La nueva conducción
revolucionaria del Ministerio del poder Popular para la Salud en la
revolución bolivariana de Venezuela, en manos de la Coronela Eugenia
Sader ha sabido enfrentar el brote de estas epidemias que han crecido
no solo en nuestro suelo, sino a nivel continental.
En boca de
nuestro comandante presidente, es constante la denuncia de otras epidemias,
que se escapan al orden de la naturaleza orgánica, nacen de la misma
naturaleza de la sociedad capitalista: el licor y las drogas. Muchas
veces invisibilizados sus nefastos efectos, gracias a la costumbre al
uso de estos tóxicos, unos legales y otros no, pero igualmente de efectos
terribles, pareciera que no se debe dar el mismo rango de pandemia cuando
sus efectos alteran la salud de nuestra población, pero sabemos que
el concepto socialista de la nueva salud, al mando de la nueva ministra
si lo tiene muy claro, el capitalismo es una terrible enfermedad
social que destruye la salud mental y física de los pueblos.
La Polar y
el Jíbaro, son dos nombres a los que nadie sería capaz de ponerle
nombre de virus o vector. Ninguno tiene cara de insecto, pero son peores
que un chipo o un patas blancas. Más sin embargo, estos dos nombres
encierran el mercado de sustancias que a diario afectan la salud mental
de todas y todos. ¿De donde, sino de los niveles de ingesta alcohólica,
provienen los altos índices de violencia en nuestras calles? La seguridad
social es uno de los puntos que más se le critica a la revolución,
¿de donde nace esta violencia? Nace del consumo de bebidas etílicas
que en nuestra patria obedece al inclemente ataque publicitario que
empresas como la Polar infligen a nuestra población. El alcohol es
la droga portera a los consumos de sustancias sicotrópicas, pero además,
el comercio capitalista de estas bebidas se ha convertido en una terrible
arma de dominación. Por la masificación de estos mercados que se ofertan
en todo momento y en un uso indiscriminado de los medios de comunicación,
se embrutece al pueblo, se le oprime culturalmente al enseñarle a asociar
diversión con licor. Se nace y se celebra con alcohol, se cumple
años y se celebra con alcohol, se bautiza un muchacho y hay que destapar
para celebrar, se gradúa en el colegio o liceo igualmente con alcohol,
una boda es otra excusa para inducir al trago y de un tiempo a esta
parte hasta los funerales se han convertido en la gran excusa para beber.
¿Qué produce esta invasión de la cultura etílica? Produce una triste
y degradante realidad: produce violencia callejera, violencia familiar,
venta y consumo de otras drogas, pérdida de valores y deterioro personal
y familiar de la gran mayoría de nuestra población, lo que en fin
de cuentas se registra en los altos índices de inseguridad social que
sufre nuestro pueblo y que por las que tantas críticas se le hacen
a la revolución.
El comandante
presidente no cesa de pedir al pueblo que despierte ante esta terrible
realidad, sin embargo la patria cada fin de semana es convertida en
un gran bar donde solo se enriquecen las licoreras y los traficantes,
dejando sembradas las calles y los hogares de muerte y de violencia.
De tal manera
que la gran lucha contra los vectores, en las que ya hemos visto las
victorias logradas por nuestra ministra, la Dra. Sader, de seguro que
comenzarán a ser igualmente eficientes y contundentes ante estos otros
vectores capitalistas. La creación de la comisión anti alcohol
deberá ser creada de igual forma como existe la comisión antitabáquica,
ésta a su vez debe empezar a actuar para lograr poner etiquetas a todas
las bebidas que adviertan a la población sobre los riesgos ante
su consumo y se deberá exigir una revisión de las cargas impositivas
al expendio de estas sustancias para que sus consumos disminuyan.
Es realmente bochornoso que Venezuela sea el segundo país en
ingesta de cerveza y unote los primeros en Whisky. Hay que darle respuestas
al pedido que constantemente, en cada aló presidente, nos hace el comandante.
La verdadera
lucha contra las drogas comienza, obligatoriamente, atacando y restringiendo
el consumo de alcohol, bebida madre de todas las demás drogas y de
la violencia. La Polar y los traficantes están en la lista de los vectores
que serán igualmente vencidas junto al chipo y el patas blancas en
la lucha que libra nuestra coronela Eugenia Sader, para poder declarar
en pocos años a Venezuela: territorio libre de drogas.
Venceremos.
brachoraul@gmail.com