Pero dejemos que sea este señor quien nos relate un pequeño pasaje de este memorable encuentro.
-¿Y qué piensa usted hacer ahora, general? -le pregunta Mosquera a Bolívar, casi sin poder contener las lágrimas Y este despojo humano, completamente abatido y con los huesos a flor de piel, avivando sus hundidos ojos, cuyos fulgores iluminaban un rostro teñido por una palidez mortal, contestó, “triunfar”.
Ante esta asombrosa e inesperada respuesta, el amigo, sin poder ocultar su incredulidad, le volvió a preguntar lleno de admiración:
-¡Triunfar, General!, ¿ y cómo?
-He dado ya las órdenes para levantar una caballería en el Departamento
de Trujilllo; he ordenado también tomar todos los caballos buenos
del país y embargar todas las existencias de alfalfa para mantenerlos
gordos. Luego que recupere mis fuerzas, me iré a Trujillo. Si los españoles
bajan de la cordillera a buscarme, infaliblemente los derrotaré con
la caballería; pero si no bajan, dentro de tres meses tendré una fuerza
suficiente para atacar. Subiré la cordillera –de los Andes- y los
derrotaré”. Y aquí permítame el lector un pequeño paréntesis
para decir lo siguiente:
Parece mentira que aquel hombre, en el último grado de postración física y completamente desvalido e indefenso como se encontraba, pudiera hablar de atravesar una gigantesca montaña de hielo y derrotar un ejercito de más de l7 mil hombres bien armados y entrenados y, para colmo, dirigidos por generales que se habían enfrentado a las tropas de Napoleón y las habían derrotado; un ejercito, al que se lr había sumado el de San Martín No obstante El Libertador, no se había recuperado del todo, cuando le planteó a su Estado Mayor la necesidad de atravesar los Andes para caerle por detrás al enemigo. Aseguró, con su infalible visión de estratega, que que ésta era la única vía que existía para derrotar a un ejército que ya había vencido en par de ocasiones
al de San Martín.
Discutieron acaloradamente por espacio de varias horas esta intrépida
maniobra, pues Sucre y otros generales la consideraban poco menos que
un suicidio. Finalmente, los argumentos de Bolívar, expuestos con su
acostumbrada elocuencia y poder de convicción, prevalecieron, y de
inmediato emprendieron la marcha. Fue ésta una marcha, como se esperaba,
plagada de toda clase de contratiempos y dificultades, pues además
del intenso frío que les entumecían los músculos del cuerpo, tuvieron
que sortear el difícil paso por estrechos desfiladeros, donde un paso
en falso podía significar la muerte. Y así, venciendo toda clase de
contratiempos, llegaron a un pueblito, donde sus habitantes los recibieron
con grandes demostraciones de júbilo y alegría. En esta localidad
permanecieron como dos o tres días, tiempo que aprovecharon para reequiparse,
descansar y obtener información acerca del enemigo. Obtenida esta información
y reabastecida la logística, continuaron su camino hasta llegar
a Junín, donde bajo el mando directo de Bolívar se libró la batalla
del mismo nombre y, en virtud de la cual, los patriotas le infligieron
a los españoles una costosa derrota.
Pero sigamos con el amigo de Bolívar, quien continuó diciendo: “en medio de la perplejidad que me produjo aquella inesperada respuesta, recordé las palabras que Bolívar le había dicho a Sucre en Lima: usted, general, es el hombre de la guerra y yo el de las dificultades”. Y siguió diciendo: “ya me encontraba sobre mi caballo, dispuesto a continuar el viaje, cuando El Libertador, con voz desfallecida, me encareció: diga usted allá, a nuestros compatriotas, cómo me deja usted moribundo en estas playa inhóspitas, teniendo que pelear a brazo partido para conquistar la libertad del Perú y la seguridad de la gran Colombia”. .
y yo el hombre de las
“En medio de la perplejidad que me produjeron aquellas palabras –continúa hablando Mosquera-, recordé las que Bolivar le había dicho a Sucre en Lima: usted, General, es el hombre de la guerra, yo soy el hombre de las dificultades”.
Son por los
ideales de Bolívar por los que pelea el pueblo venezolano en estos
momentos. Porque los venezolanos de hoy sólo tenemos dos opciones:
ser libres y dignos o ser uno mugrosos y despreciables esclavos.
Por último, a mí no me convence ni siquiera el propio Bolívar
en el sentido de que él haya sido un fracasado. ¿Por qué? Veamos
lo siguiente. Nos cuenta Indalecio Liévano Aguirre, que “el 17 de
junio 1825, Bolívar y su ejército se acercó a Pucará -un pueblito
del Perú-. Sus pobladores, acompañados del Párroco –Choquehuanca-,
salieron a su encuentro, y rodeados por una gran multitud, pintorescamente
vestida, entró en la población, donde le rindieron homenajes emocionantes
por la devoción popular que los caracterizó. En la plaza y desde el
atrio de la humilde iglesia, el párroco –indigena como sus feligreses-
pronunció las palabras que la historia ha conservado por su valiosa
significación”:
“Quizo Dios –dijo- formar de salvajes un imperio, y creó Manco Capac. Pecó su raza y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación tuvo piedad de América y os ha creado a vos. Sois, pues, el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho antes se parece a lo que habéis hecho, y para que alguien pudiera imitaros, sería preciso que quedara un mundo sin liberar. Habéis fundado tres repúblicas que, en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra estatua adonde ninguna ha llegado. Con los siglos crecerá vuestra gloria, como crece la sombra cuando el sol declina”.
Cuando el poeta hilvanó estas palabras, Bolivar no había liberado
todavía al Perú ni creado a Bolivia, eso lo hizo poco después, por
eso habla de tres repúblicas. Ahora,¡ puede considerarse fracasado
nuestro gran Libertador después de haber realizado esta prometeica
hazaña? Es que haber creado, no tres, sino cinco naciones, es cualquier
cosa
Eso sólo pudieron pensarlo las inescrupulosas oligarquías de Colombia
y, muy particularmente la de Perú, que a través de plumíferos
a sueldo tipo Guillermo Morón, Manuel Caballero y otros arrastrados
mas, inventaron la canallesca especie de que Bolívar entregó Miranda
a los españole-.
Tips: hasta
cuando los venezolanos vamos a tener que soportar la indeseable presencia
de la Majo desnuda? ¿No es esta repugnante mujer una agente al servicio
de los enemigos del país? Entonces, ¿por qué se toler4a? La ofensa
de que fue víctima Coquito -¿?- por parte de esta advenediza, ¿no
fue acaso una ofensa a todos los venezolanos dignos y respetables de
este país? ¡Vaya!, bueno es culantro, pero no tanto.