Pildoritas 120 (año 03)

EL CERTIFICADO MEDICO PARA CONDUCTORES Y LA DENIGRANTE ACTITUD DE MÉDICOS MERCACHIFLES.

El desespero de la canalla, no hace excepciones, se refleja en personajes que se abrogan la representación de algunos sectores que de alguna forma, disociados como están, salen por los medios que les dan tiraje y pantalla, a criticar sin el menor análisis lógico, cualquier acción de gobierno que beneficie al pueblo, es el colmo de la brutalidad, porque son desmentidos siempre, por la realidad.

Un caso emblemático es lo que está sucediendo con el contingente de médicos, médicas, enfermeros y enfermeras que la Revolución después de formarlos con la mayor rigurosidad y aprovechamiento del tiempo, no olvidemos que la universidades tradicionales, pierden mucho tiempo en conflictos y huelgas, el cual generalmente no se recupera; quienes estudiamos en Universidades públicas lo sabemos, porque lo vivimos en carne propia.

Bien sabemos, la canalla no, porque cierra la posibilidad de bien informarse, pues solo sintonizan las fuentes disociadoras que les son afectas, que el proceso de formación de los nuevos profesionales de la salud se realiza desde que se inicia, permitiendo a los cursantes enfrentar las realidades directamente en el campo de acción, en el que les va a tocar desempeñarse cuando egresen, claro a la par con el componente teórico, lo cual de por sí es una ventaja que favorece su formación, éso por supuesto no lo ven los pseudo dirigentes de la salud que como el reposero Presidente del Colegio Médico y todos los que declaran contra los nuevos profesionales, se niegan a aceptar que éstos tienen la capacidad de enfrentarse con éxito a cualquier caso que se les presente.

Esa conducta detestable, de políticos médicos, generalmente desactualizados, y dedicados al sindicalerismo y negociados en el campo de la salud, lo que les produce enormes dividendos, debe de alguna manera ser combatida por el gobierno revolucionario.

En una oportunidad se manejó la posibilidad, de quitarle a estos mercachifles la posibilidad de seguir percibiendo las enormes cantidades de dinero que produce, por ejemplo la expedición del CERTIFICADO MÉDICO PARA CONDUCTORES, algo de lo que no presentan cuentas a nadie y que bien podría ser expedido en forma gratuita, o sus ingresos dirigirlos a incrementar el presupuesto para la salud, lo cual vendría a contribuir en áreas que lo requieran.-

Dejar este servicio en manos de enemigos declarados del proceso es premiarles por su permanente conducta obstruccionista y permitir que sigan utilizando los fondos que millones de venezolanos tenemos que depositarles en su cuenta, cada vez que requerimos del documento, para que sigan enriqueciéndose ilimitadamente y de paso financiar la desestabilización.-

Esto se puede y se debe hacer, el gobierno revolucionario tiene la palabra, en esta lucha no debe haber más concesiones, es sin cuartel.-


¿SERÁ QUE YA NOS RENDIMOS AQUÍ EN EL TÁCHIRA?

Lamentablemente, es una expresión como de desaliento, resignación o no sé qué cosa, que ya se está escuchando por ahora en pequeños círculos, de seguidores del proceso, sobre todo aquellas personas que lo hacen por convicción, sin esperar nada a cambio, con vida propia, sin dependencia de ningún tipo de los avatares cambiantes de la política, que sienten profundos vínculos con lo que estamos viviendo, sufre los tropiezos y errores como propios y hacen votos por que la revolución se depure cada vez más de traidores, saboteadores e infiltrados que nunca faltan, pues pareciera que no hay revolución sin tales, lo registra la Historia y la nuestra no es la excepción.

Y esa expresión como de desazón, surge cuando comprobamos que aquí suceden cosas que pareciera no hay nadie quien con voluntad política, diligencia, autoridad y amor, le ponga reparo.

Aquí por ejemplo siguen los apagones casi a diario y no podía ser de otra manera cuando los sindicatos de la empresa de electricidad están en manos de enemigos del proceso, aquí se va la luz en amplios y numerosos sectores pero las luminarias de calles y avenidas siguen encendidas en pleno día, las pantallas de publicidad igual, no hay nadie que se ocupe de supervisar la enorme cantidad de reflectores con los que se iluminan avisos publicitarios y promociones de venta en edificios en construcción, incluso de día.

Aquí nos cierran un aeropuerto como el de Santo Domingo, sin previamente preocuparse por resolverle el problema a los que han adquirido boletos para volar desde el mismo, y ponen a todo el mundo a correr o a posponer sus compromisos con las consabidas consecuencias y la ira que ello provoca, madrazos incluidos contra el gobierno y en especial contra nuestro líder, no se le explica a los trabajadores qué va a pasar con ellos, a la cooperativa de taxis, se les deja prácticamente en la calle, las agencias de viajes, cuando se toma la medida carecen de información, es decir el caos; aquí, a la gente que a sabiendas de que el antiguo CADA, es ahora Bicentenario, acude a comprar lo que supuestamente va a conseguir más barato, se encuentra con qué de lo regulado, no hay nada, ni arroz, ni azúcar, ni aceite, ni mantequilla, los productos de las empresas de producción socialista no se consiguen, los anaqueles están fules de productos importados, por supuesto a precios inalcanzables para los numerosos nuevos posibles clientes, que acuden ávidos de ahorrarse unos churupos; ahí debe haber una mano peluda que hace de las suyas y provoca los comentarios negativos que se oyen en las colas; el que alguien, hizo, muy atinado por cierto, al ver que un grupo de personas colocaban sendos avisos de lujo para señalizar los diferentes departamentos, en las paredes, le llevó a expresar que por qué en lugar de hacer éso que no es prioritario, no se llenaban los anaqueles de los productos regulados y producidos por las EPS, al preguntarle a uno de los trabajadores que instalaba los avisos, que portaba una franela roja con el logotipo del Bicentenario, la respuesta fue que él no sabía nada y que esa franela se la habían regalado. El precio de la carne que es la parte atractiva, sí es el regulado, pero la cantidad que se ofrece es muy poca, igual del pollo que se expende al lado del mismo producto a precios realmente especulativos, por ejemplo pechuga a 26 bolívares el kilo.

Estos aspectos negativos, sin contar los que se presentan en instituciones de salud, vías urbanas e interurbanas, seguridad, etc., a los cuales no se le aplican acciones inmediatas para corregirlos y se establece alguna forma para detectar los saboteadores, lo cual no debe ser muy difícil, pues, el crimen no paga y estos sujetos siempre dejan huellas, son los que llevan a muchos a perder la fe y aunque, por ser sólidos sus principios, siguen fieles, pierden el estímulo para seguir luchando y prefieren más bien mirar los toros desde la barrera, es decir, algo equivalente a manifestar su rendición; duele decirlo, pero, en muchos, ésto es una realidad lamentable pero que existe. Algo hay qué hacer, pero sólo pueden hacerlo los que tienen el poder y son incondicionales con la Revolución, si no habrá que aceptar que ésos también son infiltrados y autores intelectuales o materiales del sabotaje.-


yuviliz40@hotmail.com




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Saúl Molina Z.


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