La vuelta de la oposición
a la Asamblea Nacional luego de su ausencia por decisión propia, resultó
ser un castigo insoportable para una derecha que parece no percatarse
del país que creció en los años de su ausencia. Pretendían incendiar
al país con una minoría que proclamaban superior usando una aritmética
muy digna del sabio zuliano hoy asilado en Perú, Manuel Rosales.
Toda la patria y el mundo pueden
disfrutar de las sesiones televisadas en las que las caras de los opositores
reclaman sobredosis de flores de Bach o valeriana. Terminan recurriendo
a la violencia física ante el sentimiento de derrota y burla, de estar
fuera de contexto histórico. Reclaman que no hagamos historia sino
futuro, porque pretenden proponerse como salvadores de lo que
para ellos es una desgracia. Pero vienen las voces del futuro a pegarles
bofetadas de historia en las que ellos son los culpables de un pasado
de miseria y entrega a los designios imperiales. Ya sus cacareos perdieron
actualidad y ante el pasmoso ridículo, recurren a las payasadas, los
insultos y la peor conducta falta de los más mínimos
modales. Pero no es la presencia de ellos, ni las interpelaciones a
las que se les responde con la sonrisa hermosa del triunfo revolucionario,
en boca de cada Ministro socialista lo importante. Lo más relevante
es que lo está viendo todo un país en sus televisores. Un país que
aprendió de memoria la lección de no dejarse engañar nuevamente por
las clases ricas que por años lo sometieron.
Todos ellos predicen que para
el 2.012 ganarán las elecciones. Siguen raspados en matemáticas, pues
en el supuesto negado de que esta tragedia sucediera, resulta y pasa,
señoras y señores diputados de oposición, que esta Asamblea Nacional
de la que ustedes forman parte, deberá ejercer sus funciones con los
actuales diputados hasta el año 2.016 según lo estipula nuestra constitución,
y ésta a su vez, que es la que les produce tantas jaquecas y alergias,
no podrá ser cambiada en una sola letra sin la mayoría de los votos
de la Asamblea a la que no llegarán con su mayoría mínima. Esta vez
deberán cambiar al menos la ley de educación para que nos enseñen
las nuevas matemáticas antipitagóricas.
Del 2.012 al 2.016, en el
supuesto negado, insisto, habrán pasado exactamente los tres años
escritos por el pueblo en su Constitución Bolivariana, para convocar
a un referendo revocatorio, que allí si, mijitos, no habrá matemática
zuliana que los salve de quedar hechos polvo y excremento.
Estos debates, propongo a los
camaradas diputados de la revolución, deben asumir aquella oferta que
hicimos de Parlamentarismo de Calle, quisiera ver como se suceden nuevamente
estas trifulcas en una sesión en el centro de Petare, en la Vega, en
Caucaguita o cualquier espacio del Poder Popular, y digo,
si al fin y al cabo, ellos no escuchan, eso es obvio, público y notorio,
pues a las respuestas contundentes de los ministros interpelados
se les ve a todas y todos los diputados de la oposición hablando por
sus blacberrys, conversando entre ellos o enseñando cartelitos, que
denotan su verdadera indisposición a diálogo alguno, pero si hay toda
una patria dándose un festín, viendo y escuchando a una bancada que
no tiene centro, ni norte, ni proyecto de país, sino tan solo la baba
que les chorrea de las ganas de tumbar a Hugo Chávez y volver a explotar
a Venezuela. Pero el pueblo escucha de nuevo la voz de sus verdugos,
siente la alergia genética al engaño que por 40 años le mantuvo el
verbo engañoso y traidor de adecos y copeyanos, este pueblo valiente,
las mujeres, los jóvenes y los indígenas, los estudiantes universitarios
hoy incluidos y con futuro, el pueblo que sabe que tiene un módulo
de Barrio Adentro cerca de su vivienda, todas y todos saben que
todo se perdería en manos de la canalla.
Queremos verles el hueso a
estos envalentonados hijitos de papá y mamá, los niñitos bien del
country asistiendo al próximo debate en cualquiera de nuestras
barriadas.
Aquí les dejo el video
del show circense que la payasada de la oposición mostró a nuestro
pueblo:
brachoraul@gmail.com