Renovar la esperanza...

Líderes del talante y altura de Chávez son capaces de reconocer los errores cuando los comete, y más allá de la individualidad; más allá de los propios errores, más allá de todo, la reflexión del líder, la honestidad conque es hecha, la sinceridad y la modestia construyen de ese líder la figura extraordinaria que hoy descolla en Venezuela y el mundo por parte del comandante Chávez.

"Doce años después pido perdón por mis fallas, pero yo creo que más allá de mis fallas y mis errores, en estos doce años mis compañeros, y yo al frente, hemos asumido una responsabilidad que ha estado a la altura de una esperanza, que hoy quiero que renovemos", en estas palabras se resumen muchas cosas, Chávez es el líder que pide perdón, reconoce los errores pero activa la esperanza. Los acontecimientos recientes en el plano político, el lanzamiento de las líneas estratégicas nos muestra a un líder que no “escurre el bulto”, tan de moda en muchos y eso en si mismo representa una nueva forma y un nuevo estilo de hacer política, un estilo revolucionario y como siempre, al frente de sus responsabilidades, Chávez asume la militancia socialista con su praxis permanente y sus constantes orientaciones…Chávez hizo de “la alta política”, rimbombante nombre asignado por las clases dominantes, la política de la calle, de la esquina, del barrio, de la urbanización, en fin, del ámbito nacional; Chávez hizo de la política un ejercicio práctico de inclusión.

El líder nos llama a renovar la esperanza, esa renovación de la esperanza debe ir a la causa de los problemas del pueblo, la causa de la desigualdad, de la injusticia; de la falta de educación, de la falta de salud, de la falta de buen vivir para la mayoría del pueblo que es el sistema capitalista y la hegemonía burguesa. Ahora mismo atravesamos la grave crisis de los damnificados, más de 130 mil. La respuesta del gobierno revolucionario ha sido la más extraordinaria conocida hasta ahora en la patria, pero sin duda ustedes percibirán en esa respuesta algo muy diferente, se intenta ir a la raíz, al corazón del problema, al sistema capitalista que convierte un derecho humano en una mercancía para especular y estafar.

Casos como la revolución de la vivienda, el hecho de asumir el tema de la vivienda en el marco de la visión social, entendiendo que en el sistema capitalista es imposible resolver este problema, asumiendo que con las herramientas del capitalismo es utópico pensar en una solución estructural en el ámbito de la vivienda y el hábitat, es entonces cuando el tema de la vivienda de los pobres se convierte en un problema del estado y de todos, pero de un estado que debe adecuarse a las exigencias históricas del pueblo. Ahora bien, no solo se trata de hacer la vivienda y entregársela a un beneficiario, el estado socialista nos plantea el reto de ir más allá, nos plantea el reto de organizar a los beneficiarios en función de incorporarlos a nuevas formas y esquemas orgánicos que los convierta en seres liberados, capaces de iniciar el largo y tortuoso camino de auto gobernarse… “el camino es largo y tortuoso, pero es el camino”, así lo señaló Argimiro Gabaldón y así estamos llamados a entenderlo en estos momentos en que la derecha, la oligarquía desata la más virulenta campaña mediática y de manipulación en contra del pueblo y coloca los grandes proyectos revolucionarios en el ataque constante, la razón, no son sus empresas las que manejan la inmensa cantidad de recursos asignados a la construcción de viviendas, sin duda hay motivos suficientes para renovar la esperanza.

Con Chávez renovar la esperanza significa reimpulso, significa determinación, significa asumir los lineamientos políticos explayados en LAS CINCO LINEAS ESTRATEGICAS. No podemos auto flagelarnos, no es poca cosa lo logrado, pero tenemos que entender que una revolución es un acto de permanente reimpulso, permanente revisión, permanente re politización…es la revolución permanente, entendiendo que la contra también es permanente. Mientras haya revolución habrá ataques de la contra revolución.

El comandante tiene la virtud de renovar la esperanza del pueblo en la medida que diseña estrategias para profundizar la revolución y marchar definitivamente al sistema socialista. Esto no solo se trata de un problema político-económico-social solamente, es cultural-educativo. El capitalismo se incrusto en la mente del pueblo y liberarse de sus mecanismos de subyugación es una titánica tarea. Se trata de desmontar la superestructura burguesa, se trata de desmontar el sistema capitalista en todos los aspectos.

En estos momentos cuando centenares de venezolanas y venezolanos discuten las líneas estratégicas, en paralelo se reúnen los grupos de pobladores, movimientos sociales, poder comunal, colectivos, etcétera y se aprestan a renovar esa esperanza junto al comandante. Hoy cumplimos doce años de aquel 2 de febrero de 1999 en donde la oligarquía se estremeció cuando el comandante juro sobre “la moribunda” constitución, ¡Cuantas cosas han cambiado! En ese estrado en donde los protagonistas eran Caldera y Luis Alfonzo Dávila, la representante del poder judicial era Cecilia Sosa, la burguesía pues, ahora en cambio el escenario es otro: Fernando Soto Rojas, Aristóbulo, Blanca y una sólida mayoría para empujar la renovación de la esperanza con el pueblo legislador al frente. Sin duda en doce años muchas cosas han cambiado, pero se necesita ir mucho más profundo, ir al fondo, verle el hueso al sistema capitalista y ello solo es posible con un poderoso operativo político organizativo que eche a volar por los cielos el viejo estado burgués.

latojeda@gmail.com


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Luis Alberto Toro Ojeda…

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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