Quizá ningún historiados,
acostumbrados a contar la cosas que pasan, antes que predecir las que
pasarán, pudo imaginarse nunca todo lo que sucede en el cotidiano vivir
de Venezuela. La conciencia de clase de los desfavorecidos se levanta
como un gigante que pinta de rojo rojito cada foto de cualquier rincón
patrio. Pero es que la historia suele ser imprevisible. Esa es
la magia del destino. Venezuela sabe y siente en su sangre el compromiso
histórico que le tocó vivir nuevamente en este siglo.
Los presagios de desastres
no aplacarán la furia que nace de los corazones humildes, de los pobres
de nuestra tierra. Las amenazas imperiales antes que amilanar, avivan
el fuego revolucionario, Se levanta no solo Venezuela, detrás de ella
viene un continente cargado de futuro. Son las conciencias planetarias
que despiertan, las esperanzas de todos que vuelan por los vientos de
toda nuestra América, en un remolino enorme que gira y gira indetenible,
invencible.
Desde las aulas en donde los
por siempre excluidos hoy aprenden los saberes, desde las tierra
donde los desplazados hoy reciben el poder de ser dueños de lo que
siembran, desde las fábricas en las que la mercancía deja de estar
en manos de ladrones, desde las calles llenas de gritos de libertad,
desde las almas de todas y todos los que siempre sufrieron, nace irreductible,
imbatible este huracán revolucionario.
Caen por su propio peso
los defensores del pasado, orinan, vomitan, escupen sus culpas y odios
ante el vendaval liberador que da vueltas incesantes sobre nuestros
cielos. América de Bolívar, de Martí, de Ohiggins, Morazán, Sandino,
San martín y todos los que entregaron su vida por la libertad de nuestra
tierra, América se yergue enorme e infinita ante el resto de
la tierra para gritar libertad y la libertad comienza a retoñar en
cada zurco de la tierra.
El huracán de los cambios
gira y gira con más fuerza cada hora, la patria se inflama de banderas,
los pueblos del mundo se unen en un solo grito inmortal para tumbar
para siempre las murallas que nos encarcelaban.
Comienza por fin la definitiva
liberación de la raza humana. Comienza el futuro por años reclamado,
comienza la alborada a pesar de los gritos de guerra, Mi Venezuela entera
entrega su alma por la causa infinita de la liberación.
Los tiempos están cambiando.
El batir de la rabia contenida, el rugir de los gritos en las calles
llena al planeta de futuro. Todos seremos autores de este salto hacia
el futuro. Que no desmaye nadie, camarada, Que nadie falte. Que la unión
y la presencia de nuestras esperanzas sea la fuerza final de la victoria.
Venceremos!!!!