Opinadores de oficio

Escribir artículos, convertirlos en columnas indudablemente que es un oficio que cabe dentro del mundo periodístico especialmente si se vive en democracia, donde no sea necesario estar en la clandestinidad para decir lo que se piensa, y si se puede vivir de eso exclusivamente me atrevo a felicitar a quienes logren ese objetivo.

Lógico está, sin caer en el terreno del tarifado que sin duda alguna perjudica a la comunidad, aunque en la actualidad con la facilidad de obtener información en los medios digitales, pretender cambiar la realidad es bastante difícil, pues la gente siempre trata de estar informada más allá del chisme de la esquina o de la panadería.

Ya en un nivel superior los vemos y oímos en la radio y televisión. Aquí los diferentes tonos de voz y esa especie de modulación hasta dan a conocer lo verdaderamente cierto de lo que se está hablando. El numero uno aun no ha sido superado, Renny Ottolina marcó un estilo y una época. Ahora son muy pocos los originales, siendo más las veces que los despiden por no seguir lineamientos.

Es aquí cuando aparecen los expertos analistas, decía Adel Muhammad Tineo, una vez criticando a Calderón Berti en aquellas aspiraciones de gobernador del estado Anzoátegui. "Usted se lee determinado libro y se convierte en experto petrolero", tratando de descalificar al político. Así pasa en la actualidad, alguien lee tres o cuatros noticias sobre un problema internacional y ya se cree especialista, experto analista de la política de determinado país.

Y así en cualquier materia que se les antoje o le convenga. De analistas políticos, brincan con una facilidad increíble a analistas económicos y si se descuidan le meten al mundo de la sociología, sin estar graduados de nada, por puro olfato, porque ni experiencia tienen.

Los que están en el extranjero, pareciera que mientras más lejos residen son más valientes y aun sabiendo, abusan de sus conocimientos y credibilidad, se protegen en los títulos universitarios como para que no quede duda que son infalibles. Hablan con una propiedad súper solida incluyendo una autoridad que cualquier dictador les queda chiquito.

Daniel Lara Farías dice estar en Alemania, dice tener cien mil suscriptores, es literalmente una biblia de la política venezolana, la memoria es casi al infinito, todo un personaje. Pero a veces se empeña en unas cosas que están fuera del contexto de la realidad, por más informantes que tenga él no vive en carne propia los sucesos venezolanos, ¿acaso los que le escriben no pueden equivocarse?

Wender Enrique en Chile, aparenta ser un profeta, lo que no pudo ser en Maracaibo ni en el estado Anzoátegui. Aquí era tremendo chavista, sindicalista de Jose. Consiguió un programa radial y por desavenencias con el propietario se llevó unas láminas de cartón piedra que había conseguido de colaboración. Una vez lo oí decir que era chavista por conveniencia. Se fue y ahora pretende dictar líneas de acción contra el chavismo desde aquel país.

Allá dice ser una estrella famosa, aquí era apenas un imitador del locutor con mayor audiencia en Barcelona (Anzoátegui). El Periodista Augusto Hernández, este señor Wender no es periodista y no pierde oportunidad de incluirse en ese gremio profesional. Apenas realizó un curso de locución. Ahora apoyó las elecciones de Barinas, después de haber estado durante mucho tiempo contra los comicios electorales. Su razón de hacerlo, con esa loca superioridad, manifestaba, fue para darle una oportunidad al pueblo venezolano y después el marcaría la estrategia, por favor.

De los que quedan en Venezuela, tienen mayor fuerza los que se cubren detrás de una encuestadora de su propiedad, de allí hacen sus análisis, los que generalmente concluyen con una doble repuesta, manifestando puede ser que suceda así, como pueda ser que la cuestión termine asa. Todo un espectáculo verbal de la utilización el idioma.

Pero los campeones, por no calificarlos de folklóricos son los administradores de grupo, son una maravilla, en su mayoría fracasados en la política, deseosos de figurar, se inventaron una de promocionar y crear un grupo en la web. Por supuesto existen sus excepciones. Hay unos que son tan malos que tienen que publicar sus comentarios en otros grupos.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3552 veces.



Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

Visite el perfil de Claudio Schiveci para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Claudio Schiveci

Claudio Schiveci

Más artículos de este autor