La naturaleza le pasa factura a las víctimas del capitalismo, a los pobres de la tierra, una vez más se pone a prueba a la Revolución, ¡ah! esta vez estamos más fuertes y organizados. Pero cuidado, la emergencia, no debe imponerse a la planificación estratégica.
Hasta ahora hemos ido de coyuntura en coyuntura, y lo estratégico exige comprender que las lluvias, sequías, deshielo, falta de agua potable, etc., son consecuencia del cambio climático, mientras el mundo no derrote las causas de ese fenómeno climático, Venezuela, y cualquier país del planeta, estará sometido a su venganza por mucho tiempo.
El cambio climático y calentamiento global, han creado fenómenos contradictorios como: La desertificación, islas de hielo que se derriten, aumento de los niveles del mar, huracanes más violentos, etc, desastres naturales que han creado millones de refugiados climáticos en el mundo.
A la emergencia debe dársele respuestas estratégicas, “visionarias”, las transformaciones urbanísticas y creación de ciudades socialistas deben responder a un plan maestro: un sistema de viviendas multifamiliares y unifamiliares con espacios para pequeños huertos. Modernos sistemas de transportes (metro aéreo, subterráneo, superficial, trenes, tranvías, etc.), ruptura de las fronteras suburbanas, agrícolas, etc, instalación de fuentes de trabajos, industrias ligeras y de servicios, sistemas modernos de tratamientos de desechos sólidos.
Ciudades verdes, sostenibles, seguras humanas, con anchas aceras, que dé prioridad a los ciudadanos de a pie y a la bicicleta sobre el carro.
Con el Gobierno Socialista del presidente Chávez, los refugiados climáticos, victimas del capitalismo, tienen en la seguridad de que no serán como otrora abandonados.
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