Corría finales de la década de los 80, culminaba el nefasto gobierno de Jaime Lusinchi, caracterizado por una feroz represión contra el movimiento estudiantil, quien durante su gestión gubernamental le había hecho una feroz resistencia a sus políticas privatizadoras de la educación. Con la victoria de Carlos Andrés Pérez, el pueblo ansiaba un viraje hacia lo que fuera su primera gestión de gobierno en los años 70, “pleno empleo”, mejores condiciones de vida, la vuelta a la “Venezuela Saudita”, como se le conoció. La realidad dejada por el gobierno de Lusinchi y muy bien maquillada por su ministro de propaganda Carlos Croes, sí ese que vemos por la pantalla de Televen, hacía aguas; la mentira, como siempre constatamos, tiene pies cortos. Para enfrentar la crisis que se avizoraba en el horizonte, el nuevo gobierno de Carlos Andrés se abrazaba férreamente al Fondo Monetario Internacional como tabla de salvación. En el resto del planeta, la hegemonía ideológica, en materia económica se sustentaba en el Neoliberalismo; en nuestro país, la meca de tal ideología, se situaba en el IESA, institución educativa que, para esos años, era la que marcaba la pauta en formación neoliberal.
Con la victoria de Pérez, éste se monta en la elaboración de un plan anticrisis, para lo cual designa como ministro de CORDIPLAN a Miguel Rodríguez, muy vinculado al Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA como profesor e investigador, quien se le presenta al País como un profesional de altísimos conocimientos, en fin, el hombre ideal para enfrentar la crisis heredada del nefasto gobierno de Lusinchi, bien maquillado por su ministro de propaganda, Carlos Croes, el mismo que vemos por Televen. CAP se propuso implementar un programa neoliberal de transformación de la economía. A ese programa se le conoció con el nombre de “paquete económico”, el cual fue diseñado siguiendo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y bajo la tutela del prestigioso economista Miguel Rodríguez. Algunas de las medidas tomadas por Pérez fueron la privatización de las empresas públicas, reformas fiscales, disminución de aranceles, eliminación de las subvenciones y protección del Estado a empresas privadas, fomento de la descentralización y reducción del tamaño del Estado. Carlos Andrés buscaba obtener préstamos por 4.500 millones de dólares en los siguientes tres años de su gobierno; intensificando los compromisos con el FMI.
Anunciando al país, el 16 de febrero, la aplicación de un paquete macroeconómico, el “paquetico Rodríguez” como se conoció dicho plan, cuya autoría se le adjudica al economista Miguel Rodríguez (ex ”marxista”). Pero, como dice Sartelli, los pequeños patrones o capataces de la burguesía, que vienen del proletariado, suelen ser peores y más reaccionarios que a quienes defienden, otro ejemplo, lo sería Teodoro Petkoff a quien se le adjudica el mayor robo de toda nuestra historia: las Prestaciones Sociales de las/los trabajadores venezolanos.
Pues bien, continuando en materia, Miguel Rodríguez elabora un plan anti crisis de marcado corte neoliberal, siguiendo directrices emanadas directamente del FMI, solo que, como era costumbre en la cuarta república, en cuanto a su dinámica de planificar sus políticas nacionales, el Pueblo no contaba para nada.
Y para su infortunio, cuando inician la aplicación del Plan de Ajustes Neoliberal, la variable no contemplada, el Pueblo, hizo presencia y desbarató todo lo que dicho plan estimaba ajustar, surgió lo que, hasta el presente conocemos en nuestra historia patria como “el caracazo”, más de 3 mil muertos, el mayor genocidio del siglo XX venezolano y que terminaría, incluso, hasta con el mismo gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Esa forma de planificar sus políticas, por parte de los gobiernos de la burguesía apátrida y sus partidos AD y Copei, pareciera como enquistada en el gobierno que nos dimos hace 11 años, y que nos ha propuesto la ruptura con las políticas neoliberales que recibiéramos como herencia. No obstante, la realidad se obstina en demostrarnos cuán equivocados estamos, y no puede ser para menos, si constatamos que el viejo Estado burgués anda vivito y coleando, cual no le hubiéramos afectado en lo más mínimo en sus cimientos.
La Planificación no pareciera ser el fuerte del gobierno que dirige el Camarada Hugo Chávez, pese a que se ha creado un Ministerio de Finanzas y Planificación, dirigido por un Camarada que se ha dedicado, por entero, al estudio de esa materia, pero, como decimos en criollo, “en casa de herrero, cuchillo de palo”.
La importancia de la Planificación, años antes, la esbozaban nuestros clásicos del Socialismo, el Camarada Engels así lo expresaba: “Por cierto, la sociedad estará obligada a saber incluso entonces cuánto trabajo hace falta para producir cada objeto de uso. Tendrá que establecer el plan de la producción de acuerdo con los medios de producción, entre los cuales se hallan muy especialmente las fuerzas de trabajo. Al fin y al cabo, son los efectos útiles de los diversos objetos de uso, comparados entre sí y en relación con las cantidades de trabajo necesarias para su producción, los que determinarán el plan. La gente regulará todo muy simplemente, sin la intervención del famoso 'valor'” (Engels, Anti-Dühring).
El Comandante Ernesto "Che" Guevara señaló hace ya más de 40 años que: "…la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza por fin a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta: la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista..." (Guevara, 1964). Jorge Giordani, planificador, ha esbozado ideas sobre nuestra economía que aún no concreta en un Plan Nacional de Desarrollo Socialista, por llamarlo de alguna forma, “Para superar el modelo rentista se requiere de un poder productivo basado en el trabajo. Si queremos socialismo debemos hallar una lógica del trabajo que supere las contradicciones de esta sociedad rentista, aunque eso no significa que dejemos de lado la actividad petrolera”, manifestó durante una conferencia que sirvió para dar inicio a un proyecto de formación por internet de la Escuela Venezolana de Planificación (EVP) denominado “Gestión del conocimiento a distancia para el fortalecimiento de la formación e información”. Giordani consideró que no es fácil cambiar el sistema de cultura rentístico implementado por décadas, así como pasar de una lógica del capital a una lógica del trabajo, por lo cual invitó a fortalecer el nivel crítico y de conciencia de todos los venezolanos que siguen el proyecto de país propuesto por el Ejecutivo, para conseguir un modelo productivo-socialista sustentable. Esto que nos propone debiera estar establecido en el único intento, en estos 11 años, de establecer un modelo de planificación nacional, el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista, Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, más largo el nombre, pero que, no pasa de ser un Plan más bien político de aspiraciones de país, que no contiene metas a corto, ni mediano plazo, mucho menos cifras y estadísticas de los objetivos a alcanzar.
Otros intentos, hechos por el Camarada Chávez, fue la creación e incluso juramentación en junio de 2007, de la Comisión Central de Planificación: “La Comisión Central de Planificación está integrada por el vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Rodríguez; por la ministra del Poder Popular para las Industrias Ligeras y Comercio, María Cristina Iglesias; y por el ministro del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social, José Ramón Rivero. También están presentes los ministros del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo, Jorge Giordani; para la Economía Comunal, Pedro Morejón; para la Salud, Jesús Mantilla; para las Finanzas, Rodrigo Cabezas; para las Industrias Básicas y Minería, José Khan; para la Energía y Petróleo, Rafael Ramírez; y para la Ciencia y Tecnología, Héctor Navarro. La creación de la Comisión Central de Planificación responde, según el Jefe de Estado, a la necesidad de integrar todos los planes que desarrollan las alcaldías, gobernaciones y otros entes gubernamentales. Chávez consideró preciso lograr una estrategia, cuyo punto más importante sea la planificación exacta e integrada con todos los factores económicos, sociales y políticos del país. Esta entidad, que dirigirá el vicepresidente Jorge Rodríguez, tendrá como brazos esenciales al Ministerio del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo y al Banco Central de Venezuela (BCV)…” (Tribuna Popular, 23 de junio de 2007). Por los nombres que integraban esa Comisión y las funciones que realizan actualmente, es previsible estimar que dicha Comisión no pasó de ser un noble intento por iniciar nuestra Revolución en las labores de la Planificación. Señalaba en ese acto, el Jefe de Estado, el Camarada Chávez que: “Si el proyecto económico no funciona, difícilmente podrán funcionar los planes sociales y la lucha contra la pobreza”, indicativo de que hay conciencia sobre la importancia de la Planificación en la construcción del nuevo modelo societario propuesto.
Planificar es prever y decidir hoy las acciones que nos pueden llevar desde el presente hasta un futuro deseable. No se trata de hacer predicciones acerca del futuro sino de tomar las decisiones pertinentes para que ese futuro ocurra. Siendo la Planificación un arte, según algunos autores, es previsible que en su elaboración deban comprometerse, a la mayoría de los miembros de una organización, ya que de su legitimidad y el grado de adhesión que concite en el conjunto de los actores dependerá en gran medida del nivel de participación con que se implemente. Estas premisas nos permiten precisar algunos elementos críticos al más reciente intento de Planificación en que se ha encauzado el Gobierno Revolucionario: la Gran Misión Vivienda Venezuela.
La Gran Misión Vivienda Venezuela, cuyo lanzamiento inicial fue hecho a ser realizado el pasado 12 de Abril; llegado el día, ahora se anuncia su lanzamiento para una nueva fecha sin precisar, después de semana santa. La Misión tiene cinco vértices, que abarcan todos los aspectos relacionados con el problema. El primero es un registro nacional para identificar con precisión a las familias que en Venezuela no tienen vivienda propia o residen en situación de riesgo. El segundo punto de la Misión es un registro de los terrenos; y el tercero, uno que abarque las empresas constructoras, nacionales e internacionales, incluyendo a los trabajadores y compañías comunales y obreras. El cuarto aspecto es el financiamiento. En ese sentido, Chávez ha señalado que este año se destinarán 30.000 millones de bolívares para levantar las 150.000 viviendas: la mitad del monto lo colocará el Estado y el resto, la banca privada. El quinto vértice de la Gran Misión Vivienda Venezuela abarca los materiales de construcción. Esto según se desprende, de lo informado por el propio Camarada Chávez y sus ministros y ministras.
Como puede apreciarse, en la Planificación esbozada públicamente hasta ahora, no se menciona un ápice de los protagonistas ejecutores del Plan, los trabajadores y trabajadoras que harán posible la construcción de las viviendas, ya sea quienes lo hagan en la construcción directamente, o extrayendo las materias primas o procesándolas, o quienes desde la oficina estarán procesando las solicitudes, en fin, el hombre o la mujer que aportará su trabajo o pequeño granito de arena para que las estimadas, 2 millones de unidades habitacionales, en 2 años puedan ser una realidad, para satisfacción de nuestro Pueblo. Es el viejo estilo del Estado burgués de Planificar las cosas, que aún pervive en nuestras mentes, quien se hace presente.
Y no podía ser para menos, en paralelo al lanzamiento de la Gran Misión revientan las protestas de las trabajadoras/trabajadores de CEMEX, en particular Planta Pertigalete, “atravesando una crisis que ya se torna insostenible. Por tal motivo, desde el viernes 1º de abril del presente año declaramos la industria en emergencia, gracias al autismo y a la política de oídos sordos de las autoridades de la actual junta de transición, quienes han demostrado en todo momento falta de interés y un profundo desprecio para atender y solventar los problemas de quienes laboran en la producción y generación de los bienes destinados para la producción de viviendas y obras de primera necesidad en beneficio del pueblo”, así lo declaro José Guerra, miembro de la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cementera del Estado Anzoátegui (SINTRACEA) y miembro de la Alianza Nacional de Trabajadores Cementeros (ANTRACEM). Alertándonos que algo no va bien en la Planificación de la Gran Misión, como ya pareciera una norma de nuestra Revolución, los trabajadores y trabajadoras de la Patria, los grandes olvidados/olvidadas. Paradojas, en un gobierno que se ha definido como “obrerista”…
Más adelante, los camaradas trabajadores/trabajadoras sentencian con vehemencia: “Con dolor y molestia, recordó que hasta ahora “tanto la junta de transición como las autoridades gubernamentales nos han dejado sin una salida, en algunos casos se han burlado del pueblo: La salida que tenemos es la conflictiva, ya que hemos agotado de buena fe y lealtad revolucionaria todas las instancias posibles: Asamblea Nacional, Ministerio del Trabajo, INPSASEL, Gobernación del Estado Anzoátegui, Alcaldías de los Municipios Bolívar, Sotillo, Guanta del Edo Anzoátegui, y las direcciones del PSUV. Todos son responsables directos o indirectos del destrozo de nuestro poder adquisitivo, desmejorando considerablemente nuestra calidad de vida, llevando a la empresa a que en un muy poco tiempo tenga que subsidiar sus operaciones, ya que al ritmo que se lleva y administra no va a ser autosustentable, sino que vamos hacia su quiebra, en perjuicio del pueblo”. (Aporrea, 11-04-2011).
La planificación en la visión del Che no era tan solo una tarea económica, sino que era política y social, incluía el desarrollo planificado y proporcional de la economía y la creación de un nuevo tipo de relaciones humanas, la creación del hombre nuevo. Convirtamos la Gran Misión Vivienda Venezuela, en una labor de Planificación estratégica de la nueva sociedad, del trajín solo queda el cansancio.
Camarada Chávez, afine hasta el último detalle de esta labor planificadora, recuerde sus palabras: “el diablo está en los detalles…”, que el lanzamiento de esta Gran Misión sea una muestra de lo que la Planificación es posible realizar, anúncienos hasta los días en que se entregarán las viviendas a sus beneficiarios, ello es posible sólo sí, la tarea se ha realizado cabalmente, y tal muestra de eficiencia, sí es posible en este Gobierno…
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