El desprecio, la deslealtad y la vejación son sinónimos del olvido y parece ser que últimamente, por lo menos a las diputadas, y los diputados de la oposición, los viene traicionando la memoria. Y muy seguido. Me da la ligera impresión, que en el cerebro de estos diputados, se radica, por su actitud, una neurona muy pequeña, pero muy pequeña que no les permite pensar, ni actuar; y por eso, es la metida de pata muy seguida por parte de estos sujetos, capaz de arruinarlo todo. Si alguna vez existió en el cerebro de estos opositores, las legitimas neuronas funcionando; pues, se les olvido como hacerlas funcionar; porque, no hay que tener nada funcional en lo que se refiere a neuronas, cuando estos apátridas hacen una alharaca, en la Asamblea Nacional, para que se abriera el debate; y resulta que se abre el debate; y salen con las tablas en la cabeza; en el debate que ellos pedían a grito como paraulata llamando al macho, los diputados revolucionarios le dieron una felpa, una batida, una estrujada, ó mejor dicho como decimos por acá, los diputados revolucionarios le dieron a estos apátridas una coñacera, o también diríamos: le salió el tiro por la culata. Cada vez que estos apátridas abrían la boca, llevaban coñazo parejo; pero, no nada más era la coñacera, sino el fundamento, el soporte jurídico y político de la misma.

Dura tarea para los diputados revolucionarios, en inculcarle a estos apátridas, el sentido de pertenencia, el sentido de amor a la patria, pero como el pueblo es sabio, conjuntamente con los diputados revolucionarios aportara no su granito de arena, sino un CERRO de sabiduría intentando desenredar la neurosis obsesiva que colma a la oposición apátrida, con el tema de derrocar al comandante Chávez. Para el pueblo venezolano, quedará la difícil misión, que estos “señores” rompan las ataduras de una relación ambivalente que les permita madurar. Aunque nos cueste un sacrificio mayor, como el de tratar con estos apátridas, para que entren en razón, bienvenido sea el sacrificio. La aptitud apátrida, de estos diputados, a veces los hace meter la pata o sencillamente decir la verdad. La oposición venezolana ha metido la pata varias veces. En esta década, algunos proyectos diseñados para mejorar la calidad de vida de los venezolanos se quedaron en el aparato, debido a las posiciones contrarias asumidas por la oposición apátrida, de cumplir con el libreto imperial o para evitar la ganancia política del comandante presidente en la ejecución del proyecto país; hay un dicho que dice: “El pez muere por la boca” y hablando de pez, hablemos de un bacalao Teodoro Petkoff quien, consciente o inconscientemente, ha dicho que “cree que van a perder las elecciones presidenciales del 2012…”. 

La oposición ha vuelto a meter la pata, en esta oportunidad el escenario es la Asamblea Nacional; postulan a un criminal a la vice presidencia de la AN; se fracciona la Mesa de la Unidad al día siguiente de la juramentación; de unidad debe ser de los dientes pá fuera, porque por dentro, se llama la Mesa de la Desunidad, los adecos y copeyanos tratan de imponer lo suyo. Camaradas, fíjense lo que hizo el bacalao mayor, de Ramos Allup, siempre con su pintoresca y retórica puesta en escena, deslizó a su gente en la Asamblea Nacional a sabiendas que los diputados que se encuentran incurso en delito alguno, no van pal ´baile; sencillamente no se opuso nunca a estas postulaciones, y les puso como suplentes a sus compinches adecos; sencillamente con vaselina se clavó a sus colegas opositores. Los 67 diputados de la oposición, están tratando de imponer los intereses foráneos por encima de los intereses del país. Ha sido la propia política apátrida de estos diputados, que aferrados a su obstinada obsesión de sacar a nuestro comandante presidente Hugo Rafael Chávez Frías, se encargaron de despedazar cierta dependencia emotiva a fuerza de ignorancia, odio y egoísmo, desconociendo incluso, las leyes venezolanas, al pueblo venezolano que, bajo de un olvido e invisibilidad por parte de estos apátridas diputados, se montaron en el barco de la revolución bolivariana, para contribuir con desinteresado sacrificio a la construcción de un país socialista.

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Patria Socialista o  Muerte   estamos   Venciendo.