La actual tasa de interés activa de Venezuela es de 17,1%. Cuando se habla de la tasa de interés se refiere al costo del dinero, y esta tasa hace al bolívar en una moneda de mucho valor o muy cara, pues al comparar la tasa de interés activa ligada al dólar norteamericano, este se promedia en 3,25%, en Canadá 3%, en la Eurozona en 1,25%, Suiza en 0,52%, en Gran Bretaña 0,50%, en Australia 4,75%, en Hong Kong 5,25%.
Esta situación debería estar atrayendo miles de millones en inversiones al país, puesto que las bajas tasas en el mundo, hace de Venezuela un atractivo por el alto rendimiento que pagan los principales bancos del país y que regula el Banco Central de Venezuela (BCV).
Una alta tasa de interés debería ayudar a tener un indicador de inflación muy bajo, el alto costo del bolívar debería correlacionarse con una inflación en decimales, menos de un dígito. El venezolano estaría demandando bolívares para ahorrar y proteger su patrimonio y no especulando contra la moneda local. Pero la inflación en Venezuela se encuentra anualizada para marzo de 2011 en 27,40%, es decir que el indicador de precios, le saca 10,3 puntos de ventaja a la tasa activa, más aún a la tasa pasiva, anulando la posibilidad de demandar la moneda local como protección y mantener ahorros e inversiones en la banca.
Esta situación empuja a aumentar la demanda de crédito, brindando al solicitante de préstamos bancarios un rendimiento adicional sobre el anticipo solicitado.
En la evolución de la liquidez monetaria en el país –bolívares en circulación- en un año aumentó en 28,08%, muy similar a la inflación anualizada, pero con la desventaja que la producción interna no acompaña al indicador de liquidez en su subida, explicando así uno de los principales orígenes de la inflación en Venezuela, la poca producción interna. En 2010 el PIB cerró en -1,9%, menos productos y más dinero circulando, escenario ideal para la inflación. Entonces por este lado se le resta atractivo al bolívar.
Pero lo que está ocurriendo se puede considerar una verdadera carnicería. Por ejemplo, un vehículo tipo rústico en Venezuela tiene un precio de Bs 450 mil, en otro país el mismo automóvil con algunas variaciones menores tiene un precio de 25 mil dólares. Si el precio en bolívares se divide en el precio en dólares, se obtiene que el mismo producto lo venden en Venezuela con un dólar en Bs 18,00, es decir con rendimiento de 318,60% si se compara con el dólar oficial de 4,30, pero como se viene señalando que ese dólar “no se consigue”, entonces con el dólar paralelo el rendimiento es de 123,60%, 106,5 puntos por encima de la tasa de interés en Venezuela, 96,2 puntos por encima de la inflación venezolana y 95,52 puntos por encima del crecimiento de liquidez monetaria por parte del BCV. Lo mismo ocurre con el precio de apartamentos, viviendas, locales y de muchos rubros que han ido a parar en el “mercado negro”.
En este escenario se puede decir que hay crédito barato en Venezuela, es una ventana abierta para apuntalar la producción interna de modo que el bolívar tenga más respaldo real, apuntalando su valor por aumento de producción de bienes y servicios y estimulando a su vez el empleo, el aumento de la producción ayudaría a derrotar los excesivos abusos e irracionales precios de vehículos, viviendas y otros bienes y servicios, bajo una percepción de riesgo exagerada y fuera de fundamentos. Vale decir que en estas circunstancias el bolívar está barato o sobrevendido, a pesar de la alta tasa de interés que se tiene ligada al mismo.
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02-05-2011
CNP 16478