De las marchas realizadas el pasado 23 de enero, sin duda, la gran novedad fue ver las pancartas y franelas azules desfilar al lado de las blancas, amarillas y verdes de la derecha. Partidos y políticas que, desde su fundación, siempre combatió patria para todos, sí en minúscula lo colocamos, así debe ser escrito quien traicionó sus ideales de cambio revolucionario y terminó en la cloaca de la historia, al lado de sus verdugos. Paz a sus restos.
Pero no venimos a conversar de cosas malas y tristes, todo lo contrario, como caraqueños/caraqueñas estamos de lo más contentos/contentas, el Metro de Caracas, nuestro principal servicio de transporte ha arrancado este año prestándonos un excelente servicio, los retrasos parecieran cosa de un pasado añejo, las escaleras mecánicas casi funcionan todas, la ventilación mecánica en los vagones está de maravilla, frescos y agradables es lo que están por dentro esos vagones, el viaje es confortable, solo lo perturba, aquellos compatriotas que encienden sus rocolitas chillonas (celulares) a todo volumen. Al interior de los vagones, todo es conversa, las peleas entre los usuarios/usuarias casi no se producen, la reducción del tiempo de espera ha conducido a que los vagones no se encuentren a reventar y para poder entrar al mismo había que abrirse paso a empujones y codazos, situación que se ha minimizado y esperamos se elimine una vez entren en servicio los nuevos y modernos trenes, made in España. Y mientras conversamos, la disputa por la atención de los lectores/lectoras de noticias, hasta ahora, según nuestra apreciación, Últimas Noticias lleva la delantera en número de lectoras/lectores, en una relación 3:1 sobre su más cercano competidor, Ciudad CCS, que viene fallando en la distribución dejando el campo abierto al diario de la familia Capriles. Los vendedores, pedigüeños y artistas del subterráneo, también han desaparecido de los vagones, mientras la Policía Nacional Bolivariana ha traído seguridad y tranquilidad a los usuarios/usuarias. Sólo falta, a nuestro juicio, profundizar en la campaña de sensibilización de la cultura Metro, cultura ciudadana; por los parlantes se habla de unas Normas que hay que seguir, pero que, los usuarios/usuarias desconocemos por completo, esta es una falla que detectamos desde el mismo inicio del Plan Despliegue.
El balance de estos, casi dos meses de ejecución del Plan Despliegue, con que arrancó su gestión el camarada Haiman El Troudi, es de total éxito, vista, como la vemos, desde nuestra visión de usuario consuetudinario de este servicio, toca a los trabajadores/trabajadoras de nuestra compañía de servicio público hacer su evaluación y hacérnosla saber.
Pero, ¿de dónde venimos?, y esto debemos tenerlo presente, para poder entender el enorme esfuerzo que han hecho los trabajadores/trabajadoras de nuestra empresa Metro de Caracas y sus actuales directivos. Del propio desastre. Las gerencias de Claudio Farías y Víctor Matute, se empeñaron en conducir al despeñadero la operatividad del servicio: escaleras infuncionales, vagones sin aire acondicionado, retrasos continuos, inseguridad al interior del subterráneo, buhonería en los vagones, desinversión en mantenimiento de los trenes, conflictos laborales, descontento de los usuarios/usuarias con el mal servicio, entre otros. Los efectos de esas malas gestiones, como era de suponerse tuvieron su incidencia en los resultados electorales del pasado 26S, ese sería su aporte en contra de los candidatos/candidatas de la Revolución Bolivariana.
Ahora, la situación del Metro de Caracas es de plena operatividad y de satisfacción y confort para sus usuarias/usuarios del servicio; falta todavía mucho más, la llegada de los nuevos trenes y su puesta en funcionamiento, será como la cúspide de nuestra aspiración como usuarios/usuarias del Metro, asimismo darle punto final al problema laboral del mal llamado “personal de confianza”.
El camino a la excelencia en el servicio está trazado, como se está demostrando, no era un imposible, con la unidad de trabajadores/trabajadoras, gerencia y usuarios/usuarias se está haciendo una realidad…
henryesc@yahoo.es
Caracas, 25 de enero de 2011