(Los precios de producción se miden en valor trabajo, no así los precios de mercado)

El Problema de la Transformación, Suplemento III[i]

 

En el Suplemento II afirmamos:

“Los precios de producción (pp) de las mercancías son[1] una categoría macroeconómica que  en suma recogen  el equivalente de todo el valor trabajo creado durante un período económico más la cuantía del capital constante insumido en el volumen de producción del periodo correspondiente, o, lo que es lo mismo, según la definición original usada por Marx: son la suma del precio de costo invertido en cada fábrica,   más la   tasa de ganancia media que subsume toda la ganancia apropiada por todos los fabricantes activos[2].” Estos pp son   resultado del movimiento del capital en sus fases producción-circulación, ya que la fabricación de mercancías va al mercado para unir medios de producción con mano de obra, y regresa a aquel para venderlas. En régimen capitalista no se concibe la producción por un lado, y el mercado por otro.

Lo que dijimos fue que el valor trabajo rige para todo el conjunto de capitalistas en funciones, mientras que para cada fabricante rigen los precios de producción; también rige el valor trabajo para aquellos fabricantes que operen con composiciones orgánicas medias (coincidencia de precios de producción con el valor de los bienes comercializados).

En el Libro I (El Capital) se vio la transformación de la plusvalía en ganancia; ahora, en el Libro III, se trata de la segunda transformación de la plusvalía en precios de producción. Es esta nueva transformación es   la   única manera de que todos   participen con una misma tasa de ganancia independientemente  del número de aslaraidos que trabajen en sus fábricas individuales, e indiferentemente de  la composición orgánica de sus capitales, porque son estas diferencias en la contratación los insumos en de mano de obra y medios de producción las que obligan a dicha transformación, como si se tratara de una sola fábrica en la cual medios de producción  y mano de obra de cada fábrica fungieran de  departamentos y secciones técnicamente diferentes, y  cuyos inversiones departamentales formaran una sola masa de capital que aspira determina y única tasa de ganancia.

Tal transformación la expusimos en los cuadros que ahora reproducimos y que nos permitirán entran los detalles e incidencias que tienen estos pecios de producción como base para la formación de los precios del mercado[3] de los consumidores finales.

Cuadro 3.1

   I)  250     40       44,6     334,60

II)  080     20       15,4     115,40

-----------------------------------------

       330      60       60,0     450,00

-----------------------------------------, para PP = precios de producción.

En ese Cuadro 3.1, aparecen conjugados los valores con los precios de producción (pp). Unos costes están expresados directamente en valor, y otros transformados en pp, porque   si los valores fueran iguales a los precios de venta, entonces el sector II se llevaría una mayor tasa de ganancia que el otro sector, según el Cuadro 2 que ya conocemos:

Cuadro 2

SPG Realizado al valor

------c----v----g-----P------g/c+v-----V---

I   250   40   40     330      13,8%    330

II   80    20   20    120    20,0%     120

      330   60   60     450   15,4 %    450

-------------------------------------------------

 Allí los precios (P) coinciden con los valores (V). Eso crea una inestabilidad y choca con la conciencia burguesa que impone una tasa de ganancia pareja para todos, habida cuenta de que cada capitalista siempre anda a la búsqueda de aquel mercado que dé mayor tasa.

Como nos explica David Rosenberg:

“Si en los costos de producción y la ganancia se extingue toda diferencia entre el capital variable y el capital constante, y la plusvalía aparece como fruto de todas las partes de capital, entonces en esta forma transfigurada ella debe ser igual para todos los capitales de igual magnitud.” [4]  

Precisamente, por esa ineludible consecuencia, citada  por este brillante y magnifico traductor e intérprete marxista, el logro de una igualación de las tasas de ganancias pasa por  esta segunda transformación de la plusvalía, para su traducción como precios de producción; esto es, un reparto intraclasita del plusvalor  entre los diferentes capitales, porque sólo así se explica y convalida  la realidad económica   de la plusvalía, o, lo que es lo más importante, en este segundo nivel de concreción, o  segunda transformación,  nos va la posibilidad de seguir sosteniendo y demostrando que en este sistema capitalista  rige la “explotación del hombre por el hombre”, que la ganancia empresarial  procede de la explotación de los asalariados, y no de todo el capital, sino de su parte exclusivamente variable; que la ganancia  no procede  del  mercado, como se  viene  sosteniendo desde    los empíricos y enriquecidos mercantilistas para acá, ni llega a los bolsillos burgueses como don divino merecido por el altruismo empresarial, según versiones religiosoluterans.

Bien, en el Cuadro 3[5] de entregas anteriores, también vimos cómo se trata de una demanda de medios de producción que valen 80, y son comprados al precio de 84,6, y vimos que los trabajadores y empresarios del sector I demandan bienes de consumo por valor de 84,6 a cambio de una oferta de medios de producción cuyo valor es de 80.  De perogrullo, quienes venden son los empresarios, y cualquier sobrevalor obtenido o perdido con motivo de estas transformaciones de valores en precios va con cargo ellos y no a los trabajadores. Por esta razón, los sobrantes y faltantes de valor que reflejan los precios de producción sólo se reflejan en los ingresos finales de los respectivos empresarios, en sus correspondientes ganancias.

Tales diferencias entre valor y precios de producción, favorables para el sector I y desfav. para el otro sector, van con créditos y cargos, respectivamente, para los capitalistas del sector I y II. Los capitalistas del s. I reciben un monto de 44,6 de valor trabajo en lugar de 40, y los capitalistas del sector II reciben sólo 15,4 de valor a cambio de 20 valor trabajo por concepto del plusvalor que le dejan sus trabajadores.

Un corolario importante es que sepamos respetar la diferencia entre estos precios de producción que reflejan y miden cantidades de valor, y los simples precios de mercado[6], ya que estos suelen apartarse del valor, tanto así es, que algunos precios de mercado son usados para “valorar” bienes o valores de uso que no son productos del trabajo, como la tierra, el petróleo, los minerales vírgenes, etc., todos estos son  bienes de uso que se tratan como mercancías, y como tales reciben precios de mercado. El precio de producción es un precio valor trabajo.

Ahora pasemos a ver los efectos que producen esas transformaciones en los consumidores finales:

Como las mercancías representan una simbiosis de valor de uso con valor de cambio; como este responde a una valoración social que, si a ver vamos, no guarda relación cuantitativa alguna    con la utilidad de la mercancía en juego[7]; y como valor de cambio sólo sirven para su mercadeo, y, precisamente, por esta razón el comerciante puede operar con   independencia de dicho valor de uso, y   en consecuencia, puede abandonar el coste real de su producción.

Ignora cuánto cuesta realmente las mercancías, y se limita a contabilizar sólo su precio de costo (medios de producción, depreciaciones y salarios.   Los grados de explotación del trabajador aparecen como accidentes, a tal punto de que los “buenos” patronos hasta llegan a ser muy queridos por sus explotados.

Como el valor de cambio es una   medida del trabajo socialmente empleado en su producción,   al pasar por el mercado los consumidores finales o demandantes recibe la mercancía portadora de ese valor de cambio  como valores de uso, pero para los comerciantes vendedores se trata de dinero, de valores de cambio. De allí que estos comerciantes y fabricantes puedan hacer todo tipo de malabarismos  para: 1 divorciar los precios de mercado y de venta del valor que haya costado la mercancía del inventario[8]; 2.- terminarán atribuyendo a sus astucias y organización gerencial cualquier diferencia entre precios de coste y precios de ventas, es decir le atribuirán al mercado, al trueque de valores de cambio, la fuente de sus ganancias.


Eso funciona así y perfectamente cuando pensamos que la fuerza de   trabaja requiere alimentos y afines para mantenerse en buen estado. Cuando el trabajador compra su cesta básica no efectúa un cambio de valores a la par, sino que entrega dinero a cambio de las satisfacciones que les pueda brindar la mercancía adquirida. Entrega valores cuantitativos y recibe valores cualitativos.

Pero, cuando el capitalista comerciante y el fabricante venden una mercancía venden valor trabajo, dinero transformado en mercancías, y   ese dinero quiere reponerlo con creces. El trabajador cuando consume su cesta básica, ciertamente pagó su salario, pero su uso o consumo no lo repone, sino que recibe nutrientes que lo mantienen y reponen a él, no su salario, sino a su fuerza de trabajo.  Mientras   el capitalista, al vender su mercancía repone el capital con que compró el valor de los medios de producción-abstracción hecha del precio satisfecho-y repone el salario, y también, aunque lo ignore, ve acrecentado su capital cuando el trabajador le repone su capital  añadido a  una plusvalía vaciada sobre sus medios de producción-antes de ir al mercado, donde este valor se trueca en ganancia .

 

El capitalista lleva la contabilidad que recogemos en el siguiente Cuadro 4:

Libros del capitalista

Debe

------------------------------------------------------------------------

Capital empleado en medios de producción circulantes

Depreciaciones

Alquileres

Salarios

Otros

--------------------

Costo de esos valores de uso: = X

------------------------------------------------------------------------

Haber

----------------------------------------------------------------------

Cierta cantidad de mercancías cuyo valor es el de los cargos anteriores

-----------------------

Valor de cambio estimado de esas mercancías = X

---------------------------------------------------------------------------------

Pero, según la Contabilidad marxiana, científica y verdadera:

El costo verdadero de aquellos valores de uso = X, más el plusvalor, antes de ir al mercado

 

Por supuesto, ese plusvalor que   se trueca en ganancia en el mercado, puede entonces oscilar hasta detenerse con el juego de la demanda oferta hasta que las tasas de ganancia se igualen para cada capitalista. Si el capitalista reconociera la plusvalía, en sus libros aparecería ésta y sabría de inmediato que su tasa de ganancia difiere en un más o en un menos de la obtenida en otras fábricas con diferente composición orgánica de capital. Lo que hizo Marx fue descubrir la contabilidad oculta ante los cegatos ojos de un comerciante que todavía se hallaba- y así sigue- en las acuosas y oscuras rutas mediterráneas de aquel Oriente Cercano desde donde los fenicios partían   repletos de mercancías para cambiarlas por dinero o por otras mercancías exóticas.

En resumen: o se respetan los precios de producción como precios calculados   a partir de los valores de las mercancías, o naufraga  la teoría del valor, de la plusvalía, de la explotación del asalariado, o seguimos ignorando el origen de la riqueza, con lo cual habría que empezar a quemar todos los libros sobre Economía, tanto marxistas como premarxistas y posmarxistas, porque sin conocer ese origen no habremos hecho otra cosa que especular sobre bizantinidades.  



[2] Carlos Marx, El Capital, Libro III, Sección II, Cap. IX.

[3] Los precios de mercado también se forman a partir del valor de las mercancías, pero en muchos casos se “deforman” por desajustes en la ofertademanda (escasez), y también se forman cuando se “valora” o aprecia  la utilidad de bienes que no han recibido trabajo alguno, como los bienes útiles silvestres, el petróleo, minerales, la tierra,  etc.

[4] David Rosenberg, Comentarios a los 3 Tomos de El capital, Libro 2, Cap. IX.

[6] Cónfer: Nota 3

[7] El petróleo no cuesta nada, con él sólo se comercia   y alcanza elevados precios, pero en este caso por su utilidad para la fabricación de otros valores de cambio y no por su utilidad per se. 

[8] El remarcaje de precios es una práctica académicamente inscrita en los textos de las bibliotecas de prestigiosas universidades burguesas.



[i] Hemos venido creando la serie de entregas virtuales sobre Economía Científica Política, y sobre Economía Vulgar, bajo la envolvente denominación de: “Conozcamos” y afines. Su compilación posterior la llamaré. “Conozcamos El Capital”, un proyecto de literatura económica cuya ejecución se mueve al ritmo y velocidad de los nuevos “conozcamos” que vamos aportando y creando con la praxis correspondiente. Agradecemos a “aporrea.org”, a su excelente y calificado personal, “ductor” y gerencial, toda esa generosa puerta abierta que nos vienen brindando, a mí,   y con ello a todos los lectores virtuales del mundo moderno.

marmac@cantv.net



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Manuel C. Martínez


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