El plusvalor siempre
existe, el problema reside en su distribución.
Pensé en otro título
para este artículo, lo tengo hace días en mi cabeza, pensé titularlo
“Mc Cuba” para parodiar a la cadena Mc Donald, lo deseché por lo
chatarra que se vende en estas cadenas, donde la calidad nutricional
es aplastada por la calidad de ganancia. Pero expresaba un poco el tema
que deseo abordar, en socialismo se puede, se debe, más bien, copiar
el concepto capitalista de las franquicias.
Ahora que Cuba asume con valentía
el cuentapropismo, que igualmente es necesario en Venezuela y
su socialismo naciente, el prefabricar un modelo de empresa popular,
que se extienda con el concepto de “cadena” a nivel de todo un territorio,
con protocolos de producción y funcionamiento, es una alternativa que
se debe sopesar.
Venezuela ha creado las areperas
socialistas, he allí un excelente concepto desde lo nutricional
como desde lo económico. Mientras que una arepa (comida típica en
base a maíz, con distintos rellenos: queso, carne, pollo, y versiones
sofisticadas) tiene en las areperas particulares y capitalistas precios
que superan los 30 BsF. Una versión más grande, en las areperas
socialistas tiene un precio de 7.5 BsF. Realmente desconozco quien maneja
estas areperas, pero se me ocurre cada vez que estoy comiéndome una
que si se hiciese todo el modelo de forma sistematizada y se le traspasara
directamente a los consejos comunales o a las comunas esta franquicia
revolucionaria, o a cualquier colectivo socialista, tendríamos una
gran demanda de cuentapropistas que asumirían el reto y llenaríamos
la patria de areperas socialistas, allí, entonces, le dolería el golpe
a las capitalistas, tendrían que competir con el socialismo para subsistir
y no quebrar, los obligaríamos a bajar sus precios.
Este modelo que ensayo, que
propongo, que saco a la mesa de trabajo para su discusión, obviamente
que genera una plusvalía. Las materias primas, como la harina de maíz
y muchos de los rellenos de las arepas, son producidos por empresas
socialistas y de esta forma se logra un menor costo de producción,
obviamente también tienen un margen de utilidad moderado y no especulativo
como el de los hambrientos capitalistas, y esta ganancia, se debería
repartir de forma igualitaria entre todas y todos quienes pongan su
fuerza de trabajo, es decir, la plusvalía generada se tendría que
dividir entre las horas-trabajador y a cada quien su parte de la ganancia.
Estoy seguro que funcionaria y que sabremos perfeccionar en el camino
cualquier falla.
Lo mismo se puede hacer con
una cadena de farmacias, con una cadena de pan popular, con los mercalitos
y pare usted de contar. En Cuba, que apetecible una cadena de nos ofrezca
“Mi Cuba Congrí” Una cadena de ciber café ahora con el gran triunfo
del cable submarino, cadenas de tiendas de ropa y calzado, etc. Etc.
Etc. A pesar de imaginar la retahíla de comentarios que recibirá este
escrito, las buenas ideas se compran, y esta idea me nació de una reunión
con un General de nuestra revolución en la que nos dijo: “Las cosas
buenas del capitalismo, hay que copiarlas” Eso no implica claudicación
ni entrega.
Todo comercio genera plusvalía,
todo trabajo genera ganancia, no solo en lo económico, en lo intelectual,
en lo familiar, en lo personal, al lograr una meta cualquiera que nos
propongamos, obtenemos un crecimiento, un aumento de nuestro propio
valor, esto debemos traspasarlo a lo social. El cuentapropismo no es,
ni debe ser, capitalismo. Debe ser un modelo de libertad económica
para los colectivos, para los consejos comunales, para la sociedad como
quiera que esté organizada en cualquiera de nuestra patrias. Este apropiamiento
de las formas de producción y la distribución inmediata de la ganancia
en forma socialista, a cada quien según su capacidad y aporte, marcará
el camino a la nueva sociedad en la que el “valor” del dinero sea
menos importante que cosas mucho más dignas y entonces repartamos esa
plusvalía socialista a cada quien, según su necesidad.
brachoraul@gmail.com