(Ciclo económico, vs. Ciclo político)

Conozcamos algunas vidas paralelas


Hoy, en el convulsionado Egipto se discute y cocina el relevo burocrático que mejor garantice los “intereses creados”, en este caso, los de la alta burguesía nacio e internacional      que son los verdaderos amos del DINERO[1], amos  del poder o agentes activos de la  relación social capitalista.

En Egipto se busca reciclar más de lo  mismo; se trata del “ciclo político” que se corresponde con el “ciclo económico del dinero, de la mercancía y de su correspondiente mercadeo” ya científicamente estudiados desde los tiempos mismos de los fundadores de la Economía Política Científica Burguesa.

 

Como sábese, el poder capitalista internacional   priva  sobre sus agentes, “testaferrados”  y comisionados” regionales, gobernantes y afines, quienes,  desparramados por el mundo,  son el verdadero “Ejército Industrial” en funciones productoras e intercambistas de pluscapital[2], o de “plusvalores”,   como antes lo hacían los feudales y la alta burocracia jerarcocatólica. Durante el modo esclavista egipcio, el faraón y sus aristócratas religiosos acumulaban valores de uso agrícolas y afines, o plusproductos, hoy acumulan capital derivado de la explotación de sus asalariados.

Aquel “ejército industrial” representa la verdadera defensa “armada” y pacífica de aquellos intereses capitalistas, mercantiles y dinerarios, y  defensa que se aplica a través de un Contrato Social plasmado en una    Constitución abstraccionista, con derechos,  obligaciones  y sanciones a todos los ciudadanos sin distingos expresos de su   posición clasista; por eso son Constituciones derechistas hechas a la imagen y conveniencia de la burguesía, con el respeto a los pobres por quienes parece sentirse lástima, pero no su indefensión como clase explotada.

Los ejércitos convencionales, castrenses y policiales, donde la soldadesca está formada por proletarios, se ocupan preferentemente de atacar al capitalista  menor, y modernamente para reprimir las manifestaciones de los “tirapiedras”, o sea, de los trabajadores desarmados de armas convencionales y de “dinero”. Durante las conflagraciones mundiales los ejércitos convencionales buscan la sobrevivencia del sistema con la supresión de capitalistas ingobernables dentro de la propia clase burguesa mundial. Estos ejércitos castrense e inermes económicamente carecen  de poder primario, es un  efecto  y no causa  de poder alguno.

En Venezuela ocurrió con mucha semejanza: las eclosiones sociales que en potencia estaban allí, maduritas, esperaban   la   salida de los gobernantes socialdemócratas y falsos izquierdistas  quienes hicieron dólares y de la suya , en cambote y durante ocho (8) largos  lustros de ventajismos y abusos, durante los cuales mataron, masacraron, robaron, envilecieron y quebraron todos los valores ciudadanos, en una perfecta emulación de lo ocurrido en otros sociedades, como las de EE UU, por ejemplo.

El poder capitalista mundial y local  vio a Chávez como un relevo que frenaría esas protestas de   alta peligrosidad para los bolsillos burgueses, y la posible ruptura de la paz burguesa. Y él les ha cumplido hasta ahora y por ahora, sólo que no en favor de los mismos beneficiarios e  interesados, sino de otros. 

Tan pronto Chávez no pudo satisfacer a toda ni a la misma   burguesía nacional y mediocre que directamente coadyuvó en su ascenso de la cárcel al Miraflores, decidieron   darle el Golpe estatal aquel, y lo lograron. Su llevada a la Orchila lejos y pacíficamente,   cual manso corderito, fue para exponerle los pormenores condicionantes  de su vuelta a Miraflores, ya que en este caso, a diferencia de Egipto, el pueblo lo pedía  con gritos y lágrimas en las calles caraqueñas, mientras allá el pueblo de las pirámides  pide que se ese gobernante se  vaya con sus dólares mal habidos   a otras partes alcahuetas de tanto pillo de la Cosa Pública.

El alto mando Militar de allá, como el del mundo, cumple religiosamente todos los mandatos para mantener a raya a ese pueblo masoquista electoral; así lo hizo el triste y amargamente olvidado generalote que masacró a diestro y siniestro durante el “Caracazo” y luego largándose, como aquel inicuo personaje de apellido “Ñasca”, periodista y ex policía adequísimo.

El alto generalato sabe que si no lo hace así, si no aplaca cruentamente cualquier rebelión de asalariados, el Gobierno de relevo le  pasará factura. Es lo que ocurrió en Venezuela con el Ejército que alcahueteó todos los abusos, muertos y desafueros de este mismo Ejército castrense  que ahora se llama “bolivariano”, como allá en Egipto su vida paralela hace otro tanto.





[1] El dinero capitalista representa en sí mismo la relación social burguesa, Cónfer: Carlos Marx, El Capital, Cap. I, íntegro.

[2] Autor citado, El Capital, Libro Primero, Sección Séptima, Cap. XXIII-1 (Ed. Siglo XXI, S. A.,  4ta. Edición,         España. México, Colombia, 1977, pág. 759)



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Manuel C. Martínez M.


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