Doce años de un proceso revolucionario es poco tiempo para lo logrado, lo cual indica un buen ritmo, pero a veces es necesario acelerar la marcha y aumentar las revoluciones, a pesar que para muchos es un tiempo considerable estos doce años, en realidad se ha avanzado significativamente, quien lo niegue está en las nebulosas, más aún cuando estamos haciendo una revolución con las peculiaridades de la nuestra y siguiendo los patrones y mecanismos que nos deja el propio sistema capitalista. La propuesta revolucionaria encabezada por Chávez gana las elecciones en 1998, se toma posesión el 2 de Febrero de 1999, se toma unas instituciones debilitadas por los estragos del neoliberalismo, un país quebrado, una sociedad en un vertiginoso proceso de descomposición social, una infiltración dentro de las filas revolucionarias increíble de sobrevivirla, sin embargo, aquí estamos, con errores y defectos, con pasos adelante y hacia atrás pero cada vez más claros de lo estratégico lo cual representa, por si solo, un avance considerable.
Dos mil uno y dos mil dos fueron años de enorme ofensiva contrarrevolucionaria, necesaria por cierto, decimos necesaria porque toda revolución lleva en su vientre la contrarrevolución, es parte de la lucha de clases, es parte de la batalla, de lo contrario todo sería una farsa.
En esa batalla nos ha tocado enfrentarnos buena parte de ella con “las armas melladas del capitalismo” al sistema capitalista ¿Con que se come esto dirán muchos? En paralelo se construye un modelo socialista, han surgido las misiones, el poder popular, las organizaciones de base, un partido electoral MVR, y otro que quiere romper con esa función meramente PSUV, para enrumbarse hacia la constitución de la alternativa orgánica, vanguardia de la revolución, tarea por cierto nada sencilla, pero imprescindible realizar. Buena parte de la carga ha estado en los hombros del líder, Hugo Chávez, prácticamente todo si somos honestos, y esto nos genera un elemento adicional que hace muy particular este proceso, el mismo espera de Chávez que esté atento de lo nacional y también de lo local, con razón las reflexiones de Fidel al respecto, “Chávez no puede seguir siendo el alcalde de Venezuela”. No obstante, Chávez con su sabiduría, no exenta de errores, ha estado impulsando los sacudones que toda revolución requiere, algunas han surtido efecto, otras por sus características se han hecho más lentos su ejecución, quizás por lo complejo, y el efecto es casi imperceptible. Aquí confluyen elementos de todo tipo, entre ellos lo cultural, la fuerza de la costumbre y un conjunto de factores que nos hace difícil asumir lo nuevo que no termina de nacer y romper con el cordón umbilical de lo viejo que no termina de morir.
En la reciente instalación de los equipos políticos regionales el presidente nos habló, le habló al país, de la necesidad de producir un corrientazo en las instituciones públicas, hizo un llamado en este sentido y por ello hoy nos atrevemos a escribir estas líneas, un poco a manera de reflexión sobre un tema peliagudo que a veces cuesta asumirlo, entre otras cosas por la fuerza de la costumbre que muchas veces se impone y arrastra toda iniciativa en este sentido, o al menos muchas de esas iniciativas terminan siendo mal interpretadas. Hace algún tiempo nos hablaba Chávez de la existencia de la cuarta república en el seno de las instituciones, fundamentalmente las instituciones regionales y locales, es decir, gobernaciones y alcaldías, nos decía “allí eso está vivito”, eso hace unos tres años, será justo evaluar para saber a ciencia cierta lo que está ocurriendo en estos instantes. Estas instituciones (Gobernaciones, Alcaldías, etcétera) representan el viejo estado, ese viejo estado que está allí, que intenta imponer su lógica, pretende perpetuar la fuerza de la costumbre y muchas veces se enchinchorra de tal manera que pone en riesgo el avance de la revolución en sus respectivos espacios.
Sabemos que la batalla electoral en el concepto meramente burgués nos impone unas condiciones, lo electoral burgués es meramente cuantitativo para el pueblo y cualitativo para la burguesía, ellos impusieron ese modelo; el pueblo ponía los votos, ellos los cuadros para dirigir el estado, en fin, ni siquiera para dirigirlo, porque la clase política venezolana, esos partidos que hoy intentan volver al poder, nunca dirigieron el estado, siempre fueron tutelados por la burguesía quien los imponía y quien llegaba a sus estructuras siempre terminaban asumiendo sus costumbres o corrompidos por el sistema. La burguesía criolla es altísimamente corruptora, ha hecho su riqueza bajo la protección del estado, quien se salía del monde no llegaba al poder; Prieto Figueroa, verbigracia. La corrupción, la degradación, la traición, el engaño fue parte de la herencia que nos dejó los Santander, los Páez, los Gómez y el pacto de punto fijo AD, COPEI y como dice Chávez, sus derivados.
Mientras el estado sea fuente de contratos, de negocios, de manejo de grandes cantidades de dinero y que en el mismo participe el sector privado hay riesgo de corrupción. Al día siguiente de llegar un gobernador o un alcalde a su cargo comienzan los lobbies de: Banqueros, Contratistas, Proveedores, etcétera a moverse para cuidar sus negocios, lo hacen con sigilo, con disimulo, usan sus contactos, se aprovechan de las debilidades del compañerito que no tiene casa, no tiene carro y por supuesto formación; los muy claros los apartan, le pasan la aplanadora, los alejan de responsabilidades, le caen en cayapa y los aíslan. El hecho político entonces se fragmenta, se produce la dispersión, todo se basa en el fortalecimiento de la maquinaria, maquinaria muy buena para ganar elecciones, muy mala para hacer revolución. La forma preferida de mantener esos negocios por parte de los sectores burgueses es a través de la corrupción y allí no escatiman esfuerzos; alrededor de los gobernantes se constituyen verdaderos círculos de hierro, allí no entra nadie si no forma parte de esos círculos. La tentación permanente sobre los funcionarios a veces se hace irresistible, dinero, lujos, vicios, etcétera, el ámbito social contribuye poderosamente a desviar a muchos que caen en prácticas deleznables, el “no sea pendejo”, “aproveche”, entre otros epítetos que quien no tenga fortaleza política difícilmente resista. Cuando los burgueses quiebran un camarada y lo convierten en un traidor, lo convierten en su cancerbero, terminan protegiendo círculos, equipos, amigos y contribuyentes de campañas que hacen su agosto con los negocios que existen alrededor de las instituciones. Es por esta razón que el partido está obligado a crear la plataforma necesaria para permitir el ejercicio del trabajo social y político sin depender de los famosos “contribuyentes” o “amigos financistas”.
Sin duda que también aunado a esta realidad ha ido surgiendo un equipo de verdaderos cuadros que se alejan de estas prácticas y se convierten al socialismo, el socialismo como un acto de vida, como una acción cotidiana, llena de sacrificios y esfuerzos muchas veces incomprendidos, Bolívar es el mayor quijote de todos… pero ¡Qué quijote! Esta tarea no es nada fácil, lo sabemos, no todos vislumbran su entorno y por cualquier rendija se cuela el germen maléfico y putrefacto del capitalismo. Todo esto ocurre en medio del nacimiento de una estructura que hace más democrática la distribución de la riqueza del estado, los Consejos Comunales, las Comunas, las Empresas Socialistas, etcétera, que nos permite olfatear el horizonte de una manera distinta, sin embargo, el desarrollo de la nueva estructura es aún débil ante el poder del capitalismo que aún sigue campante, no nos llamemos a engaño. Es allí donde se produce “el claroscuro” que nos habla Antonio Aponte en Un grano de Maíz. Es allí donde muchos contravienen el ejemplo de praxis del presidente Chávez, no todos son Chávez, aunque sería mezquino no reconocerlo… ¡Cómo han cambiado las cosas!, Como también señala Chávez, “hoy siento que tengo un equipo”. Sin duda que el equipo de ministros de Chávez es el mejor de esta revolución, debe permanecer allí mucho tiempo, se palpa compromiso, se observa altura y elevación, pero no basta con ello es menester ir aguas abajo.
En medio de esta situación se construye un modelo, el presidente lo refiere como “la injertación”, es decir, ir injertando el modelo socialista en los espacios conquistados, que obviamente continúan siendo capitalistas. También algunos gobernadores y quizás alcaldes lo hayan intentado, si hubieran ejemplos al respecto sería importante mostrarlos para que se irradien a través de redes creadas por el propio partido. Nombres de instituciones socialistas existen, sin duda, pero se requiere difundir el funcionamiento de esos mecanismos, de esas empresas, de esos proyectos que se le llaman socialistas, valdría la pena saber si en verdad se acercan a ello, si su práctica se corresponde con la práctica de lo nuevo. Los proyectos nacionales han avanzado mucho más en este sentido ¿Quién puede dudar de los proyectos socialistas en empresas, señaladas por el propio Chávez como “otro mundo”? Obviamente el mundo socialista, la patria nueva que se está construyendo, pero alcaldes y gobernadores pueden aportar mucho más en este sentido, me da la impresión que si podemos incrementar las iniciativas socialistas en esos espacios regionales y locales.
La otra parte necesaria de revisar es el tema de la adjudicación y ejecución de los presupuestos ¿Cómo lograr que los contratos no terminen siendo acaparados por el capitalismo? El caso de la distribución de insumos por ejemplo: ante la inexistencia de redes socialistas se termina distribuyendo en las redes capitalistas y como por arte de magia convierten un saco de cemento que cuesta 9 y algo de bolívares en 30 y más, que es como se lo venden al pueblo. Es así como obras que cuestan 100 mil bolívares los contratistas la terminan haciendo en 400 mil y todo en el marco de la legalidad burguesa que necesitamos derrumbar y construir una nueva legalidad, la legalidad socialista.
No se hasta que punto será viable, pero no existe aún una ley que regule la ganancia en un margen porcentual aceptable que apuntale el comercio justo. Esto puede ser algo cuyo estudio seguramente será necesario y útil en estos momentos de las R2.
Lo cierto es que estamos obligados a reflexionar bastante sobre el tema y qué interesante sería que el equipo de gobernadores y alcaldes socialistas, auspiciados por el PSUV, inicien un debate sobre estos temas, haciendo una revisión profundas de las realidades de sus regiones, y que de allí surjan documentos en el marco de la visión socialista…les dejo allí esa propuesta pues.
¿Cómo producir el corrientazo a las instituciones del estado? Esto requiere de un estudio muy detallado de cada realidad; de innovar, de analizar y de preguntarse ¿Dónde está el socialismo? Propuesta de Chávez también. Dónde está el socialismo en cada acción de cada gobernación. No basta con hacer la obra, con asfaltar la carretera, con recoger la basura, con hacer la vivienda, es necesario preguntarse ¿Dónde está el socialismo? Los adecos y copeyanos hacen obras pero de qué vale hacer una obra si estamos nutriendo el modelo capitalista y financiándolo. Hace algún tiempo, no se como marcha eso, observé con emoción un plan de asfaltado por parte del Ministerio de transporte con sus propias máquinas y su propio personal, me dije ¡Al fin! No se si eso continúa y cuales han sido sus resultados, no obstante, aquello representa atacar en lo estructural el capitalismo, verdadero objetivo de una revolución. Como señala Aponte en su Grano de Maíz, se trata de luchar contra el reformismo burgués que traiciona la revolución y termina llevándola al despeñadero.
En las instituciones se necesita eficacia, claridad política, ingenio, creación y construcción de estructuras socialistas. Para lograr esto se requiere ocupar los espacios manejados por la burguesía e injertar allí el nuevo modelo, el modelo socialista, ahora bien, eso no es fácil ni sencillo, requiere de una gran dedicación, pero es una obligación hacerlo. Algo así es un verdadero corrientazo que sacudirá de muerte al sistema capitalista.
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