El tintero del cagatinta

Salí del trabajo y me fui  a uno de mis lugares escondidos, cansado de cumplir mis labores llamé a una amiga y la invité a cenar conmigo, creo que la intimidad es un espacio que ni la revolución podrá impedir al ser humano. La intimidad no va más allá de las personas que nos conocen y han compartido  algún tiempo en nuestras vidas, todos tenemos una intimidad que es intocable.

Entre las palabras y la comida china ella me comentó sobre uno de sus pretendientes que me llamaba el cagatinta. Será porque  me lee y sigue mis letras. Más allá de los celos, que me halagan, cuando escuché de su boca que me llamaba cagatinta,  recordé la suma de comentarios que a veces leo debajo de mis escritos, en más de uno se me critica porque escribo sobre diversos temas. Igual no me a importado nunca nada de la cantidad de improperios que se pueden leer bajo mis palabras, hasta los que me detestan, para detestarme me leen, y me critican.  

No debo contar más acerca de las apreciaciones de quien me llama cagatinta, es un amigo de mi amiga, por ella me lee y le debo respeto. Pero que buen tema de disertación que nació en mi mente. Que de cosas por decir. Para empezar comenzaré aceptando que yo si soy un cagatinta, también un lamebotas y muchos otros epítetos con los que me señalan. Escribidor, como me nombrara otro redactor de kaos, en un artículo respondiéndome a uno de mis escritos. De escritor a escribidor no hay mucha distancia. Si al  tildarme escribidor pretendieron ofenderme, más hicieron que tomara conciencia de mi labor, como hoy cuando me llaman cagatinta.

Kaosenlared y Aporrea son espacios abiertos para todos los que sentimos que tenemos algo que decir, más allá de títulos o diplomas. Son periódicos virtuales para que se exprese la opinión que nunca tuvo espacios en los medios del mercado, espacios para los sentires revolucionarios. Yo recordaba entonces cuando empecé a escribir para estos medios, como cualquier mortal, escribía y enviaba mis escritos a los diferentes medios. Tuve la suerte de que una vez Aporrea me publicó uno, a los meses Rebelión me publicó tres seguidos, (los únicos), luego Kaos y de a poco, cada uno de estos hermosos medios me pidieron que fuera uno más de sus redactores.  

Jamás ninguno de ellos me ha pedido otra cosa que las palabras que me brotan del alma, jamás ninguno de ellos me privó del derecho a publicar mis propios sentimientos. Han sido en mi vida un gran apoyo y puente para que muchos ya en todo el mundo conozcan mis ideas. Me costó, se los digo. Nada a sido gracias a influencias ni favores. Solo mis letras son las que me han brindado estos breves espacios con los que cuento para escribir mis reflexiones de la vida, yo, un revolucionario como hay muchos en este mundo, humilde, como debemos serlo, asumí este privilegio con el compromiso de cumplir la misión que mis propias palabras me signaron: ser voz de la revolución necesaria de este mundo.

Con el pasar de estos años he leído a quienes como yo, se han ganado el mismo espacio. Son mujeres y hombres comunes que igual que yo expresan en letras su visión del acontecer cotidiano. Igual leo, cuando el tiempo me lo permite, los comentarios a mis artículos y a los de muchos de quienes como yo, son redactores de oficio. A todos se nos tilda de tarifados, ¿Qué les parece? A nadie se le paga por escribir en aporrea o en kaos, o mejor que esto, el pago no es en dinero, es en  valores muy diferentes.

Per para ir terminando mi escrito, quiero regresar a la palabra con la que comencé: cagatinta.

A pesar de no entender muy bien la relación del culo con la pluma, antes que sentirme ofendido me pareció justa la apreciación de quien me puso ese remoquete.  Hay quienes me agreden por ser tan diverso en mis temas, otros me acusan de adorador de Chávez y de lamebotas. Hoy quise decirles que tan solo me basta con sentirme útil al saber que mis letras iluminan a uno, por lo menos. Que mis palabras son las palabras de muchos, la esperanza de todos.

Yo si soy un cagatinta, y también un chupamedias. Soy apenas uno más de los que combatimos a diario por esta patria de sueños y por el continente entero. Soy un chavista furibundo y PSUVista igual. Seguiré hasta el final de mis días aportando mis letras para aquellos que las aprecian, dando todo el aliento de mis pulmones por una revolución que no puedes menos que ser la última gran revolución de todas y todos. Por el socialismo eterno que nos liberará de la esclavitud al dinero.

Yo no dejaré nunca de ser quien he logrado ser. Jamás de agradecer a quienes han sido apoyo para que mis letras se difundan y menos traidor de todas y todos aquellos que comparten mis sentires.

Venceremos.

brachoraul@gmail.com   


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Raúl Bracho


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