Los contables y muchos colegas suelen desestimar la “histéresis de los costes” a futuro para proyectar las cuotas de oferta, por ejemplo, de exportación. Nosotros observamos que resulta paradójico pensar que unos precios puedan modificarse a corto o mediano plazos por causa de los nuevos aportes que modificarían el volumen tomado en la muestra del estudio correspondiente. Más bien, la histéresis se explica por la conducta precedente en un mercado particionado y penetrado por industriales tradicionales con fuerte peso competitivo, además del propio espíritu ganancioso o especulativo que se anida en el comercio burgués. (Cf. “Pricing to market”)
Veamos: El proceso sobredevaluacionista monetario sufrido por la economía venezolana desde hace varias décadas, sin que nuestras exportaciones no mineropetroleras hayan mejorado sustancialmente, demuestran que con cada brote inflacionario, derivado de la devaluación sucesiva del bolívar, el nivel alcanzado de precios al consumidor histéricamente tiende a su conservación.
La primera gran devaluación fue durante el Viernes Negro que en Venezuela, se refiere en síntesis al día viernes, 18 de febrero de 1983, cuando el bolívar sufrió una devaluación frente al dólar estadounidense, derivado de políticas económicas asumidas por el entonces presidente Luis Herrera Campins, cuyo gobierno en el momento recurrió al control de cambio, imponiendo una restricción a la salida de divisas. (Cf. http://es.wikipedia.org/wiki/Viernes_Negro_(Venezuela).
Es curioso y lamentable que se llame “control de cambio” la intervención ejercida por un gobierno cualquiera que es de una transitoriedad garantizada, y en reemplazo del verdadero control que naturalmente imponen las reglas, principios y leyes de la Economía, al margen de voluntades coyunturales que aspiren torcer el curso económico de inquebrantable desarrollo.
La estabilidad del bolívar se vio alterada por una Economía controlada por gobernantes que dejaron mucho qué desear, y cuya recuperación sigue lejos de lograse. Por el contrario, después de 30 años se sigue aplicando el mismo recetario burgués inspirado en la perniciosa conseja emanada de los mismos centros mediáticos que jamás podrán permitir que estos países industrialmente rezagados puedan mellar los privilegios ya conquistados por quienes en materia de industrialización picaron adelante desde hace sus buenos doscientos años.
El grado de megadevaluación de nuestra principal unidad de medida económica, el bolívar, puede apreciarse cuando vemos que una paridad de Bs. 4,30/$ , impertérrita hasta el parte del primer bimestre del año 1982 (viernes “negro”), hoy se ubica en Bs. 5.000,00, aprox. /$, según confiesa el Banco Central de Venezuela*/. Mal traducido, diremos que en Venezuela ha habido un crecimiento de precios del orden de 116.279%. Este asombroso empobrecimiento de nuestro signo monetario sólo indica el fuerte aceleramiento del empobrecimiento estructural de nuestra economía, paradójicamente a pesar o por causa de las innegables y cuantiosas inyecciones de capital estatal volcada sobre las ávidas manos de cuanto pirata de la Economía, peyorativo de “empresario burgués” ha usufructuado para sí y para economía extranjeras (Industriales, FMI, etc.).
*/ El gobierno financiero (BCV) debería aclarar muy bien de dónde está sacando referencias financieras monetarias para que desde su primer día de actuaciones cambiarias haya fijado en Bs. 5.000/$ para los bonos,, habida cuenta que la paridad “oficial” es de Bs. 4,3º/$. ¿O es que estamos ahora en presencia de un nuevo “mercado permuta oficial”?