Efectivamente
la cuarta República decidió entregar nuestras riquezas y soberanía
al imperio Yanki, para colocar en un lugar privilegiado a las clases
acomodadas de la burguesía nacional vinculada a sectores políticos
corruptos que en definitiva aplastaron nuestros pueblos durante las
cuatro décadas de finales del siglo pasado en una suerte de entreguismo
económico a los intereses estadounidenses acompañado de una política
injerencista tanto militar como no militar por parte de los Estados
Unidos.
A la luz de
la caída del bloque soviético, sólo el caracazo del 89 retumbaba
los oídos del mundo, ante una arremetida neoliberal del Fondo Monetario
Internacional liderado por su amo del norte, es así como el 04
de febrero y el 27 de noviembre de 1.992, las Fuerzas Armadas en un
camino de lealtad a su pueblo y su compromiso con los más desposeídos
se levantaron en armas no sólo ante una crisis profunda de las clases
gobernantes de entonces sino contra toda forma de intervención extranjera
en Venezuela.
El resultado
de todo un proceso político de cambio fue la victoria del Presidente
Chávez en 1.998, con lo que se inicia una coyuntura política que significó
un giro contundente en la historia Venezolana, para reivindicar los
ideales de nuestro libertador y levantar la bandera de la revolución
Bolivariana, dando por primera vez plena soberanía a nuestras riquezas,
la economía, la política nacional y las relaciones internacionales
de Venezuela, además de un acercamiento con los movimientos sociales
anti-imperialistas del mundo.
De tal forma
en sus primeros años la revolución Bolivariana dedicó parte
importante de su tiempo a suplir la inmensa deuda social del nefasto
pasado neoliberal, a tal punto que llevó la inflación a 12,3
puntos porcentuales frente a más de 100% en los años previos de la
cuarta república, de tal forma que el proceso político liderado por
Chávez generaba resultados que simbolizaban un cambio importante en
lo social y económico del país.
Pero la necesidad
de ser soberano e independiente nos obligaba a tomar el control del
Petróleo Venezolano, ello significaba luchar contra los intereses de
los Estados Unidos que se apropiaban al mejor estilo de “malandro”
de corbata de nuestra riqueza energética como si fuera su propia caja
chica, ante tales intereses un conflicto era necesario y la política
de injerencia gringa en acuerdo con la burguesía nacional decidieron
el 11 de abril de 2.002 asaltar el poder del pueblo que por primera
vez se veía representado en Miraflores y hacía suya la gestión gubernamental;
hoy quienes aspiran ser los contrincantes del Presidente Chávez en
las presidenciales del 2.012 tuvieron un sitial de horror en aquellos
fatídicos 11, 12 y 13 de abril del 2.002.
De tal forma
que en una acción cívica – militar, el líder de la revolución
retoma las riendas del poder con un mensaje de paz, llamando a hacer
Política a la oposición, sin embargo la estrategia imperial para volver
al poder en Venezuela desde entonces ha significado desde los Estados
Unidos sabotear económicamente, comunicacionalmente y hasta militarmente
nuestra soberanía, el paro petrolero, la ampliación de la cuarta flota
y el comando sur alrededor de Venezuela, la agresión permanente a través
de sus medios privados de comunicación de espectro internacional, configuran
un escenario que prepara una posible invasión o agresión militar extranjera
liderado por el mismo imperio.
Es así
como resulta necesario más que nunca consolidar las bases de una verdadera
organización, social, cívico-militar, regional y continental que permita
dar pasos importantes en la constitución de un gran frente de paz que
permita combatir los deseos guerreristas del imperio norteamericano.
"Las ideas no necesitan
ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las
grandes masas." Fidel Castro Ruz
www.masrevolución.blogspot.com
Twitter: @nortega16232