(Migrantes e inmigrantes)

Conozcamos a los Refugiados

Las desgracias naturales y los ciclos climáticos impulsan a las personas a vivir nómadamente; en algunos casos, de manera transitoria y regresiva, y en otros, de forma permanente. En tal sentido, el término emigrante se aplica casi por igual a personas y animales, si se trata de movimientos dentro de un mismo país, y, de preferencia, hablamos de inmigrantes cuando se practican de un país a otro.

Pero también las guerras devastadoras de pueblos y ciudades enteras causan la emigración. Las crisis económicas internacionales y algunas regionales también lo hacen, pero los propios movimientos evolutivos de la economía y política ha sido fuente frecuente de emigraciones o éxodos de un país a otro y de una región a otra dentro de su propio país.

En el caso venezolano, hemos sufrido varias inmigraciones. Entre las más connotadas se halla la gente oriunda de la Colonia Tovar. En primer lugar, como ex colonia, somos un puñado de extranjeros y mestizos de variopintas etnias, sin todavía alcanzar una verdadera caracterización “nacional”. A Venezuela entran y salen extranjeros sin que nada ni nadie los detenga, salvo el billete que durante los últimos años ha sido el leitmotiv de sus llegadas y ausencias.

Pero todas las inmigraciones extranjeras tienen en común haberle resuelto parcialmente su problema social a los países de origen, particularmente los refugiados de guerra luego de la Segunda Confrontación Mundial.

Hoy que buena parte de los venezolanos más golpeados por este sistema burgués está sufriendo por causa de desgracias naturales, causadas por la Naturaleza, pero sobre la base de las miserables condiciones socioeconómicas, sería una buena oportunidad para que los extranjeros, nacionalizados o no, demuestren su agradecimiento.

Como sabemos, la mayoría de nuestros inmigrantes se han dedicado con éxito al comercio e industria, razón por la cual la mayoría de ellos no vive ni ha vivido en “ranchos”, ni son ellos quienes ahorita sufren estas calamidades. Por el contrario, vemos cómo, en esas condiciones mercantiles, algunos parecieran estar haciendo un gran negocio con semejantes desgracias.

Nos gustaría verlos y saber que cada extranjero que ha hecho vida y dinero en esta acogedora región da demostraciones de agradecimiento con algún donativo.

marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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