Quienes hemos asumido
el compromiso público con la construcción de un modelo distinto al
capitalismo y que hemos entregado la vida desde jóvenes por un cambio
revolucionario en Venezuela, hemos encontrado en el profesor de Ciencias
Políticas de la UCV un extraordinario referente para movilizar nuestras
ideas y agitar nuestra capacidad crítica, que en la construcción del
socialismo debe ser aún más crítica para no permitirnos errores fatales.
A Müller Rojas, quisiera
hoy recordarlo como docente e investigador, como científico, no sólo
como militar, ya que creo que así podremos tener una perspectiva
más amplia de quien fue capaz de decirle al presidente Chávez lo que
pensaba sin prurito, permitiendo así respirar a un sector algunas veces
asfixiado por la prudencia y acorralado por el “jalabolismo” y la
adulancia que hace un flaco favor al proceso revolucionario, ya que,
como dice el refrán popular “el que adula no respeta y el respeta
no adula”.
El Profesor Müller Rojas
en sus últimos años agitó reflexiones que invocaron al Presidente
a revisar su entorno más cercano, denominándolo “nido de alacranes”,
alerto sobre la “politización de las Fuerzas Armadas”, cosa por
demás lógica en un proceso revolucionario de izquierda y además porque
no hay militar apolítico en el mundo, alertó sobre el error de confundir
a los líderes políticos del PSUV con los funcionarios de gobierno
o líderes burocráticos de la revolución, alertó sobre la corrupción
y la ineficiencia del Estado en transición y el 29 de marzo de 2010
anuncia su retiro del PSUV, alegando que “el estado del proceso revolucionario
se encontraba en pésimo estado”.
El profesor Müller, en una de sus últimas entrevistas para Aporrea.org (Entrevista realizada por la periodista Carolina Hidalgo) el 8 de diciembre de 2009, expresó su satisfacción por la ruptura del presidente Chávez con el “Nido de Alacranes”, pero advirtió:
“Eso es lo que estábamos esperando. Lo había identificado en varias
oportunidades como el nido de alacranes. Hay que ir eliminando ese círculo
de hierro de la burocracia que ha encerrado al presidente y le ha cortado
la relación directa que tenía con la sociedad. Ese círculo ha generado
una burocracia privada a través de prácticas que eran normales en
la democracia representativa, pero que son absolutamente fuera de orden
en una democracia participativa y esa situación ha generado una pérdida
de confianza que afecta la figura presidencial, porque la gente lo percibe
como que él tiene cierta responsabilidad y sobre todo afecta al PSUV
que aparece como un partido al estilo de las viejas organizaciones de
la democracia participativa que defendían intereses grupales. Es una
manifestación pública a la sociedad venezolana en términos generales
que rompe ese anillo de hierro de la burocracia y el nido de alacranes.”
No pretendo hacer oda
a las críticas del profesor Müller, sino, por el contrario quiero
evidenciar que dentro del proceso revolucionario, a pesar de la adulancia
y el “jabolismo”, es la crítica la que garantiza la posibilidad
del mantenimiento del proceso revolucionario y su trascendencia.
El ataque permanente
a la crítica necesaria (totalmente diferente a la quinta columna) dentro
del proceso, va en contra del socialismo como método dialéctico para
la comprensión y transformación de la realidad, y fue el primer elemento
suprimido de los manuales de la URSS en la época de Stalin (ya Ludovico
lo advertía), y en Venezuela son pocos los líderes del proceso que
lo comprenden, y aún peor no son capaces de ponerlo en práctica,
siendo de los pocos que lo hace praxis el mismo presidente Chávez.
Pero al “nido de alacranes” no le conviene que otros Müller estén
cerca de él.
La permanencia y vigencia
del pensamiento del profesor Müller Rojas, debe dar origen orgánico
al enraizamiento del proceso revolucionario con los principios fundamentales
de la lucha del marxismo por la superación de la explotación y la
alienación, pero aún más, debe reivindicar la búsqueda de un método
propio de los venezolanos para el logro de tal fin, y no es con la adulación
que se logrará tal objetivo.
La crítica propositiva,
que no dé pie al capitalismo a su subsistencia y que dé con la
construcción de un Estado Comunal es el medio para el logro de una
sociedad superior y en transición debe permitirse las herramientas
menos dogmáticas y más eficaces, pero con la ética socialista que
no puede sólo resumirse en la frase “Patria socialista o muerte”
como una marca o un cliché vacío que salga de la boca de quienes no
creen en lo que dicen.
Por ello, más que nunca, reivindico el pensamiento y la acción del profeso Müller Rojas, e invito a su reflexión dentro del PSUV, que su muerte no quede sólo para crear un icono nominal, sino, un referente ético del militante que necesitamos.
nicmerevans@gmail.com