Todo Control de Cambio monetario en principio busca regular la salida de divisas cuando en una Economía cualquiera haya peligro de un desabastecimiento que impida la necesaria, sostenida y sana Balanza de Pagos.
Definiciones como esta y otras[1] se limitan a generalidades que si bien es cierto que no expresan mentiras, tampoco van al fondo de los verdaderos objetivos capitalistas que pudieran estar escondiéndose detrás de unos controles cambiarios que desdicen mucho del libre cambio que debe regir en las economías burguesas, uno de cuyos pivotes principales es la libre convertibilidad de su moneda, vale decir, el libre juego de la oferta y la demanda y el respeto al uso que de los salarios y ganancias quieran darle sus tenedores.
Por lo demás, las medidas cambiarias y sus complementarias medidas devaluacionistas pudieran favorecer a los exportadores de algunas economías que sean marcadamente exportadoras, pero contrariamente también podrían favorecer a los importadores de aquellas economías predominantemente importadoras. La literatura universal que a nosotros nos llega pondera más hacia las economías exportadoras o imperialistas.
Efectivamente, restringir de alguna manera, mediante regulaciones diversas, como: incremento de precios, devaluaciones monetarias, desabastecimiento inducido, racionamiento o compras forzadas, etc., todas ellas son diferentes medidas económicas estatales que encuadran perfectamente en violaciones al derecho de propiedad por cuanto minimizan o estrangulan al antojo gubernamental la principal cualidad de ese derecho cual es la máxima disponibilidad patrimonial, salvedad hecha de expropiaciones debidamente justificables y a favor todos los ciudadanos con inclusión de sus afectados con la medida.
Limitar la propiedad privada al uso y disfrute del patrimonio, no pasa de ser una perogrullada puesto que de poco sirve ser dueño de algún bien, si este no podemos usarlo ora para satisfacernos directamente con él o disfrutarlo a mediano plazo con sus frutos, oportuna es esta redundancia.
De manera que decir derecho de propiedad es esencialmente poder disponer a nuestro antojo y arbitrio, en espacio y tiempo, del bien poseído, cuando sobreentendidamente este es útil y mejor aún si nos aporta frutos.
De poco sirve un Estado que se obstine en nacionalizar empresas y capitales privados empresariales si al mismo tiempo le impide a sus trabajadores disponer en cantidad suficiente de sus rentas. La expropiación de grandes capitales de un empresario para favorecer a otros no pasa de ser un simple cambio de explotadores, mientras que impedirle a un asalariado su libertad para comprar lo que este desee, cuando lo desee y cómo lo desee, dentro de patrones socialmente coadmitidos y dirigidos a la mejor satisfacción personal de sus necesidades, impedirle esto a sus tenedores particulares, a sus ciudadanos trabajadores, decimos, no sólo les impide o merma su felicidad, sino que es una clara evidencia de perversa injerencia en las economías familiares, sin que por ello tales actitudes burocráticas supongan socialismo alguno, sino, más bien, una conducta estatal que pudiera estar solapadamente dirigida a favorecer determinados y privilegiados intereses particulares y capitalistas de la peor calaña.
De comprobarse esta hipótesis, el Control de Cambio sería lo más contrario a la toma d mediadas populistas o socialistas que por principio buscan hacer más felices a un mayor número de trabajadores.
Como quiera que Venezuela es una economía marcadamente importadora de bienes terminados y semiprocesados, pensamos que un Control de Cambio, acompañado necesariamente de devaluaciones monetarias, pudiera ser un mecanismo mediante el cual se estaría favoreciendo a muchos o pocos importadores de esos mismos bienes que, en ausencia de dichos controles, podrían ser comprados directamente por los consumidores a los países de los cuales aquellos se abastecen, y países, estos, que son marcadamente exportadores.
De allí que tanto el dólar como el yuan tiendan a su devalúo, pero en el caso venezolano no tiene porqué ser así, veamos qué pasa en nuestra economía:
Por una parte, en condiciones de importadores al mayoreo, los capitalistas beneficiarios de estos Controles de Cambio disponen de capital suficiente para adquirir ingentes cantidades de dólares – al precio que sea, a la paridad que sea, tanto en los mercados oficiales como en los alternativos – y así cubrir - esos importadores y beneficiarios - el máximo de la demanda proveniente de los consumidores de menores ingresos, de quienes por causa de ese CC se verían forzados a la compra con intermediarios, y cubrir también la demanda excedente de aquellos consumidores de mejores ingresos, de quienes podrían comprar cualquier cantidad de mercancías importadas, pero a quienes el Estado interventor se los impide mediante el CC cuando les pone límites a su compras, justamente según la mezquina cuota de divisas debidamente burocratizada.
Digamos que detrás de ese CC podrían estar los importadores; estos serían los principales beneficiarios de un Control de Cambio que se complementa con las devaluaciones de la moneda nacional, y es el Estado el que los favorece en tal sentido.
Cuando las estadísticas así lo indican, el Estado refuerza la regulación cambiaria y perversamente sigue devaluando la moneda a fin de garantizarle a esos importadores una máxima suma de ganancias, y una mayor cantidad de apoyo a los gobernantes que así los complazcan.
Creemos que las estadísticas del caso no solo provienen de esos importadores y de sus especialistas, sino que hasta podrían estar dándose el tupé de disponer de un Control Estadístico Oficial, obviamente pagado por los mismos consumidores a quienes esos importadores esquilman sin piedad alguna. Ese organismo de Estadísticas Oficiales les informaría de la dinámica económica, tales como las disponibilidades de demanda, su dinámica, y así operar rítmica y libremente con un máximo de ganancias sostenido en el tiempo.
En resumen: los CC y Devaluaciones complementarias pudieran ser unos ingeniosos y subrepticios mecanismos capitalistas financieros y fiscales que más sirven a los intereses de los importadores burgueses que a los contribuyentes de impuestos, paradójica y desgraciadamente, a los consumidores, a los trabajadores en su condición de importadores al menoreo.
P.D.: Lo que hemos tratado nos revela la más perfecta demostración de cómo el capital se hizo y se hace Imperialista. Imperialista significa carente de patria alguna. Opera en todos los frentes, en las finanzas transnacionales, en el sector Industrial Internacional de Exportación y en el sector Internacional de Importación. Es la más acabada exhibición del carácter apátrida de la explotación del trabajo ajeno, practicada de mil maneras en todos los espacios, dentro y fuera de los países dominados, dentro y fuera de los continentes. Y mientras algunos gobernantes y gobernados se esperanzan con la devaluación del dólar, otros lo hacen con la revalorización del euro, y otros con la devaluación del bolívar, con la caída de la bolsa A, y la suba de la B,, pero todos en conjunto seguimos sin formarnos la verdadera imagen de lo que ocurre cuando nos colocamos las lentes de la Macroeconomía Mundial.
[1] Cónfer: http://es.mimi.hu/economia/control_de_cambio.html
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