Son hijos de África todos los seres humanos que habitan el planeta tierra, pues según todos los estudios científicos realizados hasta ahora, en ese continente se origino la especie humana. Así como otras tantas especies de origen animal y vegetal que cubren la faz de la tierra. Por lo tanto, es mucho querer pretender que solo los Negros venezolanos o latinoamericanos somos de origen africano. En Arabia y en todo el norte de África existieron desde los más remotos tiempos pueblos que no eran y no son de color de piel negra.
Hecha esta aclaración quisiera poder aportar mis puntos de vista sobre el tema a la periodista Beatriz Aifil, quien en el _”Correo del Orinoco” mantiene una columna titulada “En Negra Tinta” y el domingo 16 de Enero afirma que: “Negar a África. Muchos hermanos movidos por razones como la vergüenza étnica NIEGAN SU ASCENDENCIA AFRICANA”
En varios escritos sobre este tema he sostenido que los Negros que vinieron de África en calidad de esclavos no eran seres humanos, eran mercancía y “la mercancía” se nacionaliza al llegar a su origen. Lo que traían los “honorables comerciantes de la época” eran “herramientas que hablan” como ya los había denominado Aristóteles, en una de sus obras.
Así como había comerciantes especializados en traer negros, también habían otros que comerciaban con bestias de carga, otros traían harina y otros telas, etc. Cuando llegaban al puerto tenían que declarar que es lo traían y en los libros contables asentaban el número de piezas, bultos o costales. El mismo tratamiento que recibía una recua de mulas, burros o caballos recibía el lote de negros, que para los efectos venían a realizar el mismo servicio. A excepción de los caballos de raza árabe, no conozco que se clasifique o denomine a los burros, caballos, perros, ovejas, café, cacao, etc.. como “afrodescendiente”. Todas estas especies que están en el país se les consideran “venezolanos”, independientemente de su lugar de origen.
Para aclarar aun más el punto, en Venezuela existe una colonia de “Alemanes descendientes” en la Colonia Tovar. A ellos si se les puede decir así, pues no vinieron como mercancía y todavía conservan su cultura originaria. Pasan a ser venezolanos al momento que son registrados en los libros del Registro Civil o porque el Estado les otorga la nacionalidad.
Nosotros los Negros Venezolanos nacidos en estas tierra a partir de 1.854 dejamos de ser “mercancía” y comenzamos a existir como seres humanos. Nuestros hijos comenzaron a ser inscritos en los registros religiosos y después civiles. A partir de allí comenzamos a existir como ciudadanos y nos incorporamos a una sociedad multiétnica integrada por blancos, indios y mestizos que no eran esclavos y que por las razones que sean, tenían que aceptarnos como iguales. Eso quedó firmemente establecido en la Constitución Federal de 1.864. A partir de allí desaparecemos los Negros como raza y aparecemos como ciudadanos con igualdad de Derechos y Deberes Republicanos.
Ya obtenida la ciudadanía venezolana, nos corresponde reconquistar la esencia genotípica que nos distingue de los otros grupos étnicos con los cuales cohabitamos en el mismo país. De allí la lucha por el reconocimiento de la alta concentración de melanina en nuestra sangre y en el fenotipo físico que nos distingue para no ser confundido con los otros grupos humanos con los cuales nos toca convivir. Para ser mas explicito con un ejemplo, si tenemos en nuestro hogar un Tigre, un león y un gato, donde los tres son de la especie felina, a cada uno de ellos se le debe distinguir por su esencia, la cual es por el sonido que emiten y que es lo que fácilmente permite distinguirlos.
¿Y por que es importante hacer esta distinción? ¿Qué ganamos con que nos distingan como Negros? Bueno, lo que pasó es al haber sido invisibilizados como “ciudadanos venezolanos” no se corrigieron las injusticias históricas cometidas contra de nosotros, nos dejaron en la cola y no nos resarcieron, quedando la República con un saldo deudor que todavía no hemos podido cobrar. Los Negros que sobrevivieron al hocausto de la esclavitud y los que nacimos a partir de 1.854 trabajamos produciendo la casi totalidad de las riquezas acumuladas en el país y como trabajadores, somos merecedores de la obtención de una parte de la riqueza producida, tal como lo establecen las leyes universales del trabajo. En la actualidad esto se cobra como prestaciones sociales, antigüedad, cesantía, etc.
En Derecho, la no existencia del cuerpo del delito, hace imposible castigar al presunto culpable. En el caso nuestro, si los Negros nos negamos a ser Negros y por ende no existimos, entonces el culpable de nuestra situación de” excluidos y robados” no tendría a quien pagar, pues no existimos. De allí la necesidad de ser identificados como lo que somos: NEGROS VENEZOLANOS, con los cuales la República tiene una deuda y que debe pagar.
El Estado venezolano está haciendo justicia con la población INDIA, a la cual le fueron robadas sus tierras y excluidos de la vida social, política y económica y en un acto justicia se les está tratando de resarcir por los daños causados. No es ese el caso nuestro, pues nosotros lo que aportamos fue mano de obra, habilidades, semen y vaginas que constituyen parte importante del patrimonio nacional. De allí que la primera acción es el reconocernos nosotros mismos como Negros, para poder cobrar lo que nos deben.
La República debe saber cuántos somos para que sepa cuántos somos los acreedores. Debe saber donde vivimos y cuáles son nuestras aspiraciones. Sin estos elementos la posibilidad de hacer justicia se hace imposible, de allí la necesidad de ser contados en el próximo Censo Nacional. Si seguimos con el cuento de que somos “afrodescendiente” lo más que podríamos conseguir es que nos expatrien para el lugar de origen, sin cobrar que nos deben.
Juanveroes64@hotmail.com