ALGO PARA LA REFLEXIÓN DE LOS ESTRATEGAS
Eso de que los pueblos Venezolano y colombiano somos hermanitos gemelos es relativamente cierto, es hasta cierto punto una utopia porque, quién garantiza que no salgan con un fusil, una bomba o cualquier otra arma a manera de la “quijada de burro“ del Caín bíblico, nuevos “caínes”, que con nosotros conviven y que son aquellos que heredaron sentimientos retorcidos que al parecer lamentablemente afloran de cuando en cuando a lo largo de la historia en la mente, afortunadamente, no de los pueblos en sentido general, pero si en algunos que configuran una herencia macabra de personajes que le han hecho mucho daño a la humanidad en todas la épocas.
Eso pues, hay que tomarlo a manera de premisa que a veces luce contradictoria, es decir, hay circunstancias en que ello aflora a través de conductas incomprensibles; por ejemplo sin ir muy lejos yo tengo unos vecinos de Medellín, la tierra de Pablo Escobar Gaviria, que huyeron como muchos, de la violencia, en su caso de las mafias del narcotráfico, pero muchos, millones, de la violencia política y oficial; mis vecinos, a pesar de que aquí hicieron nido, sus hijos estudiaron, se graduaron y hoy son exitosos profesionales, obtuvieron su vivienda por política habitacional y gracias al gobierno revolucionario les fue condonada una deuda que hubiesen tenido que pagar por muchos años, pero además han obtenido otros beneficios en salud y educación, sin embargo son enemigos declarados del Proceso Revolucionario, odian a Chávez, cada vez que hay una marcha de la oposición se llevan hasta el gato a hacer bulto; como esos hay muchos, basta repasar los resultados de las elecciones para presidente de Colombia en las que Santos barrió en nuestra país, ésos que votaron por él, que estoy seguro se han beneficiado de esta revolución como mis vecinos, son los enemigos de los cuales tendremos que cuidarnos en caso de un conflicto armado del que Dios nos libre.
Tengo un amigo cuya empleada doméstica es colombiana y los empleados de su negocio también, y está seriamente preocupado, pues dice que en caso de una guerra, él tendrá que ponerse manos arriba de manera inmediata, pareciera un chiste, pero nada de raro tendría.
Si a ver vamos estamos en minusvalía porque cabe preguntarse; ¿Cuántos de los cuatro o cinco millones de colombianos que aquí viven van a permanecer neutrales, cuántos van a actuar en nuestra contra y, habrá alguno que agradecido por los beneficios recibidos se ponga de nuestro lado?, son interrogantes que por lo menos no deben poner a pensar.
En Colombia los venezolanos se cuentan con los dedos de las manos, los que hay generalmente son prófugos de nuestra justicia y ésos estarían felices ayudando a los invasores.
Así pues, esperemos que estas circunstancias que están ahí y son reales, a estas alturas estén siendo analizadas por los estrategas y tomadas muy en cuenta, porque aunque Dios no lo permita, nunca se sabe hasta donde el imperio, con y a través de Colombia, esté planificando repetir aquí lo de Panamá con Noriega, lo de Irak, lo de Grenada y lo que muy bien sabe hacer, plagar de sangre los pueblos para robarle sus riquezas y garantizar su hegemonía.-
yuviliz40@hotmail.com
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