Espacio crítico para la construcción socialista Nº 22

Interpelaciones interpeladas, Gadaffi: ángel y demonio, la extraña huelga sin hambre

Interpelaciones interpeladas. Ahora le toca al pueblo interpelar las interpelaciones, entramos en una etapa de evaluación de los resultados de las mismas de manera global. Podríamos analizar los resultados de las interpelaciones en tres niveles: Un primer nivel  integral, que permite evaluar a estas cinco interpelaciones como la acción más contundente en años del ejercicio concreto del diálogo como herramienta fundamental de la política venezolana, como consecuencia de la ruptura del diálogo democrático de manera sistemática por parte de la oposición, a través de un golpe de Estado, el paro petrolero, los continuos intentos de golpes comunicacionales, etc.

Venezuela se encontraba en su peor momento al haber decidido la oposición no participar hace cinco años en la Asamblea Nacional, no tanto por los aportes que pudo haber generado si no, por haber pateado la mesa del foro por excelencia de diálogo entre los diversos sectores del país con ideas distintas e incluso contrapuestas. Las interpelaciones demostraron que la institución parlamentaria es fundamental como “ágora” de la democracia, aunque compartimos el criterio de que no deber ser el único, ni tiene la exclusividad de ser el mejor, pero reivindica su sentido en la política contemporánea venezolana.

En un segundo nivel, el de la práctica concreta de las interpelaciones, definitivamente el objetivo de las mismas no se estructuró armónicamente, desde los ministros que fueron a defender la gestión de 12 años de su ministerio, quizás por escasez de gestión propia, hasta otros ministros que se restringieron a centrar su exposición al 2010, la dispersión en este sentido generó mayor confusión en unos diputados que sólo atacaban o defendían, incumpliendo así el objetivo central planteado por el Presidente para tales interpelaciones. Cuando hablamos de interpelación con base en la memoria y cuenta de los ministros de su gestión en el año 2010, entonces estamos centrando la atención en el desarrollo de un Plan Operativo Anual que los ministros debieron cumplir con base en los indicadores determinados por este plan, ningún ministro habló de su plan, pero peor aún, ningún diputado preguntó por el mismo.

Los diputados del proceso revolucionario se dedicaron a responder los ataques de los diputados de oposición y sus preguntas eran más bien solicitud de reiteraciones de lo ya expuesto por los ministros, no hubo, tal como lo solicitó el Presidente a su bancada, una sola intervención crítica desde las 3R, y en reconocimiento de la verdad, sólo vimos a los mismos ministros reconociendo errores, problemas y desaciertos de manera pertinentemente autocrítica. Mientras tanto, los diputados de oposición se limitaron a describir a un país, desde su fatal perspectiva, en ruina, un país acabado, un país de postguerra, donde (para ellos) no existe ni la esperanza de la reconstrucción,  diputados de oposición que no reconocieron siquiera algún logro o avance durante los 12 años de gobierno bolivariano, lo que muestra el desprecio que tienen por aquellos que han votado para mantener la revolución en nuestro país, o sea, la mayoría del país, ya que con su posición, asumen que todos los que están con Chávez son ignorantes y los únicos que poseen la verdad sobre lo que pasa en el país son ellos.

Hubo un episodio en particular, más allá de los saboteos sistemáticos de la oposición al tratar de violentar las sesiones, que creo pocos han comentado; fue el momento en que la bancada de la oposición señaló a la bancada de la izquierda con la consigna “ahí está, esos son, los que roban la nación” y la respuesta de la bancada de la izquierda al decir exactamente lo mismo de la bancada de la derecha, llegando el momento en que todos los diputados, por primera vez en las 5 sesiones se pusieron de acuerdo en corear la misma consigna, señalándose mutuamente como ladrones, esta escena fue realmente dantesca y lamentable.

Pero, ya en un tercer nivel, el del pueblo, estoy profundamente convencido que las interpelaciones sirvieron, no para conciliar posiciones, cosa lógica entre dos posturas totalmente antagónicas en lo ideológico, sino, para dar las herramientas necesarias al pueblo para reafirmar, cambiar o someter a duda sus posiciones. El país, con las interpelaciones se paró al mismo nivel de una final Caracas-Magallanes, o de la final del Mundial de Fútbol, incluso, la gente se quejó cuando suspendieron la cadena el día de la violencia física en el hemiciclo, exigiendo que volvieran a encadenar todos los medios. El pueblo en la calle comentó y sigue comentando cada incidente, cada palabra, cada postura, cada actuación, pero sobre todo, está evaluando quién fue más sincero, más transparente, más humilde.

Más que dar mis apreciaciones sobre esto, y vaya que las tengo, estoy seguro que cada uno de los que están leyendo esta columna, ya ha desarrollado sus propias opiniones, y eso habla de una sociedad políticamente madura, que ya no se engaña con histrionismo político, o discursos vacíos de propuestas, esta es la verdadera democracia venezolana: participativa y fundamentalmente sustantiva (sin dejar de lado la representativa y la procedimental).  

Gadaffi: ángel y demonio.  

El Gobierno venezolano apoya a Gadaffi de manera permanente desde hace 12 años, pero, tal como a dicho el Canciller Maduro y El Presidente Chávez, apoya más cualquier decisión autónoma del pueblo de Libia, sin injerencia de intereses trasnacionales. Gadaffi, para quienes somos de izquierda, a través de su “Libro Verde” ha significado una referencia obligada de lucha contra el imperialismo y de puesta en práctica del Poder Popular, pero aunque Gadaffi significa eso, también en los últimos tiempo ha significado la desviación de un proyecto originalmente progresista, que en tiempos recientes empezaba a ser venerado por la derecha mundial, la misma que ahora empuja su derrocamiento.

Si algo debe significar Gadaffi para Venezuela, es la advertencia de lo que pasa cuando quien es socialista, termina traicionando sus principios, seducido por las mieles del poder y elogiado por la derecha más rancia.  “Viva el pueblo de Libia”, si este decide darle otra oportunidad a su líder, deberemos apoyarlo, y si decide cambiar de rumbo, también.  

La extraña huelga sin hambre. No pretendo descalificar la huelga ya finalizada de JAVU con señalamiento sin pruebas, como algunos políticos acostumbran hacer, sencillamente no sé si en verdad estaban en huelga de hambre, o comían en las noches galletas de granola o se iban a Las Mercedes a tomar whisky, lo que si debe llamarnos a reflexión son las sorprendentes condiciones con las cuales efectuaron su rueda de prensa para anunciar los acuerdos con el Gobierno, después de 23 días de ayuno, en verdad para personas que no acostumbran a esta práctica, según los registros hechos por quienes lo realizan regularmente, ya para el día sexto, al hacerlo por primer vez, el agotamiento físico es intenso, y en él décimo día la resistencia física es apenas del 30%, al punto que ya prácticamente no se tienen energías para pararse de la cama (datos obtenido en la red de foristas que han descrito sus vivencias día a día en ayuno). ¿Usted vio la rueda de prensa del día 23?, saque sus propias conclusiones. 

RNV. Como todos los lunes a las 8:00 AM estaré con ustedes por RNV-Canal informativo (en Caracas 630 AM) en el Programa  “Memoria Ampliada” y los miércoles a las 8:00 PM  a través de RNV-Activa (103.9 FM) en el Programa “Cara o Sello”, hablando sobre estos y otros temas.

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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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