“Ley de Emolumentos”, al fin una Ley que permite el verdadero ejercicio de la “Contraloría Social”

Estimados camaradas socialistas, no saben la enorme felicidad que me ha dado la promulgación de este nuevo instrumento legal, que permitirá a nuestra sociedad, primeramente, regular los niveles de emolumentos de todos los responsables de la cosa pública dentro de la revolución, en segundo lugar, porque como muy bien lo indica mi título, nos permitirá un efectivo y a la vez transparente ejercicio de la contraloría social sobre todos los funcionarios públicos adscriptos a esta revolución, en tercer nivel y el más importante, es que como buena revolución socialista hemos comenzado a hacer la tan importante unión de las clases sociales, llevando estas a la irremisible desaparición de una sociedad realmente igualitaria, ya que esta ley une de manera directa a la clase trabajadora más baja, la que percibe el sueldo mínimo, con el resto de la clase trabajadora venezolana y por último, una breve reflexión sobre una satisfacción personal.

Como decíamos, el primer resultado satisfactorio que tendrá esta ley para la sociedad venezolana es que los emolumentos de los funcionarios públicos no quedaran, en ningún caso, a la discrecionalidad de los organismos que regentan estos funcionarios, de esta manera, podemos acabar con esa anarquía salarial que existía en la cosa pública, cuando cada ente era capaz y tenía la potestad de determinar el nivel de emolumentos que sus funcionarios podían devengar, trayendo esto como consecuencia inicial, una enorme diferencia entre los niveles salariales de funcionarios del mismo rango que actuasen en diferentes organismos estatales y, seguidamente, traía una complicidad abusiva y subterránea, que permitía a estos institutos estatales, permitir la percepción de emolumentos poco menos que groseros por sus funcionarios y a la vez, amparados en la mas ignominiosa impunidad y oscuridad pública.

El segundo aspecto que destacábamos en el párrafo inicial, era la de la verdadera y efectiva posibilidad de aplicar la “Contraloría Social” en el aspecto puntual del nivel de vida que aparentan o tiene nuestros funcionarios públicos. Es así señores, gracias a que por ley todos, repito, todos los ciudadanos de esta hermosa república sabemos los topes salariales que deben o pueden devengar los funcionarios públicos que sirven a la revolución, pues esto servirá de base a aquellos ciudadanos que por una u otra razón conozcan y sepan de la vida privada de estos funcionarios y podrán comparar el nivel de vida que estos se dan, con el nivel de emolumentos que perciben y así, al ver un gran desnivel podrán hacer la denuncia pública pertinente y podremos, de esa manera, gracias a la Contraloría Social poner en marcha ese motor fundamental de la revolución como es el de la tres “R”, ya que podremos controlar a nuestros empleados y evitar de esta manera la tan perniciosa corrupción.

El tercer aspecto al cual quiero referirme en el presente artículo para mi es el más fundamental y socialista de los aspectos que tiene esta muy buena ley de emolumentos, ya que en toda sociedad, realmente, socialista que se quiera instaurar, el aspecto puntual, el más importante, es la eliminación definitiva de las diferencias y privilegios de clase, de esos niveles falsos, fatuos, ficticios, que el capitalismo ha mantenido desde los tiempos monárquicos, como es el de mantener los niveles sociales, las clases sociales más diferenciadas cada día, de ser posible.

A tenor de la lucha en contra de esto no podemos dejar de felicitar esta iniciativa que enlaza, une, hace consecuencia de otra el emolumento que reciben todos los estratos de la sociedad venezolana, ya que al hacer que todos los emolumentos sean vivo reflejo del sueldo mínimo, es decir, del emolumento de la mayoría y del extracto más bajo, nos permite tener presente, en todo momento, que nuestro sueldo viene tasado unido a este sueldo mínimo, somos parte de lo mismo, porque cuando se dice que una persona debe ganar 12 veces más que el pueblo llano, esto no solo crea una interdependencia, sino un compromiso “enorme”, ya que hay que demostrar, claramente, que uno tiene la capacidad, los conocimientos y la entrega de 12 de nuestros conciudadanos.

Lo anterior es lo más importante, lo realmente relevante, ya que comenzamos a eliminar esa invisible pero tan poderosa pared que nos divide, que nos recuerda en todo momento que no somos iguales, que hay personas de primera, de segunda, de tercera, etc., y ahora con esta ley, si bien tiene que haber la sabida diferencia entre las capacidades y los conocimientos de los ciudadanos, en ningún momento debemos dejar de olvidar que todos somos humanos, que todos somos ciudadanos y sobre todo que todos somos una sociedad.

El último aspecto tiene que ver mucho con ese ego que tenemos todos los que escribimos y que siempre debemos tratar de controlar y esto lo traigo a colación, ya que hace mas de dos años y en varios periódicos digitales me publicaron un articulo, el primero que escribía en esta etapa, muy mía, de compromiso social con esta revolución y el tema era el de la necesidad de crear una nueva ley de sueldos y salarios que uniese todos los emolumentos al salario mínimo, este articulo lo repetí con ciertos cambios de forma cuando salto al tapete el debate de esta ley y aunque sé que, muy probablemente, estos artículos en nada influenciaron a nuestros asambleístas, no es menos cierto, que la satisfacción de sentir que la sociedad que estamos transformando se comienza a parecer, aunque sea un poco, a lo que uno sueña, eso es más que satisfactorio, así que espero sepan excusar este destello de mi ego el cual, sin embargo, casi siempre logro controlar.

Ya para terminar este articulo solo quiero hacer referencia a una serie de críticas, quejas y ataque que ha comenzado a sufrir esta ley, las principales vienen dadas a que el aumento de 12 veces del sueldo mínimo para los más altos funcionarios es muy poco y sobre todo al tratarse de los jueces del alto tribunal y las demás quejas, van muy a tenor de esta y yo les diré que puede ser que tengan razón, pero estos cambios serian cosméticos, serian de forma y jamás de fondo, que es lo que realmente importa y lo que me tiene tan contento, así que tranquilos, todas las leyes son perfectibles y deben ser cambiantes con el tiempo y con las sociedades, pero les repito, la forma poco importa ante el fondo.

pito0726@hotmail.com


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Alfredo Domínguez Fernández


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