No es una agrupación sino una población. Y en plagio forzado: “crece como crece la sombra cuando el sol declina”.
¿Qué pasa?
Primero recogeré la percepción. Entre los
“chavistas”, que ya casi no encuentro por parte alguna, existen
los que fueron y ya no son: seres desolados; refugiados afganos pero
sin refugio. No han pasado a la oposición y no lo harán; tampoco tiene
la amargura de estos últimos, sólo decepción.
¿Alimentada por qué? Por una corrupción que no se corrige, una especulación
que no se controla, unos servicios que no funcionan, unas obras que
no se construyen y unas promesas de desarrollo que no se cumplen. Me
han preguntado si Chávez es embustero. Contesto que no, pero que en
sus exaltaciones se compromete sin medida, y al no concretar sus ministros,
alcaldes y gobernadores, sale lesionada su credibilidad. Por supuesto
que entre esos “Ex Chavistas” hay quienes nunca fueron sinceros,
pero ese no es el personaje que me ocupa. Me refiero al que sí
lo fue, puso esperanzas en la gestión del Comandante y creyó
que los males de la república desaparecerían. Al no ocurrir así,
¡catástrofe personal en su ilusión política!
¿Era débil
la estructura ideológica de ese “Ex Chavista”?
¡Al contrario! Concedió al Comandante oportunidad tras oportunidad,
siempre votó por él y los suyos, excusó
sus errores, voceó sus aciertos, oyó
sus discursos y leyó sus escritos,
todo con convicción. Y esperaba, y esperaba, y esperaba. Algunos se
atrevieron a expresarle opinión escrita en los
únicos dos portales digitales realmente abiertos al público:
“Aporrea” y “Abrebrecha”. Hubo quienes incluso hicieron propuestas
socialistas, sin la intención de aprovechar prebendas.
¡Pero nada! Algunas pocas se enmendaban para reaparecer de nuevo, las
propuestas se desoyeron, y mucho se convirtió
en espectáculo mediático repetitivo y cansón.
El “Ex Chavismo” no abandonó a
Chávez; fue Chávez quien abandonó
a quienes hoy son “Ex Chavistas”, y lo digo porque lo siento, Comandante,
no para ofenderlo o irritarlo.
¿Qué hacer ahora? No sé. El Presidente llama a la Unidad, pero lo hace como una exhortación sin propuesta. Sus gobernadores y Alcaldes siguen siendo los mismos, sus candidatos los mismos, su entorno permanece igual, y con sus ministros juega al enroque. Es dictado de la lógica que si usted hace las mismas cosas con la misma gente, los resultados se repiten. Y es precisamente el resultado de la gestión de gobierno lo que produce esa población que ahora exuda desencanto.
Y hago constar
en postdata: a las encuestadoras digo que no sumen esos votos a la oposición
descocada, esa que tiene como figuras a fracasados y culpables de otras
gestiones. Pero réstenla de la votación
“revolucionaria”. Los “Ex Chavistas” perdieron la esperanza
en una revolución que no ocurre. Si yo fuese Chávez, les pediría
excusas.