Cuando el esclavo sale a defender a su amo y ataca a su liberador, como estará enajenado...

Cuanto dolor me produjo ver en  ”globoterror” a un grupo de campesinos de Mucuchies trancando la carretera trasandina para apoyar a los  dueños de AGROISLEÑA y en protesta por la Nacionalización y expropiación de esa  empresa por parte del Gobierno Revolucionario.

Po un lado me entristeció, pero por el otro me alegró el saber que por fin se  estaba enseriando  el asunto de la Seguridad Alimentaria y se le  estaba dando un  golpe certero a la oligarquía  terrateniente y feudal que  todavía domina  a Venezuela. Me dije por fin alguien se metió con “los coroticos del pesebre”.

Todos los tractores que  hemos importados y ensamblados aquí, todas las tierra que hemos recuperado, todas las semillas  y fundos zamoranos que hemos organizados  son pequeñas acciones,  comparadas  con la medida de intervención de esta empresa capitalista,  que con dinero del mismo Estado extrae de la tierra  y de sus hombres la plusvalía  que la transformó,  de una minúscula  empresita distribuidora de  semillas de cebolla  fundada en 1958, en el mas grande emporio agroindustrial de Venezuela.

18.000 empresarios del campo recibían créditos de esta empresa que les prestaba al 20% con dinero del Estado que le era suministrado al 8%. Esto además de la ganancia obtenida en los agroquímicos, herramientas, maquinarias y equipos que les  vendía, poniendo  los agricultores sus cosechas en garantía. Todo un negoción que hizo multimillonario a tres  portugueses que  llegaron a Venezuela con una mano adelante y otra detrás huyendo de la miseria que había en su país.  En un sistema capitalista todo  el que tiene iniciativa para  explotar a los demás tiene  también derecho a enriquecerse a costa  de sus explotados, el caso es que en Venezuela se intenta hacer una economía socialista,  permitiendo la explotación capitalista y parece que el Comandante como que ya se dio  cuenta,  que eso es contradictorio y comenzó a apretar las clavijas.

La medida mas revolucionaria que  yo le había anotado al Comandante en estos  11 años de gobierno fue la de obligar a los patronos a estar al día con los trabajadores, haciéndoles pagar  el salario mínimo y la seguridad social, requisito  indispensable  para poder recibir los dólares de cadivi. ¿y que hicieron los hijo de perras? Pues preferían obtener dólares en un mercado paralelo creado por ellos,  que satisfacer las necesidades básicas de sus trabajadores cumpliendo  con lo establecido en el decreto. Se burlaron del gobierno y de los trabajadores hasta más no poder. Miles de tiendas y empresas exhibían con orgullo el cartelón que en sus vitrinas les ponía el Seguro Social  por no estar al día  con sus pagos.

La medida de  expropiar a la AGROISLEÑA debió hacerse al principio, pero nunca es tarde  cuando el amor llega. Los miles de millones de dólares  que se le daban a esa empresa para importar insumos agrícolas ahora  servirán para montar en el país las fábricas que son necesarias para desarrollar el agro. Traeremos maquinarias, equipos y semillas de acuerdo a nuestra necesidades y no las  del vendedor que  nos  vende  lo que les  sobra y no  le encuentran  mercado.   Comenzamos a ponernos los pantalones largos. La revolución  agraria  si será un hecho cuando  los campesinos  controlen y tengan acceso a todos los medios de producción y no solo a trabajar como aparceros esclavo de los que manejan los insumos.

Los campesinos que  están saliendo a protestar en contra de su sus libertadores son los mismos que salieron  con Boves a luchar contra los patriotas. Se repite la historia. Todavía no se ha dado el paso que dieron los patriotas de esa época, darle  el poder  al pueblo y hacerlo sentir  dueño de su destino para que lucharan  para obtener la libertad.  Pronto llegará el día que  todos nuestros campesinos  tendrán el grado  de conciencia que les permitirá distinguir quien es el verdadero enemigo que los mantiene esclavizado. Eso pasa por  la muerte del “taita” capitalista en las sabanas de la patria  por  el  lanzazo expropiador  revolucionario.

Juanveroes64@hotmail.com

“En otras palabras, si para AGROISLEÑA la acumulación es un fin en sí mismo; en la empresa de producción socialista que se cree para sustituirla, podría llamarse VENEAGRO, la acumulación se convertirá en un medio para el bienestar social de los trabajadores, productores y consumidores. 
ADELANTE COMANDANTE PRESIDENTE, HACIA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA!!!!!” rnunez02@cantv.com.ve

(www.ensartaos.com.ve)



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Juan Veroes


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