Septiembre llega con el Guri
triunfante y colosalmente repleto de agua. Con un pueblo que sabiamente
aprendió a tomar el pulso a su propia historia, con mujeres y
hombres que se visten de rojo para hilar en cada uno de los días de
este mes, la victoria que abrirá de par en par el camino a una nueva
patria y a un nuevo mundo. Bajo la espectral sombra atómica la humanidad,
que no es otra cosa que la suma de los pueblos, se va levantando en
todos los continentes para espantar con el canto de la paz este cielo
tan gris y tan temible.
Venezuela será ejemplo
este Septiembre, y lo será el Estado Español y su huelga del
29, lo serán los mapuches en Chile, el glorioso y resistente pueblo
catracho, sumados a los pueblos de Grecia, de Francia, del mundo entero.
Irán se enfrentará en los mares al acecho imperial, los combatientes
de Gaza avanzarán en sus luchas, todo Septiembre huele a victoria de
los pueblos unidos en un canto de amor que los llevará por siempre
a la forja del nuevo tiempo.
Fidel, Chávez, Correa, Evo
y todos los comandantes de pueblos insurgentes tendrán que llenar los
campos de batalla y blandir las banderas de las ideas sobre los nuevos
cielos del futuro que llega. Espantando sombras, intimidando gigantes
que ya deben morir para que nazcan bandadas de pájaros que dibujen
el vuelo de todos sobre el viento de los cambios que sopla incesante
en el paso de la historia.
Septiembre rojo de la sangre
derramada de los indígenas, de los obreros, de los campesinos desplazados
por las feroces garras del narcotráfico, por los combatientes afganos,
por los maestros de Honduras, por los combatientes de Panamá, por los
pobres y desplazados norteamericanos, por los guerrilleros caídos,
por todos los pobres de la tierra que ya no aguantan más el azote del
imperio capitalista.
Las gargantas mediáticas imperiales
seguirán entonando sus rezos de mentiras y falsedades, y una gigante
ola de silencio les responderá que ya no se les cree, que no podrán
seguir manipulando el destino con tan burdos inventos. Las campanas
repican por los pueblos de este mundo. Llegó Septiembre y ya pronto
se acabará la década que despierta a la especie ante el llamado
de los tiempos futuros. Llegó la hora de comenzar el avance final para
que de nuevo nuestra especie supere las dificultades, como siempre lo
ha hecho.
Las barricadas ya están en
las calles del mundo, el hambre y la pobreza se agolpan con histeria
en las grandes marchas de protestas, los afiches decoran con rabia y
con reclamos las murallas de todas las ciudades. Las jóvenes generaciones
dejarán las aulas de clase y saldrán a reclamar el mundo que se les
arrebata en la arremetida final del monstruo de mil cabezas. Por cada
calle, por cada pueblo, por cada uno.
Este Septiembre no debemos
temblar ante ninguna ignominia, con toda la fuerza vaya Venezuela a
su victoria, los españoles, los colombianos, los panameños. El planeta
será un solo territorio que nos pertenecerá a todos y que todos defenderemos.
A llegado la hora de los hornos y no se he de ver más que la luz, como
nos grita el Che, enorme, desde las montañas heridas. Septiembre de
gloria para la esperanza de nuestros hijos por nacer, de nuestros pueblos
por rescatar y de nuestro mundo por construir. Vayamos todos cada día
a nuestro puesto de lucha, sin descanso, sin demora, con entrega total
a pelear por lo nuestro.
Levantémonos como nunca se
levantaron los pueblos, unamos nuestra furia en el embate final, sin
descanso camaradas de mi mundo amado, salvemos esta tierra y comencemos
el futuro.
Venceremos.
Brachoraul@gmail.com