Estimados camaradas socialistas, estaba leyendo un artículo, aparecido en la prensa nacional, en donde el alcalde del municipio Sucre, el Sr. Ocariz, denunciaba que la policía al incautar el armamento a los ladrones que capturaba no lo destruía y este armamento volvía, una vez más, a las calles venezolanas para enlutar y llenar de sangre a nuestras familias.
La veracidad o no de esta afirmación es muy cuestionable, pero en honor a la verdad, no es el fondo del asunto que quiero tratar, ya que si bien es harto peligroso que un malandro o hampón se haga poseedor de un armamento, no es menos cierto, que este sin balas no es peligroso y si bien, a la hora del robo puede ser que este armamento en cuestión tenga una carga en su interior, no es menos cierto, que esta es finita y de corta duración.
El fondo del problema, que además, es el asunto que realmente me llama la atención y es el que quiero tratar en este artículo, es saber de dónde el hampa común se provee de municiones para sus constantes incursiones hamponiles, ya que es aquí donde reside uno de los principales problemas del delito en Venezuela, la constante provisión de balas, que a veces pareciera, a las películas viejas del oeste Norteamericano, donde a John Wayne jamás se le acababan las balas, pues de la misma forma, a nuestros hampones tampoco se les acaban las balas.
Ahora bien, para encontrar la causa de un problema hay que ir, de una vez, a la raíz de este, a la base, al origen y en el caso de la provisión de armas la base es CAVIM, la fábrica venezolana de armamento, en este caso, creo que aquí poco o nada se podría entrever de culpabilidad, porque los controles que se ejercen en esta empresa, son férreos y realmente me resulta muy difícil de creer que por aquí van los tiros.
Los siguientes en la lista de proveedores naturales de municiones son las armerías que hay en el país y nuevamente creo que poco o nada sacaremos en limpio con esta gente, ya que aquí se ejerce un control muy riguroso y quizás, no lo niego, haya más de uno con ansias desmedidas de lucro que sea capaz de vender su alma al diablo y proveer a los delincuentes de las balas tan necesarias, pero como dijo no creo que el volumen de balas que esta gente sea capaz de comercializar sea el meollo del problema.
Siguen en la lista de los posibles proveedores los pequeños importadores, que usan el sistema de encomiendas para burlar los controles aduanales y así poder contar con un pequeño lote de municiones, pero el volumen y la variedad de estas, si bien creo que la gran mayoría termina en el hampa común, vuelvo y dijo, dudo mucho que sea un volumen importante como para achacarle la mayor parte de la culpa, aunque su colaboración mas la poca de algunas armerías inescrupulosas comienzan a hacer un numero un poco mayor, pero ínsito, aquí no está el problema.
Ahora bien, ya al final de la lista se encuentra, la que para mí, es la gran proveedora de balas y pertrechos al hampa venezolana y no es otra que la policía, si bien se dirá que el ejército tiene un mayor volumen de municiones, los controles sobre los soldados es realmente impresionante y si bien, no dudo que haya más de un guardia con ansias desmedidas de riqueza y se preste para este negocio, no es menos cierto, que la que posee los controles de menor importancia y además, tiene el contacto más directo y más importante con la delincuencia en Venezuela es la policía y cuando dijo policía, me refiero a toda la policía, a las municipales, las de la gobernación, las metropolitanas y hasta las nacionales.
Es aquí, mis estimados camaradas, donde está el meollo del problema, es justamente para mi aquí donde tenemos el origen del gran problema de la delincuencia, es increíble y hasta absurdo, que sea la misma policía que combate el crimen, el que le dé las municiones necesarias a estos delincuentes para realizar sus fechorías, siendo en muchos casos, estas balas mal vendidas las causantes de más de una muerte de policía.
Es complicado hacer este análisis, pero yo quiero dejar muy en claro, que esta es una humilde opinión, basado única y exclusivamente en dos hechos, más que claros y concretos, el primero, es que el hampa ataca y ataca y jamás se le acaban las municiones, así que de algún sector salen estas municiones y el otro aspecto en el que me baso es en el continuo informe de destituciones de policías corruptos, en todas las fuerzas del país, donde nos enteramos que muchos policías son los responsables de secuestros y crímenes de toda índole.
Estimados camaradas, es hora que el gobierno tome el toro por los cachos, llego el momento de descubrir este misterio, que pareciese más difícil de resolver que el famoso nudo gordiano, pero como dijo, si bien no puedo acusar a nadie, ya que no tengo pruebas ni es mi intención, mis sospechas no están muy lejos de una posibilidad muy real, ya que todos los días vemos como expulsan a policías corruptos y el parque de municiones del hampa no se agotan.
Ya para finalizar solo le quiero recomendar al alcalde de Sucre, el Sr. Oscariz, que antes de buscar el problema por lejos y en la casa del vecino, primero debemos revisar la nuestra y estar muy seguros que de aquí no sale el problema, para entonces poder exigir a terceros que cumplan con su parte.
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