Estimados camaradas socialistas, este es uno de esos artículos que uno no quisiera escribir, porque al final, seguramente, nada se consigue con ello y además, lo toman a uno por quinta columnista, pero como uno escribe por conciencia y para defender a la revolución, pues bien, no puedo dejar pasar la casi burla que se ha hecho, con el sector más importante y más necesitado de nuestra sociedad como son nuestros bien amados viejitos, como es posible que nuestro presidente anuncie la homologación de la pensiones de sobrevivientes, que la asamblea promulgue la ley y hoy, cuando nuestros compatriotas de la tercera edad van a cobrar su pensión, resulta que le entregan la misma cantidad que le han entregado siempre y además, las pensiones siguen homologadas al sueldo mínimo del 1 de enero, es decir, 1.060 BsF., y no al actual sueldo mínimo de 1.200 BsF.
El sentimiento que me embarga ante este suceso, creo que queda explicado, de mejor forma, con el siguiente suceso que me tocó presenciar el día de hoy en la mañana, en la sucursal del banco “100% Banco”, ubicado en la Candelaria, a saber: acompañando al padre de mi compadre en la cola para cobrar la pensión de sobreviviente de su finada esposa, había tres personas delante de nosotros, un viejito que por el acento presumo que es gocho, que durante todo el tiempo y les dijo que fue un largo rato, este viejito no hacia otra cosa que alabar al comandante presidente Chávez, decía que había sido el único justo con las personas de la tercera edad, que era el único gobierno que realmente les pagaba al día y que además, era el único que les había hecho justicia al homologar la pensiones y eso que muchos en la cola, con claro talante antichavista o murmuraban o claramente lo increpaban.
Para no alargar mucho el cuento, el viejito se defendió de todas las indirectas y muy ufano y orgulloso paso a cobrar su nueva pensión y entonces, su cara, su cara mis queridos camaradas, era un auténtico poema, si hubiese tenido cámara le sacaba una foto porque era más que explicativa de todo, lo que yo ahora, trato de explicar con palabras, la desilusión, la rabia, la frustración, el enojo, la desesperanza, todos esos sentimientos juntos amalgamados en un rostro, bastaba con ver a aquel viejito para que a todos en la cola se le helara la sangre, ya que era más que claro que de homologación nada y si bien aquel buen hombre se tragó todo su orgullo y salió de la entidad sin emitir un sonido, los improperios, groserías, ajos y demás adjetivos, adverbios, epítetos y afines, que en ese banco proferían todos y cada uno de los viejitos que iban pasando para retirar su tan justo y tan escaso dinero, ganado en una vida de trabajo honesto, no me serían posibles escribirlos aquí, ya que mis buenos amigos de aporrea jamás me publicarían el artículo.
Qué triste es engañar a los viejitos, que doloroso hacer burla de personas que ya están en el último suspiro de vida, como si todos no tuviésemos un viejito a quien querer o como si no fuera cierto, que todos, con un poco de suerte, a viejitos llegaremos también. Es un abuso, una tamaña infamia jugar con la vida, con la salud, con la felicidad de nuestros viejitos, eso señores no tiene perdón. Ahora bien, yo no quiero dejar esto en este punto y mucho menos dejar entrever que esto es culpa de nuestra revolución, de nuestros ideales y mucho menos de nuestro comandante presidente. Hay que ser justos, poner los puntos sobre las ies y culpar a quien hay que culpar.
Este suceso sirve, una vez más, para demostrar lo que ya he tratado en artículos pasados y que no es otra cosa, que nuestro presidente va a la vanguardia de la revolución y a paso redoblado y el resto de su equipo va bien, pero que bien atrás de la retaguardia y se para para descansar cada 4 minutos. Veamos ahora este suceso punto por punto, recordaremos que en el mes de enero, nuestro comandante hacia el anuncio de que se debería proceder a la homologación de las pensiones de sobreviviente al salario mínimo, pues bien, nuestra tan eficiente asamblea nacional se hecho tres mesecitos en aprobar y promulgar la ley y eso que tenemos más del 90% de la asamblea en nuestras manos, a lo que yo me pregunto, ¿Cuántos viejitos no se nos murieron en el ínterin?.
Luego de esto, en un programa televisado, nuestro comandante firma el crédito especial, que permitirá al IVSS cubrir la nueva homologación de las pensiones, eso, si mal no me acuerdo, fue a finales del mes pasado, es decir, a finales de abril. Todo hacía presagiar que en este mes nuestros viejitos tendrían la nueva pensión y el prometido retroactivo desde el mes de enero, después de esto, está más que claro, que se hallan llenado de ilusiones nuestros viejitos y por ende, que la desilusión y la desesperanza los embargara al ver la cruda realidad. Señores, pedirle calma y tiempo a los jóvenes es normal y hasta justificable, pero pedirle tiempo a una persona que ya no cuenta los años que le faltan, ni siquiera cuenta los meses, ni aun los días, sino que está pendiente hasta del último minuto de su vida, pedirle tiempo es una mezquindad y una grosería.
Para no alargarme demasiado y comenzar a concluir el artículo, una vez más, vemos a nuestro líder con ideas claras, firmes, teniendo siempre en cuenta al más necesitado, realizando una encomiable labor de estado y en la práctica que ocurre, pues lo de siempre o lo de casi siempre, una ineptitud, una inacción, una inoperancia terrible y en este caso se ve más que agravada, ya que pareciese que nuestro líder tuviese que tener la idea, redactarla, sancionarla, ejecutarla, llevar el dinero al banco y el mismo pagar. Señores, por favor, es el colmo y lo peor del caso es que aparece nuestro líder como la cara visible ante los viejitos, de esta burla, de este sin razón.
Señores del gobierno A TRABAJAR y señor presidente el que no sirve BOTELO, pero ya esta buena de que Ud. se queme y se queme al frente del gobierno y no se ve en el firmamento nadie que lo apoye.
pito0726@hotmail.com.