Yo estuve en el vagón en el cual los usuarios rompieron una ventana (entre Colegio de Ingenieros y Bellas Artes) y debo acotar que NO FUE ningún acto vandálico, como lo asegura el Sr. Presidente del Metro, Victor Morales. El vagón estaba FULL de gente, no tenía aire acondicionado, el botón de alarma tenía fallas y se había quedado pegado sin que fuera posible repararlo, por lo que los usuarios estábamos sometidos a una especie de tortura comparable a las de Lopez Sisco. Una señora en un vagón adyacente había sucumbido a las condiciones y se había desmayado; tuvieron que sacarla en Colegio de Ingenieros.
Entonces el tren arrancó, pero llegando a Bellas Artes volvió a haber otra falla eléctrica, nuevamente nos quedamos sin aire acondicionado y con el maldito botón sonando, y un pasajero desesperado, harto y molesto rompió la ventana de una puerta, para que entrara algo de aire. Me parecen absurdas las declaraciones del Sr. Victor Morales; le debe una disculpa pública a toda la colectividad por el pésimo estado de los vagones que afrontamos los usuarios desde hace meses, y que en numerosas ocasiones reporté a la cuenta de Twitter del entonces Ministro de Obras Públicas, @DCabelloR.
El artículo de Ciudad Caracas (http://www.ciudadccs.org.ve/?p=85570) es el mejor de los que he leído hoy sobre los hechos, pero peca culpabilizando a los usuarios por calificarlos de “desesperados”: estén en un vagón más de una hora, con un maldito botón de alarma sonando, sin aire, con otras 200 personas… y luego hablemos.
En numerosas ocasiones dejé mensajes al entonces Ministro Cabello, indicando que el éxito en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre depende, más que de discursos políticos, de nuestra propia eficiencia como gobierno, en el cual llevamos ya 11 años. Una persona que use el Metro a diario pero se vea víctima a cada rato de problemas como estos, difícilmente tendrá voluntad de votar el 26 de septiembre, por muy buenos que sean nuestros candidatos.
Si la culpa es de saboteadores dentro del Metro, o si es por nuestra propia ineficiencia, por caos en las aduanas o por la bendita burocracia de Cadivi, pues ya es hroa de resolver estos problemas y acabar con cualquier excusa.
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