La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Francia, cuya
sede se encuentra en la ciudad de París, da muestras de una
ineficiencia altamente sospechosa desde hace aproximadamente un año. Lo
dice responsablemente este venezolano, quien reside en esta ciudad
francesa desde hace diez años. Por esa embajada han pasado muchos
funcionarios diplomáticos corruptos e ineficientes a través de los
años, pero es realmente el último año el período que me inquieta. La
labor allí desempeñada es incongruente con la actual profundización de
nuestro proceso revolucionario. Y digo labor por respeto a los
trabajadores que allí cumplen con un horario y reciben órdenes. El
problema viene, obviamente, de la dirección de esta misión diplomática,
de su embajador.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se enfatiza
de forma reiterada el apoyo que nuestras instituciones deben prestar a
la Cultura, incluso en el extranjero. Sin embargo, la palabra Cultura
parece no existir en el léxico de nuestra embajada en Francia. De
hecho, esta embajada -en este país llamado "Cultural de Europa"- no
tiene siquiera un Agregado Cultural.
Aquí no se promueve la menor actividad cultural. En tanto que artista
venezolano residente en Francia (ver mi artículo
http://www.aporrea.org/actualidad/a30475.html) es algo que me consta.
Es absolutamente inútil que cualquier artista venezolano se acerque a
esa embajada para proponer algún plan cultural o solicitar el menor
apoyo. Sus interlocutores nunca están disponibles, no devuelven la
llamada, no atienden. El típico sacudón.
Una vez me quedé con un proyecto en las manos, un plan
inter-diplomático entre las embajadas latinas en soporte a los niños
latinoamericanos por ascendencia y relativo al aprendizaje del
castellano en las escuelas públicas francesas. Una cooperativa que
otros países mantienen desde hace mucho tiempo para posibilitar que los
niños tengan cursos gratuitos de la lengua de sus padres en suelo
francés. Muchas horas de trabajo redactadas que ni siquiera fueron
recibidas (no se me respondió mi solicitud de cita con el embajador).
En otra oportunidad pasó igual, esta vez se trataba de un proyecto
relativo a la creación de una pequeña escuela de música venezolana en
París. Misma Suerte, ninguna respuesta a mis e-mails ni a mis mensajes
telefónicos. En esa embajada se sufre de alergia a la Cultura.
Sus directivas son más bien destinadas a promover exactamente lo
contrario de lo profesado por nuestro proceso: ineficiencia, inercia y
bloqueo a la iniciativa popular! Allí no se ven signos de compromiso,
no se proyecta la diferencia entre los gobiernos de la cuarta y el
actual revolucionario. Los mecanismos existentes parecen exactamente
los mismos de antes (perdón, al menos antes allí acostumbraban tener un
Agregado Cultural y se hacían algunas cosas, pequeñísimas pero...).
Esto es de una insoportable incongruencia para quienes aquí vivimos y
luchamos a diario, por nuestra cuenta, en defensa y promoción de
nuestra cultura (y por extensión de nuestro proceso). Es indignante que
mientras el pueblo bolivariano esté librando una lucha protagónica más
allá de nuestras fronteras (a través de su modesta acción y con los
ínfimos medios de que dispone) la embajada sólo constituya un aposento
representativo al servicio de la ineficiencia y la indiferencia,
usurpando las funciones de vanguardia que les fueron asignadas en
Venezuela.
xavierpadilla@9online.fr