Que la gratitud sea mayor que la ingratitud; que el amor sea mayor que el odio

 Los europeos y sus descendientes criollos que se adueñaron de la Patria, es decir de este nuestro país, después de la muerte del  Libertador Simón Bolívar, habían dispuesto como casi un mandato del cielo, que este territorio y sus riquezas entre las que estaban los pobres que les generaban riqueza, eran y serían por siempre propiedad absoluta de éllos, por eso cuando detectaron que el genio de América estaba dispuesto a hacer realidad la libertad de los esclavos y repartir la tierras a los campesinos que le acompañaron en su gloriosa gesta emancipadora, optaron por hacer de él, un desterrado de las naciones que el mismo había creado, lo echaron por decreto de su Caracas natal, y de la Colombia de  aquellos tiempos, lo acosaron y vilipendiaron  para que finalmente fuera a morir con camisa prestada en casas de un hacendado español allá en la Quita de San Pedro Alejandrino de Santa Marta.

Ya lo había dictado a su escribano  Luis Perú de Lacroix, en su Diario de Bucaramanga aquel 14 de mayo de 1828:-“Yo sé que es bien difícil ser siempre el mismo hombre, y que el que no tiene principios fijos, invariables, su conducta no puede ser uniforme; pero es una fatalidad contra mí la de no haber encontrado sino grandes ingratos: los que más hé colmado de beneficios de toda especie, á quienes hé dado más confianza y más poder, son los que me han infamemente engañado; (…) se han vueltos mis enemigos, creyendo ocultar con esa bajeza y la vileza de la ingratitud”

Desde entonces los Paecistas y los Monaguistas, muchos de éllos héroes de la guerra de independencia,  así como  los Obandos y santanderes tanto de Venezuela como de la Nueva Granada (Colombia), se repartieron entre los más allegados,  todos esos vastos territorio y sometieron a la más horrenda pobreza a los pueblos que a caballos o a pie les habían  ayudado a derrotar al enemigo en los campos de batallas.

Ese pueblo humilde que fue excluido por las oligarquías  de nuevo cuño, siguió relegada, a la espera de que alguien recogiera la bandera que Bolívar, les había enseñado respetar y amar en aquellos duros días de la campaña admirable en los inicios de la conquista de la segunda República,  o  en el éxodo hacía Oriente para evadir la arremetida criminal del ejército español.

 El grito de guerra:”Abajo cadenas”  era como un eco que no dejaría morir los recuerdos de la batalla gloriosa de Carabobo, así como el conocimiento de aquellos decretos de gobierno emanados del padre Libertador que apuntaban a  la búsqueda de dar felicidad a los pueblos, seguían presentes en la rebeldía de un pueblo  que nació para ser libre y soberano.

En  este contexto  de la historiografía surge la figura egregia del general de “Tierra y hombres libres”  quien encarna y pone en practica el pensamiento del arquitecto de naciones libres en el continente Americano, quien nacido  en cuna rica en la Caracas de techos rojos, y quien diera varias vueltas en distancia  recorrida  a caballo o en barcos a su planeta de donde era originario para dar libertad y bienestar a pueblos oprimidos por el imperio de entonces;  y terminaría su fuego vivo 47 años después exclamando:-“ que puede un pobre hombre, en medio de toda esta ingratitud, en estas horas de mi trágica vida presiento  que he arado en el mar”.

Del conocimiento reciente de esta tragedia irrumpe con corazón valiente y  sentido patrio Ezequiel Zamora, quien batallo aquí y allá, para echar a los traidores que a mediados del siglo XIX vivían de lo lindo a costa del esfuerzo heroico  que habían hecho los hijos de Bolívar, ahora eran terratenientes, magistrados y gobernantes de un país, en el que parecía que de nada había servido el sacrificio de tantos  como el liberto Pedro Camejo, quien siempre fue primero en batalla.

 

Pues bien, al legendario Ezequiel  Zamora, igualmente le aplicaron la misma medicina, y cuando estaban dadas las condiciones para asumir las riendas del país y colocarlo al servicio de los de abajo, otra vez la oligarquía volvió a salirse con la suya, mataron  la esperanza, asesinaron  vilmente al pueblo en la persona de Zamora.

Y otra vez, un comenzar,  seguir esperando  para ver cuando y quien podría volver a redimir al sufrido pueblo de Venezuela.

Pero como el tiempo no se detiene  para orgullo de nosotros los tachirenses, desde las tierras de los  capachos surge un hombre de estatura pequeña, con arreció y pensamiento nacionalista, que  con 60 hombres a caballos,  siguió la ruta del libertador para tomar al igual que  él, la Ciudad de Caracas de donde echo como lo hiciera el hombre de Nazaret, a la oligarquía parasitaria que se creía dueña y señora de un país  conocido  bajo el epónimo de Venezuela, quien tuvo la dignidad y el coraje de enfrentar a los acreedores de deuda  Europeos y al naciente imperio que surgía del norte: Nos referimos aquí al General y Presidente de la República Cipriano Castro, a quien por haber defendido con pasión  su patria de los sátrapas  antinacionales que han vividos parasitariamente de las riquezas del país y de la explotación de éste pueblo, fue traicionado por sus mejores amigo, desterrado y  humillado, tocándole morir en el exilio  allá en Puerto Rico.

Otra vez, si otra vez,  los intereses   de la burguesía nacional y trasnacional se salieron con las suyas y el pueblo perdió otra vez.

Entonces vino la dictadura más  larga y sangrienta de la historia patria, la dictadura más entreguista que vez alguna hubiere vivido el pueblo,  100 años de saqueo del  excremento del diablo como le bautizara Pérez Alfonzo. Porque al igual que hizo el traidor  Juan Vicente Gómez, los adecos y copeyanos regalaron a precio de gallina flaca, el petróleo  a su amo del norte, esto mientras el pueblo silencioso mantenía el fuego de su pasión patria, de allí el refrán: :-“No hay mal que dure cien años”  por eso de la entrañas del dolor del propio pueblo, surgió como bengala  luminosa el grito rebelde de los Venezolanos, quienes abrieron las puertas para que después del caracazo llegara el 4-F y el 27-N de 1992, que dio comienzo a lo que  a la fecha lleva cerca de 12 años de proceso de cambio; donde poco a poco quienes tenemos ojos y vemos, quienes tenemos oídos, oímos,  razón por la que sabemos que  hemos avanzado, al derrotar  la pobreza critica que hemos ido dejando atrás  y bajo la conceptualización de reivindicar el carácter humanista de la educación como medio de realización  del sujeto humano, hemos reducimos el analfabetismo a su mínima expresión, por eso   quienes no podían estudiar ahora lo hacen con toda facilidad, en las misiones “Yo Si Puedo” Rivas y Sucre, en todas las universidades que este gobierno ha creado, como la UBV, UNEFA, IUT. Politécnicos territoriales, Universidad de los Trabajadores, Universidad  para la Cultura, y seguramente nacerá la universidad para la Energía Nuclear, de allí que se afirma que  en Venezuela, el que no estudie es porque no quiere,  ahora la universidad está en todas partes, la Universidad se ha municipalizado; prueba  de éllo, este acto de grado, donde seguramente los egresados si se detuvieran a  reflexionar por un instante llegarían a la conclusión  que de no haber llegado la revolución a este país,  este  acto no se estaría efectuando de ninguna manera, ya que  la burguesía nacional y transnacional tenían y siguen teniendo como objetivo la privatización del derecho humano a la educación.

Este auditorio se habrá  preguntado ¿A que  viene esa historia de la tragedia de Bolívar,  Zamora y Cipriano Castro; pues bien, todo esto para retrotraer a la mente de muchos de los que estamos aquí  el titulo de una  novela del escritor Latinoamericano Gabriel García Márquez:- “Crónica de una Muerte Anunciada”- Esto porque  se hace urgente sincerar que posición se tiene en este instante, en esta coyuntura política, donde la patria y su proceso revolucionario está bajo la mira incesante del imperio norte americano, quien cuenta con el apoyo irrestricto de la burguesía parasitaria que por siglos vivió de la renta petrolera.

Ya no es posible, seguir ahí como contemplativos ante tanta mentira y agresión de fuerza  exógenas e internas que por lo visto  se han decido volver por los desafueros de acciones desestabilizadoras que apuntan a la búsqueda de dar al traste con la tranquilidad de la patria de Bolívar, sin importarles el precio que halla que pagar con tal de aniquilar el proceso que en estos  doce años han venido construyendo el pueblo Venezolano junto a su líder Presidente Hugo Chávez.

En este sentido es bueno puntualizar que hace cerca de treinta días el propio Presidente Chávez, denunció  ante el mundo entero que:-“ tiene información clasificada que indica que las fuerzas reaccionarias internas y externas tiene reunido más de 100 millones de dólares para pagar a quien o quienes le asesine” .- Sin embargo, nosotros,  casi seguro estoy la mayoría de los  que estamos aquí, nos quedamos como si nada, como si aquella alerta que pareciera una crónica anunciada, poco o nada nos importara, situación realmente  lamentable que  llama a la reflexión y a la auto crítica, ya que no fue cualquier cosa lo que  nos anunció el líder del proceso, quien como es lógico, al  informar aquella terrible noticia esperaba e incluso seguramente aún tiene esperanza que  su pueblo   reaccione con la dignidad a que en la historia patria  ha acostumbrado al pueblo insurrecto  de Venezuela.

Es importante que sepamos que la oligarquía nacional y transnacional, se está moviendo con mucha fuerza, y para éllo, tal cual le conocemos, no descarta ninguna opción y entre  éllas, tiene el calculo del magnicidio como forma de sacar al pueblo Venezolano del Centro del Poder Político, sin entrar a medir las consecuencias que esa acción impensable pudiera traer consigo.

Por eso, En tanto que humanistas- antiimperialistas debemos exigir: Respeto para con la vida de nuestro Líder Presidente, al tiempo que invoquemos el espíritu del Tachirense Cipriano Castro. Para decirle a los Cipayos y al imperio gringo:-“Que  la bota insolente del extranjero no se  atreva siquiera a pensar pisotear el suelo sagrado de la patria que nos lego el padre libertador Simón Bolívar”.

Que la gratitud sea mayor que la ingratitud, que el amor sea superior al odio. En verdad que  ustedes graduando, hijos intelectuales de esta revolución sepan y entiendan siempre que de no haber sido por este cambio épocal y el acompañamiento de  este líder nacido de las entrañas del propio pueblo, ustedes y millones  como ustedes no estarían, no podrían estar en adelante recibiendo la dicha de ser profesionales:-“para los hermoso, para lo grande para lo bueno”, como habría escrito Bolívar a su Robinson maestro.

 Porque si llegáramos a perder a éste conductor de pueblos, que  hoy está siendo amenazado por la oligarquía anti nacional y el Tío Sam, que se considera dueño y señor del planeta tierra, la felicidad en medio de la vicisitudes  que seguramente muchos vivimos hoy, se convertiría en una tragedia, como la que vive  el pueblo vecino  desde el día 9 de abril de 1948, cuando  el imperio y la oligarquía Bogotana mandaron a asesinar vilmente al líder Jorge Eliezer Gaitán.

Es bueno que los venezolanos nos  miremos en ese espejo de la historia latinoamericana, para que dejemos de padecer el síndrome del Avestruz.

Para concluir traigo un extracto de las recomendaciones que Bolívar hiciera para la educación de su sobrino Fernando:-“Siendo muy difícil apreciar dónde termina el arte y principia la ciencia, si su inclinación lo decide a  aprender algún arte u oficio yo lo celebraría, pues abundan entre nosotros médicos y abogados, pero nos faltan buenos mecánicos y agricultores, que son los que el país necesita para adelantar en prosperidad y bienestar”

Gracias por la atención.

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(*) Rector de la Universidad Politécnica Territorial “Manuela Sáenz”

 macariosandoval@hotmail.com


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Macario Sandoval*

Equipo PSUV-Táchira.

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