La objetividad y la subjetividad, verdades y perspectivas

   El prisma con el cual observar el devenir histórico se puede enfilar al gusto o intención. nadie está obligado a orientarse con la noción de la lucha de clases para comprender los acontecimientos y los procesos sociales, económicos y políticos, no obstante, el enfoque crítico debe llevar, con coherencia, a una tesis contestataria y a promover y agitar el cambio, la transformación, la revolución. Y la revolución es el avance hacia el socialismo, en el cual la confrontación del imperialismo es insoslayable, cualquier otra cosa que tiende a distraer o confundir ese camino es un acto de contrarrevolución.  
 
   Los acaecimientos y de las revueltas genuinas en el fondo de los sentimientos populares, de aquellos  desposeídos y más humildes, explotados y vilipendiados  de tales latitudes de Noráfrica, el Golfo, el Sahara, el Mediterráneo y el canal de Suez, tienen un asidero en la injusticia y la legítima demanda de sus derechos y un cambio estructural. Sin embargo no es lo que corta transversalmente el desarrollo de los acontecimientos, movilizaciones y eventos dentro, alrededor y desde afuera.       

   No es cierto que a Occidente, o más bien al imperialismo global; porque a los factores esenciales que están en la pugna política y social, hay que llamarles por su nombre y, no esconder su carácter, le hayan cogido desprevenido las tan sonadas rebeliones en el Oriente Medio y el Magreb. Lo que es cierto es que no quieren reconocer la profundización de la crisis general del capitalismo, el ahondamiento de sus contradicciones y la inexorable bancarrota y derrumbe del  sistema imperialista, agónico y   espasmódico.

   Se aferran con la telaraña terrorífica y descomedida de medios de guerra, propagandísticos, electrónicos, químicos, biológicos, atómicos, cibernéticos, astronáuticos, espionaje, control social,    para sostenerse, dejando los surcos de sus garras en el alma de la humanidad.   Retorcidos y crueles, licenciosos y desvergonzados hasta más no poder mienten, manipulan, acechan, traicionan, conjuran y reptan por los recovecos subterráneos más inmundos, en su asiduidad por lograr sus objetivos más inicuos.  No seamos ingenuos, tienen sus manos roñosas  en las protestas, están metidos hasta la médula en la dirección de las movilizaciones y revueltas.

   Ni confiados ni desarmados; en todo el sentido del término, el enemigo que la clase obrera y las fuerzas antiimperialistas mundiales enfrentamos, arrastra espolones como águila vieja que es.  Están aplicando  la “guerra irregular”, las guerrillas contra guerrillas como método de accionar en la neutralización, mediatización, distracción, desmovilización, desorientación de las auténticas aspiraciones de los pueblos.  A la vez, giran el radar y hacen asomar “movimientos” y falsas rebeliones donde se han propuesto asestar el golpe contrarrevolucionario y derribar un bastión antiimperialista y soberano, que ha sido un valladar frente a los intereses neocoloniales. Implementan las guerras de cuarta y quinta generación.  

   Desdichadamente es lo que estamos viendo en el medio oriente y el Magreb. Unas rebeliones dosificadas por las fuerzas de la derecha, donde la izquierda revolucionaria, infelizmente tenemos que decirlo así, no tiene la fuerza para empuñar el timón y volcar el carro hacia derroteros liberadores y de transformación con una perspectiva revolucionaria cierta y decisiva.

   La irradiación de la pantalla subversiva con tonos y luces de cambio o alegrías; opacadas como decíamos y por las razones que indicábamos, se emplaza pero con irradiación sediciosa y fascista como con la contaminación radioactiva y funesta arrastrada desde las plantas de Fukushima, en los desiertos del este de Libia mecanizando  una acometida mercenaria contra un proceso revolucionario antiimperialista y popular, como la Jamahiriya árabe y socialista liderada por Muammar Gaddafi  y las amplias mayorías del pueblo libio.  

   Los indicios dan fe de la intervención perversa de los tentáculos imperiales de Londres,  Ámsterdam y Paris introduciendo agrupaciones encubiertas de comandos como parte de otras facciones mercenarias de la ultraderecha islámica de la región azuzadas, financiadas y armadas por Estados Unidos y feudos medievales como Arabia Saudita, Qatar, Bahréin, Emiratos árabes, entre otros. Así empezaron los desórdenes violentos en Benghazi  y otras ciudades orientales libias presentadas  por las agencias de la manipulación mediática, como las revueltas populares y civiles en el territorio libio contra la “dictadura de Gaddafi.”

   Lo que se afirma como algunas facetas del proceso de la “Revolución Verde en Libia” liderada por Gaddafi, son parte de los acontecimientos que se han suscitado en el azaroso camino de ésa como de cualquier revolución. Efectivamente, los virajes  dichos se han dado, aciertos y desaciertos se han producido, nadie niega eso. Se puede estar o no de acuerdo con una decisión que implique un paso atrás, pero en un andar plagado de acechanzas y peligros, traiciones y conspiraciones, enemigos y detractores, donde la correlación de fuerzas es adversa y el soberbio imperialismo sigue siendo dominante, de pronto, se tiene que caminar con pies de plomo y dar dos pasos atrás para dar uno adelante, con la seguridad de que no se va a pisar  la mina plantada por el enemigo hostil.

   En el escenario actual se reitera la incesante puja entre las fuerzas del cambio y las fuerzas de la reacción. El imperio intenta variar la correlación de fuerzas en el mapa geopolítico de la región, aún más a su favor. Se trata de liquidar una de los pocos gobiernos soberanos e independientes, el de Gaddafi. Generaron la provocación con los ataques mercenarios y luego promovieron toda la parafernalia, es decir  la escenografía propagandística, la justificación legal utilizando la prostituida ONU y dieron la orden de fuego desde las mortíferas máquinas de guerra acantonadas en el mar Mediterráneo y las bases dela OTAN y del Pentágono en los países del sur de Europa.

   Una escena monstruosa y cínica del poder imperial en sus desmanes desesperados por recuperar el saqueo de riquezas, en este caso el petróleo y el agua, al resguardo, por el estado independiente de Libia.

   Con los infundios más horrendos y las falsas acusaciones de la masacre de civiles, crisis humanitaria o de arremeter contra la población indefensa;  que no han podido probar ni se preocuparon por corroborar en un debido proceso, si se tratase de acudir a la buena práctica del derecho internacional y a las disposiciones de tantas convenciones firmadas por los Estados del planeta.

   La catástrofe humanitaria y la masacre de población indefensa la han desatado las civilizadas potencias occidentales, el poder imperial, la avaricia del capital, la mentira instrumentalizada como arma tenebrosa, que sirve para legitimar el genocidio y cercenar la vida, entendida en toda su dimensión.  Como cortan la existencia y el futuro asesinando o atormentado niños y niñas, hoy en Trípoli, o en otras ciudades y arenas libias.  

   Con la detracción encumbran una nube tormentosa e infame para implementar una cruzada oscurantista y retardataria. La perspectiva que asiste al discernimiento, en este criterio sobre los polémicos acontecimientos, es la visión de proceso en el que confluyen o chocan fuerzas sociales y políticas, las de los pueblos, sus logros y movimientos, y las del imperialismo, el dominio y el retardo.

   ¿De cuando acá el imperialismo acompaña o apoya movimientos rebeldes y revolucionarios?

   ¿Cuando el imperialismo ha invadido, intervenido, agredido regímenes o asediado líderes súbditos y serviles a sus intereses? 

   ¿Por su esencia explotadora, opresora e inhumana el imperialismo_ o las aliadas potencias occidentales que se ensañan contra libia, como lo han hecho contra Cuba, Vietnam, Irak, Afganistán, Paquistán, Georgia, Yugoslavia, Palestina ; poseen y actúan con prácticas que violentan y destrozan todo derecho humano fundamental, sin embargo fundamentan su conducta política y justifican su sanguinaria agresividad guerrerista, en un retórica inflada en los derechos humanos y campañas humanitarias, que no es otra cosa que una repugnante demagogia y el peor de los cinismos? 

   Acercarse a la comprensión del acontecer en curso es hacerlo con un enfoque, el corazón nos indica que tal punto de partida es el revolucionario y manteniendo la verticalidad, o mejor decir la visión con luz larga. Al interpretar la intervención fascista en Libia entendemos que la agresión comenzó con el complot de los supuestos rebeldes    en  la geografía desértica del este libio, condición que sirvió de excusa para motorizar la conocida agresión desatada posteriormente contra el independiente y soberano proceso revolucionario de Libia.  

   La Jamahiriya del pueblo libio tiene todavía sus limitaciones si pretendemos hablar de avance al socialismo, substancialmente es un proceso antiimperialista, los errores que se pudieron haber cometido, los contrastes internos y los antagonismos de clase al interior de la sociedad libia son una realidad, pero, esa sociedad, sus nobles tribus con sus honorables  tradiciones y el proceso libio tiene los instrumentos institucionales y morales para propiciar libre y soberanamente los golpes de timón que se requieren para continuar marchando.    

   El Pueblo libio en este instante se enarbola con la frente en alto y rama de olivo en la mano al unísono con su líder Muammar Gaddafi, avanzando en dialogo con la paz, por las arenas del desierto hacia el este,  desafiando valiente, unido y seguro con la razón en la conciencia y la verdad en el pecho, la desigual e impune barbarie, el bombardeo salvaje, los argumentos de “los civilizadores” de la rapacidad imperial, el terror de la guerra.  

   El dolor, la injusticia, la mentira, la manipulación, la opresión y la muerte no podrán opacar, la alegría de los niños, ni la vida, ni la paz, ni la libertad en libia. La verdad y la utopía continuarán venciendo, como triunfará el pueblo libio en el actual momento aciago de su historia.   

  De ahí que, la verdad se aproxima más a la subjetividad de la perspectiva revolucionaria.  

(*) Miembro: Círculo Bolivariano Yamileth López

San Ramón-Costa Rica

Marzo 26 de 2011.     

cbyamilethlopez@gmail.com



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Oscar Barrantes Rodríguez (*)

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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