¡Estás contento, chavista de m……!. Navidad amarga, año nuevo de odio

PRIMERO.- Tengo una vecina, médica de profesión y profesora universitaria cuya mayor hazaña en nuestra comunidad fue la de insultar, vejar y atropellar a la primera médica cubana que envió la Misión “Barrio Adentro” a nuestra urbanización de clase media. Dicha doctora no participa en las actividades del Consejo Comunal; pero se queja de todo y por todo, no aporta nada a las actividades para solucionar los problemas que confrontamos y sufrimos nuestra comunidad como ciudadanos organizados. Por supuesto que vota por la oposición y se la pasa despotricando contra el gobierno revolucionario de presidente Chávez. No hay lugar donde no lo haga. En el supermercado, en la calle, en la comunidad y por supuesto en la universidad donde trabaja. Cada vez que se aprueba una ley, yo me convierto en el receptor de sus quejas y manías persecutorias (paranoica y obsesiva, ve rojos por todas partes).

SEGUNDO.- En los primeros minutos del año nuevo la saludé y le expresé mis deseos de un año feliz, nuevo y productivo. De nada valieron mis buenas intenciones y los consejos del presidente hacia los sectores medios. Dejo claro, que viviendo entre ellos, jamás me he expresado con violencia, descalificativo alguno o groseramente contra los vecinos opositores, ni he utilizado la política para trabajar en pro de mi comunidad. La susodicha doctora me respondió al saludo con una andanada de grosería e improperios –Me dijo – ¡Estás feliz, chavista de m!...con eso que le hicieron a mi universidad, me la quieren convertir en un paraíso comunista con esa nueva ley universitaria, ahora los rectores los nombrará el hp de Chávez y violaran nuestra autonomía cada vez que le de la gana. Al día siguiente se presentó a la puerta de mi casa pidiéndome una disculpa --según ella, productos de los tragos – y con una torta negra navideña. No le reclamé su actitud grosera, sólo le pregunté si se había leído la nueva ley. Me contestó que no había tenido tiempo; pero todo lo que hace Chávez, para mi está malo. La despedí con cortesía, pero no le acepté el regalo. No vaya a ser que me pegue su amargura, y su odio

TERCERO.- Autoridades y profesores universitarios se creen los dueños de las universidades del estado venezolano,  hacen y manipulan los presupuestos como les da la gana. No hay control fiscal ni le rinden cuentas a nadie. Manejan los bienes y las propiedades de las universidades a sus antojos y caprichos. Ya es hora que estas universidades  se integren al desarrollo del país  y permitan la inclusión de los sectores populares en sus matrículas. Son varios los  privilegios que gozan los profesores de estas instituciones. La doctora arriba señalada tiene la  exención de inscribir a su hija con sólo 13 puntos de promedio, mientras miles de estudiantes con mejores notas se quedan sin cupo. ¡Claro que es su universidad!... por ahora. Muy pronto será de TODOS.

Antojofel@hotmail.com



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Antonio Fernández Lunardi


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