Delincuencia amparada en política y políticos en delincuencia

En la Venezuela de ahora, estrictamente hablando, que se sepa no hay presos políticos. No puede serlo un periodista que estafó a una entidad pública, causando daño al patrimonio nacional, por lo que el Estado, mediante los mecanismos usuales le condenó y encarceló. Tampoco un alto jefe militar que no pudo explicar el destino de cuantiosos recursos puestos bajo su administración y menos los jefes de un cuerpo policial responsables de agresiones y muertes colectivas; tampoco se podría decir lo mismo de un acaparador de automóviles, en agavillamiento, camuflado de periodista, por dueño de una televisora. Así se explica la situación de detenidos conforme a derecho y exiliados a voluntad por actos que van desde peculado, daño a la propiedad pública, agresiones personales hasta de carácter lascivo. Por eso, en el país se dice que no hay presos políticos sino políticos presos por delincuentes. Los más se hayan en Perú, en exilio dorado.

Pero en la oposición venezolana ha prendido la idea que a falta de mejores credenciales, para destacar, es bueno provocar y hasta caer en el ámbito de lo punible; ese extraño proceder de hacerse “mártires” le utilizan para ganar adeptos y elegibles al cuerpo legislativo nacional y la presidencia.

La cárcel ha servido para muchas cosas. En política para acallar, castigar inútilmente o reducir a la nada a oponentes. A veces, por torpeza del gobierno de turno, se hizo del preso un mártir, y hasta un "proyecto en movimiento", si aquel "tenía con qué".

Con la cárcel Gómez y los adecos "tranquilizaron" a más de uno. Pero pese a eso, hubo presos que sacaron provecho a aquella difícil condición. ¡Y muy fea era la cosa en un calabozo gomecista o adeco!

Hubo personajes que deben más su fama a un carcelazo que a otra cosa. Y presos pesados y molestos que, como tales, hicieron mucho daño a sus carceleros.

Por esto, la CIA y el gobierno de Bolivia, prefirieron aplicar aquello de "no cargo preso amarrao", y ejecutaron al "Che". ¡Hubiese sido un preso muy pesado!

En cambio, Regis Debray, detenido con el jefe guerrillero, de escritor desconocido, pasó a hasta oráculo de la nueva situación. En la carrera fue a parar en el gabinete de gobierno de Francois Mitterand.

A David Alfaro Siqueiros, muy conocido en los círculos intelectuales de América Latina y Europa por su condición de integrante de la brillante trilogía del muralismo mejicano, le hizo popular un afiche, en el cual aparecía su rostro tras los barrotes y una simple leyenda : "Libertad para Siqueiros".

¿Y Mandela? El líder surafricano quizás fue el preso más famoso del pasado siglo. Hizo del cautiverio su arma de combate. Si Ghandi y Martin Luther King, usaron la no violencia como arma devastadora, Mandela, su condición de preso por razones racistas. Su larga permanencia en la cárcel no sólo lo hizo famoso, fortaleció su liderazgo, sino que a la larga le llevó a la presidencia de su país, dónde un negro valía poca cosa, y a la historia.

Y muchos, desde que el mundo es mundo, han querido que, como "a falta de pan buenas son tortas", sea un carcelazo visto como injusto, el medio que los lleve al poder o fama. Alvarez Paz, Ochoa Antich, Calderón Berti, etc, esperan que lo mismo, breve y noticiosamente sustancioso, le pongan en la carrera presidencial. El señor Guillermo Zuloaga, hecho un mártir por la SIP, no por acaparador sino por lo de falso periodista, pues no le mete a la escritura, si mucho al disparate, con poco talento, pero mucho real, se puede estar trazando la misma meta. En este emblemático caso, se quiere ocultar un proceso penal, por presunto acaparamiento con fines especulativos y agavillamiento, tras el burladero del ejercicio periodístico, libertad de opinar y hasta la polìtica.

Pero no basta que les metan preso, y menos en una cárcel blanda o exilio dorado, si no se tiene con qué.

Hacen bulla a favor de causas inútiles e injustificadas. Sirven como para atraer la atención. A algunos es bueno ignorarlos; que perezcan de rabia, no como el cucarachero enjaulado, sino por exceso de libertad.


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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