Recientemente un grupo de gobernadores, ministros y algunos dirigentes políticos del MVR, encabezados por el presidente de la República se reunieron en un sitio de la capital -creemos que en el Fuerte Tiuna- y, sin consultar con las bases, al estilo de la vieja cogollocracia, tomaron varias decisiones en relación con la organización partidista.
Entre las más significativas de esas decisiones se destaca el abandono del dedo como método para la designación de los funcionarios públicos y los candidatos del Partido, lo cual no está nada mal, porque tal método constituye una aberración que contradice los más elementales principios de la democracia interna. Pero en sustitución del método eliminado fue escogido otro que a nuestro juicio tendrá, de manera inevitable, graves consecuencias para la unidad del Partido. Me refiero a la designación de los funcionarios de la Organización mediante el voto directo de sus militantes.
En principio, la decisión luce, desde el punto de vista democrático, aparentemente inobjetable. Sin embargo, este método tiene sus bemoles. Para empezar, propiciaría, como ya lo dijimos en otro texto, la proliferación de caciques, cada uno de los cuales acaudillaría su propio grupo y mesnada; grupos y mesnadas que jamás se resignarían a la pérdida de su cuota de poder que, por un supuesto derecho divino, creen que les corresponden. La consecuencia inmediata de esta feroz pugnacidad sería que la unidad del Partido, que es la condición indispensable para la conquista de sus metas y objetivos políticos, quedaría hecha añicos, pues dividiría la Organización en múltiples facciones antagónicas e irreconciliables, lo cual, como es fácil suponer, impediría la realización de sus delicadas funciones. Pero eso no es todo, pues conociendo uno las trácalas y argucias en las que son tan expertos los encargados de organizar estos tipos de eventos, los resultados de esas elecciones no arrojarían cambios de ningún tipo. Motivo por el cual las roscas que han venido dirigiendo el Partido desde hace seis años, y entre las cuales se encuentra la señora Queipo y su inepto clan familiar, serían las mismas que saldrían victoriosas en esta nueva mascarada electoralista.
Por ejemplo, quien esto escribe y otros muchos que se han opuesto a la forma tan abusiva y arbitraria –amén de torpe- como ha venido siendo “dirigido” el MVR en el Zulia desde su fundación, no figuramos en la base de datos, es decir, que en el caso de que quisiéramos participar en estas elecciones para elegir unas nuevas autoridades, no podríamos hacerlo por la circunstancia señalada. Total, que como en la novela del escritor italiano Giuseppe Tomasi de Lampedusa, El gatopardo, se hacen cambios para que todo quede igual o peor. Porque tal como estamos viendo las cosas, en el mejor de los casos unas camarillas sustituirán a otras camarillas.
De allí que según mi modesta opinión, la tarea más importante a la que se encuentra enfrentado actualmente el MVR es la institucionalización de su vida interna; es la de establecer normas y reglas claras que les permitan a todos sus integrantes, desde los más encopetados hasta los más modestos, saber cual debe ser su papel dentro del Partido y cuales sus derechos y obligaciones.
Eso se logra, como lo hacen todas las sociedades civiles existentes,
con la aprobación de unos estatutos que consagren, como mínimo, lo
siguiente:
INTRODUCCIÓN:
En esta parte, quizás la más importante, debe quedar claramente
establecido que la soberanía en el MVR reside intransferiblemente
en su militancia, no en los dirigentes ni en los caudillos.
:DECLARACIÓN
DE PRINCIPIOS
Aquí debe hacerse constar los fines y propósitos del Partido. Debe también especificarse la forma como tiene que estar estructurada la Organización y cuáles deben ser sus relaciones con el gobierno.
Cuál debe ser, además, su competencia en materia de control y vigilancia de los funcionarios públicos, sean estos miembros del Partido o no.
Se debe también eliminar la aberrante figura del Coordinador y sustituirla por la del Delegado o Sec. General. El motivo de esta disposición se debe a los innumerables abusos en que han incurrido estos personajes, que han creído que se les ha otorgado una patente de corso para que actúen como mejor les parezca.
Por otra parte, se establecería la figura del referendo revocatorio para todos los dirigentes que no hayan sabido o querido cumplir satisfactoriamente con sus obligaciones y tareas propias de sus cargos..
Se crearía igualmente un tribunal disciplinario que se encargaría de ventilar y establecer las sanciones de acuerdo con la gravedad de las faltas.
Se establecería, asimismo, la forma de escoger los funcionarios del
Partido, en relación con los cuales se tendería a su profesionalización.
En este sentido, el Partido podría citar a cualquiera de sus militantes
que se desempeñe como funcionario en la administración pública con
el fin de que explique o informe sobre asuntos relacionados con el ejercicio
de sus funciones. De resultar satisfactorias dichas explicaciones, el
Partido podría continuar brindándole su apoyo. De lo contrario, con
argumentos suficientemente razonados, solicitar a las autoridades competentes
su inmediata destitución.
Igualmente, y utilizando los mismos procedimientos, podría recomendarse la destitución de los funcionarios que, no siendo miembros del Partido, no se estuvieran desempeñando a la altura de sus responsabilidades. La sola excepción sería que, por su condición de independientes o militantes de otras fuerzas de la alianza, no estarían obligados a comparecer ante las instancias del Partido. En cuanto al nombramiento de funcionarios, hasta ahora este delicado asunto se ha basado en el amiguismo, compadrazgo, tráfico de influencias, nepotismo, etc. Vicios propios del pasado que aún persisten y que han dado lugar a sensibles deserciones y escándalos; los cuales han venido minando la credibilidad de la ciudadanía en este proceso político aquí en el Zulia..
Para evitar esta aberración antidemocrática, el nombramiento de funcionarios
públicos, así como para llenar las vacantes producidas por destituciones
u otros motivos, se procedería de la siguiente manera: el Partido,
en el área de su jurisdicción, designaría una terna de candidatos
de entre los cuales el organismo gubernamental correspondiente nombraría
a uno de sus miembros como el nuevo funcionario.
De igual manera, se prohibiría la lucha de facciones o grupos, así como toda actividad fraccionalista que pudiera atentar contra la unidad de la Organización, lo cual se consideraría un falta sumamente grave.
Todos tendrían el derecho de formular sus observaciones críticas sin
ninguna clase de restricciones y sin importar la índole de la materia
de la que se trate. La única limitación a este derecho sería que
tales observaciones se tendrían que hacer dentro de las instancias
correspondientes. De igual manera, todos estarían autorizados para
hacer cualquier propuesta que se considerara útil para el eficaz desenvolvimiento
del Proceso. Esta propuesta podría ser aceptada o no por la mayoría
de los activistas presentes en la reunión. Pero en todo caso, tomada
una decisión en cualquier sentido, ésta deberá ser estrictamente
acatada por todos los integrantes del organismo promotor de la discusión.
Tips: La señora
Clinton ha expresado su inconformidad con el trabajo que viene realizando
Telesur en Siria, lo cual demuestra que a los dirigentes del imperio
o les gusta la verdad.
alfredoschmilinsky@hotmail.com
31-7-2000