Parte del plan que prepara Trump mediante repatriación de venezolanos: ¡Lo que nos espera!

  1. Las sanciones y el bloqueo de Estados Unidos provocaron la mayor migración de venezolanos en un siglo. Son varios millones de venezolanos regados por el mundo, unos dicen que son cinco y otros que son tres millones. Cerca de un millón ha estado regresando y otros dos millones estarían por regresar, según sea la situación económica y política que se va a ir presentando en Occidente. Pero ese regreso no va a ser de gratis, traerá consigo encaletado un gran peligro para la estabilidad nacional porque entre estos migrantes hay muchos asesinos guarimberos, muchos terroristas, los cuales han sido entrenados en el mismo Estados Unidos, en Perú, Chile, Colombia, Ecuador y Panamá para que persistan en sus planes terroristas contra nuestro país.

  2.  Gran parte de los asesinados por los Comanditos de María Corina Machado durante los días 29 y 30 de julio pasado, fueron cometidos por migrantes que regresaron durante los meses de febrero, marzo y abril de 2024. Los jefes de muchos de esos comanditos, eran terroristas o guarimberos que habían sido entrenados en Texas, porque cuando a finales de 2023 el gobierno venezolano acordó con Estados Unidos enviar varios aviones para traer centenares de connacionales, de inmediato la CIA se movilizó para entrenarlos en operaciones de sabotajes y otras acciones terroristas. Además de dinero, se les dio información para que una vez en Venezuela recibieran órdenes de jefes de bandas delicuenciales como las del Wilexi, el Tren del Llano y el Tren de Aragua. De todo esto, estuvo previamente enterada el equipo de doña María Corina Machado. Por eso nunca se quiso reconocer al CNE ni al TSJ ni la Fiscalía. El plan de esta doña era poner el país patas arriba, y era tanta la plata que se había puesto en este plan que por todas las informaciones que manejaban estaban confiadísimos en que derrocarían a Maduro, y lo cierto fue que se vivieron momentos de mucha preocupación. De producirse un desmadre, una seria alteración de la economía, hubiésemos vueltos a los tiempos de la terrible guerra económica, de las espantosas guarimbas. CREO QUE NOS SALVAMOS DE MILAGRO!, PORQUE, DE VERAS, DIOS ESTÁ CON NOSOTROS.

  3. Lo del puñal encaletado de los gringos, de eso trata, como veremos históricamente, la llamada DIPLOMACIA DEL ENGAÑO. Nunca, en nada serio y decente Estados Unidos cumplirá con nosotros palabra o acuerdo alguno. Sus planes serán siempre intentar acabar con el chavismo, y su mejor carta en este momento es usar los migrantes venezolanos.

  4. Históricamente, eso ha sido así desde 1817, cuando Bolívar reconstruía sus desperdigadas fuerzas revolucionarias en el Orinoco, para trasmontar las montañas de Pisba e independizar la Nueva Granada. Es bueno que se sepan estos hechos históricos. Desde que nosotros decidimos entrar en guerra con España Estados Unidos ha procurado aprovecharse vilmente de nuestros recursos, de nuestros pueblos (confundidos, indefensos, mutilados y trastornados por toda clase de desgracias políticas y morales). Los Estados Unidos jamás han invadido a un país para imponer orden ni ilustración alguna sino para ahogar en sangre a quienes se les opongan a sus viles intereses mercantilistas. Es que no hay papel más bajo y denigrante que utilizar a conciencia a miserables y lacayos como los opositores de Venezuela, con fines de que nos esquilmen, de que nos invadan, y se apopien de nuestros recursos.

  5. Uno cree encontrar ciertas razones para ese encono solapado que todavía se siente contra el Libertador en Estados Unidos El carácter mercantilista del sajón del Norte y la imaginación del Libertador, forjada en todo instante en los linderos de la muerte y de la poesía trágica, tenían por fuerza que repelerse. Empecemos por recordar, que España y Francia prestaron grandes servicios a la causa de la independencia de los Estados Unidos, por lo que nuestros patriotas, una vez que en 1811 declaramos nuestra independencia, en los inicios de nuestra revolución, al menos aspirábamos con la neutralidad de Europa y Estados Unidos. No fue así. En un principio, algunos ingenuos contaban con la ayuda de países "amigos de la libertad". No hay duda de que se tuvo esperanzas en la ayuda del vecino del Norte, que hacía poco se había liberado de la dominación de Gran Bretaña. Es decir, se llegó a considerar a los norteamericanos, hermanos, por haber sufrido los efectos funestos de la colonización y por ser, después de todo, hijos del Nuevo Mundo; que además conocían los tremendos sacrificios que representaba enfrentarse a un país poderoso por tradición guerrera, como lo eran los viejos imperios de Europa; que sabían que nuestra lucha iba a ser más terrible, por cuanto sería afrontada por un pueblo en su mayoría gimiendo en la esclavitud, sin recursos militares, sin ninguna experiencia en la administración de gobiernos, sin ejércitos y sin la fuerza de cohesión moral de lo que se puede llamar pueblo. Nuestros pueblos estaban sumidos en la mayor ignorancia, en clases establecidas por los colonizadores españoles, infeccionadas de odios, temores y recelos.

  6. Aunque al principio se buscó ayuda en el Norte, la gran esperanza se concentraba en Inglaterra, donde Miranda desde hacía muchos años realizaba una ardua labor revolucionaria. Estas esperanzas se desvanecieron cuando Inglaterra, dirigida, como siempre, por intereses meramente mercantilistas, decidió dar apoyo a España en su lucha contra Napoleón. Para entonces ya Venezuela había quemado las naves y se encontraba en pleno hervidero revolucionario. Nunca pueblo alguno se lanzaba a una lucha tan peligrosa en medio de recursos deplorables y rodeado por el sombrío silencio de las naciones poderosas.

  7. En aquel horror, parecía que Bolívar desafiaba los mil demonios de la guerra contando sólo con su valor y el valor de unos cuantos inexpertos soldados. El terror y la tragedia no tardó en llegar, y aunque Bolívar -como veremos- estaba dispuesto a luchar contra el mundo entero, si el mundo entero se oponía a la causa de la libertad americana, el grueso de los políticos no podía dejar de considerar la posibilidad de un tratado con alguna nación poderosa. En este sentido, encontrándose casi todos los caminos cerrados, se pensó seriamente en conferenciar con Rusia. A tales extremos habían llegado la angustia y la desesperación, que se pensaba en un país tan extraño y desconocido para nosotros, tan distante en todos los sentidos y que además era gobernado por una aristocracia despótica y que tenía -como lo demostró más tarde- grandes intereses en común con los imperios monárquicos de Europa. Esto podía catalogarse de locura o síntoma de desorientación, de la más desastrosa agonía política e ideológica.

  8. La pregunta vuelve una y otra vez, en medio de las mil veces que hemos sido traicionado por Estados Unidos: ¿Qué hacía con respecto a la independencia suramericana el poderoso del Norte, nuestro vecino? La rica, fresca, impasible, extensa y vigorosa América del Norte contaba 35 años de haberse declarado independiente cuando nosotros firmábamos nuestra Declaración, por allá en el año de 1811. Así, pues, que no debía ser por falta de madurez y poder militar y político por lo que Estados Unidos se mostraba reacio a dar una contundente ayuda a nuestra lucha. A diferencia de los gobernadores del Norte, Simón Bolívar libertó el extenso territorio de la Nueva Granada, hoy el país de Colombia; cruzó los Andes e independizó también al Ecuador, al Perú, y fundó la República de Bolivia. No sólo eso, sino que quería inmediatamente hacer planes para libertar Cuba y Puerto Rico. Es de advertir que la libertad de Cuba se vio estropeada durante dos generaciones, porque Estados Unidos en connivencia con Inglaterra hizo saber a nuestros patriotas que no estaban de acuerdo con la inmediata independencia de aquella isla.

  9. Es decir, que si Estados Unidos permitía que nos debatiéramos en la más horrorosa escasez de recursos era sencillamente porque poco le interesaba el que fuésemos esclavos o independientes. Fue así como durante más de diez años mantuvo una inexcusable imparcialidad a pesar de los innumerables pedidos de ayuda de nuestros pueblos. A veces su imparcialidad se traducía en burla, en desprecio e incluso en una sórdida alianza con los enemigos de la revolución. Los patriotas, fatigados de recibir negativas y excusas de neutralidad con el invasor español, decidieron cancelar sus ansiosos pedidos a Estados Unido.

  10. Mientras así nos trataba Estados Unidos, Haití, uno de los países más pobres del mundo, trastornado por toda clase de calamidades sociales, en condiciones económicas deplorables, tuvo la infinita nobleza y generosidad de ofrecer hombres, armas y dinero para nuestra libertad. Compárese el pasado con el presente y véase la funesta actitud del país del Norte ante los débiles de Latinoamérica. En la década de los ochenta, enviaban armas a El Salvador y a los Contras en Nicaragua, no por la libertad de esos países, por supuesto, sino porque, como ellos mismos dicen, se estaba peleando en su backyard, en la parte trasera de su patio, en el basurero de su corral.

  11. Detengámonos un momento y veamos en qué consistía la imparcialidad de Norteamérica en nuestro conflicto. Primero, el gobierno del Norte hizo presos a numerosos ingleses que venían a servir bajo las órdenes del Libertador. Además, promulgó una serie de leyes para impedir toda clase de auxilios a los patriotas. Una de ellas decretaba diez años de presidio y diez mil pesos de multa a todo ciudadano en Norteamérica que quisiera proteger la causa de los independientes suramericanos. Según palabras del propio Bolívar, estas leyes inexorables equivalían a declarar la muerte a los que simpatizaran con nuestra revolución. Estas leyes estaban aún vigentes para el año 1819, ocho años después de haberse firmado nuestra declaración de independencia.

 



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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