venezuela Bolivariana será un espejo en que se podrán ver nuestros hermanos de otra Patria hechura de Bolívar como es el Ecuador, para emular todo lo positivo que hemos logrado y para lo cual tienen todo: llevan en sus venas la sangre y el coraje, herencia libertaria de nuestros mismos héroes, tienen al frente un presidente con un discurso claro y firme que sin ser copia fiel y exacta de la del nuestro, brota por sus poros la decisión inquebrantable de llevar adelante una verdadera Revolución que dignifique ese pueblo, que igual que el nuestro ha pasado por los mismos males y plagas de falsas democracias y a quien cuyas riquezas, que las tienen, no les han servido para superar la miseria, el analfabetismo, la exclusión en todos los ámbitos a que la dependencia de los organismos internacionales les han tenido subyugados y condenados, no solo a ellos sino a muchos pueblos del mundo.
Desde aquí, siguiendo el ejemplo de solidaridad que nuestro Presidente le ha demostrado al noble pueblo ecuatoriano, pidamos al Altísimo para que dentro del mayor clima de paz, la novel Revolución ecuatoriana, se desenvuelva sin que se tenga que derramar una sola gota de sangre, para que los congéneres mediáticos de allá no caigan en los terribles errores en que cayeron los nuestros, entregados dócilmente a los designios del gobierno de ese demonio viviente que es el actual presidente de USA, responsable desde ya ante la Historia de la peor masacre que jamás la humanidad haya sufrido