La primera de estas cartas la dirige el gran Simón Bolívar al congreso de la Nueva Granada, el 27 de noviembre de 1.812, explicando la caída de la I república. Entre muchas de las razones que aduce una de las fundamentales es la que sigue: “Y, en fin, el fanatismo religioso, hipócritamente manejado por el clero, empeñado en trastornar el espíritu publico por sus miras de egoísmo e intereses de partido, temiendo la pérdida de su preponderancia sobre los pueblos supersticiosos. Todo vino a concurrir a un tiempo para preparar nuestras cadenas”.
Más claro imposible, debemos recordar que estas declaraciones, al igual que las que a continuación les expondré, las da Bolívar como recordatorio a la vil postura que tomaron los representantes del clero en Venezuela, después de acaecido el nefasto terremoto de Venezuela en fechas de un jueves santo de 1.812 y que como bien expone el padre de la patria, fueron estas hipócritas posturas una de las razones primordiales por la cual el pueblo retiro buena parte de su apoyo a la causa patriota y con ello se devino en la ineludible caída de la I República.
La siguiente cita la saco de la carta escrita por Simón Bolívar, el 15 de diciembre de 1.812 en Cartagena de Indias, donde esboza los motivos principales de la caída de la I república, a saber: “La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy considerable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas y en la introducción de los enemigos en el país, abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil. Sin embargo, debemos confesar ingenuamente, que estos traidores sacerdotes, se animaban a cometer los execrables crímenes de que justamente se le acusan, porque la impunidad de los delitos era absoluta, la cual hallaba en el congreso un escandaloso abrigo. Llegando a tal punto esta injusticia, que de la insurrección de la ciudad de Valencia, que costó su pacificación cerca de mil hombres, no se dio a la vindicta de la leyes un solo rebelde; quedando todos con vida, y los mas con sus bienes”.
Como verán, tanto la primera como la segunda cita, más actuales, mas verídicas, más contundentes imposibles y se a esto le agregamos ese plus extra que le da el hecho de que es el mismísimo Simón Bolívar, el Libertador de América, quien se las lanza y en su propia cara a la cúpula clerical, mas ético y moral este regaño, por llamarlo de alguna manera, imposible.
Estimados lectores, si bien es cierto que quizás este artículo aparezca un poco a destiempo, ya que hace mas de un mes que el clero soltó esa cantidad de estupideces de puro tinte político, esto obedece a un estilo muy mío, de no querer inmiscuirme en el debate con participación de personajes, cuyo poder social es muy connotado y con los cuales yo no comulgo para nada, ya que como sabrán, religión y yo agua y aceite, pues siempre prefiero dejar pasar los días, agarrar el debate ya acabado, más descansado y con menos pasión, lo que permite digerirlo y analizarlo con más claridad y profundidad, ya que siempre en estos temas la pasión no es buena consejera.
De igual manera y ya para terminar, necesito decirles que si bien el tema religioso para mi es poco menos que inútil y considero que si bien es muy cierto que la religión, en estas sociedades modernas, es un MAL necesario, no es menos cierto, que mi postura es que se les debe controlar muy férreamente y no permitirles sus intromisiones en asuntos que no les corresponde y que no encaran con plena responsabilidad, ya que es muy fácil criticar en un tema en el cual a uno no lo pueden criticar.
Es de ahí que no quise dejar pasar la oportunidad, una vez releí estas cartas tan importantes de Libertador, de traer estas citas tan contundentes, tan concisas, tan actuales y con todo el peso moral y ético de ser declaraciones de nuestro padre de la patria, así que señores del clero, solo se les pide un poco de coherencia con su actuación y su discurso, solo eso se les pide, sean sinceros y coherentes.
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