En estos momentos las comunidades indígenas de la etnia Barí, que habitan en la Sierra de Perijá, están librando una batalla más en contra de empresas
carboníferas las cuales han penetrado casi todos los territorios ocupados por las etnias Barí y Yuckpa en la Sierra de Perijá.
En el pasado, en la cuarta república, estas mismas comunidades indígenas libraron luchas similares, y entes gubernamentales de aquel entonces los acusaron de estar manipulados por la “guerrilla colombiana”. Así lo manifestó en aquella oportunidad la diputada Isbelia Urdaneta, presidenta del Bloque Parlamentario
Zuliano en entrevista publicada en el Diario Panorama, el domingo 23 de junio de 1996, en los siguientes términos: “... no solamente la guerrilla colombiana está influenciando negativamente al desarrollo fronterizo, el fomento de la tala, quema, sembradíos para producción de drogas, sino que igualmente están talando la mente de los indígenas venezolanos que se ubican en áreas fronterizas para que se conviertan en factor que impida el desarrollo de la zona venezolana, ...” (subrayado nuestro).
Estas acusaciones fueron desmentidas por José Arakdou, cacique de la comunidad de Bokshí, en el diario Panorama del 29/10/96, de la siguiente manera: “No lo
hicimos por influencia de la guerrilla, lo hicimos porque es lo único que tenemos, nuestra naturaleza, nuestros ríos, nuestros árboles, nuestros animales, Parece que el gobierno no ha comprendido que somos zulianos, venezolanos y ciudadanos con los mismos derechos de los que viven en la ciudad, en la montaña o en los bosques. La sierra es el último pulmón del Zulia y atentar contra ella es hacerlo contra todo el estado. No querremos culminar como Cabimas o El Guasare, donde después de la depredación nadie responde y sólo queda el dolor de una naturaleza
muerta y las penas de sus habitantes. Ya tenemos suficientes problemas para que nos exterminen con este tan fulminante”.
En fecha 11 de junio de 1996, fue publicado en el diario La Columna de esta localidad, declaraciones dadas por este cacique de la comunidad de Boksí, en el
marco de una reunión con el Secretario de Gobierno, en aquel entonces, Salvador González, para denunciar el inicio de trabajos de explotación en la Sierra de
Perijá, por parte de compañías mineras nacionales y extranjeras, en los términos siguientes: “ Queremos que la Sierra se respete. Hemos escuchado decir que van a hacer estudios, perforaciones, exploraciones y explotaciones y queremos dejar muy claro, que lo que para muchos es desarrollo económico y progreso, para nosotros significa muerte, exterminio, contaminación y despojo”.
Durante el régimen de la cuarta república, entes gubernamentales propiciaron por los medios de comunicación una campaña sucia, acusando a los indígenas de estar manipulados por la “guerrilla colombiana”, al no permitir la penetración de las compañías explotadoras a sus territorios. También se vinculó con la guerrilla colombiana a todos los no indígenas que apoyaron sus reivindicaciones, y a las organizaciones no gubernamentales e instituciones oficiales que se involucraron en la problemática indígena. Fueron acusados funcionarios del IAN, profesores de LUZ, diputados, abogados, etc, por colocarse al lado de las luchas indígenas. Esta campaña, correspondía a los intereses económicos involucrados, perseguía crear una matriz de opinión que justificara nuevas agresiones y masacres contra los pueblos indígenas, bajo el argumento de ser “guerrilleros”, cuando en realidad los Barí y Yukpa simplemente reivindicaban su mas elemental derecho a la vida y a poseer los escasos y lejanos territorios en los cuales han sido arrinconados por el avance destructor de la “civilización”.
Para asombro de todos, en esta quinta república se le ha dado continuidad a los planes perversos iniciados por la cuarta república en la explotación del carbón
en la Sierra de Perijá, a pesar de que la explotación carbonífera constituye el exterminio de las comunidades indígenas de la zona,; del ecosistema de la Sierra, de los bosques tropicales los cuales poseen el mayor número de especies de plantas y animales por unidad de superficie entre todos los ecosistemas del mundo. Por cuanto el deterioro de ese ecosistema afecta en primer lugar los recursos hidrogáficos que surten de agua a la ciudad de Maracaibo y a toda la Costa Oriental del Lago. Advertencias planteadas por diferentes científicos y personalidades como el prof. Lusbi Portillo y Miguel Angel Pietrangeli, de la Facultad Experimental de Ciencias de LUZ, la ex senadora Lucia Antillano, que fuera presidenta de la Comisión de Ambiente del extinto Senado y las propias comunidades indígenas que habitan en la Sierra de Perijá, quienes plantean la inconveniencia de las explotaciones mineras en la Sierra.
Y también para asombro de todos, y con el mismo libreto de ayer, sectores gubernamentales emprenden una campaña sucia en contra de las comunidades y
sectores que se oponen a la explotación del carbón, antes los tildaban de “guerrilleros”, hoy los señalan de “contrarrevolucionarios”, “mafia verde” y de estar dirigidos por la CIA, según declaraciones dadas por el general de brigada Carlos Eduardo Martínez Mendoza, Presidente de Corpozulia, en el marco del II CONGRESO BOLIVARIANO DE LOS PUEBLOS, el 8 de diciembre de 2004, “Así como existía en Venezuela una mafia de los derechos humanos, los ambientalistas forman una “ MAFIA VERDE”... cada paso que yo doy lo conoce el Presidente Chavez y el negocio del carbón en la Sierra de Perijá es una política de Estado... Con Kyoto o sin Kyoto el negocio del carbón es una realidad” (Las Verdades de Miguel, Guerra por el Agua, página 12, del 14 al 20 de Enero de 2005).
Reiteramos los planteamientos que señalamos en un artículo publicado en la Revista de Artes y Humanidades, de la Universidad Católica Cecilio Acosta
(UNICA), N° 10, “ Los daños ecológicos que se seguirán causando a la Sierra si se continúan en ella la explotación petrolera y carbonífera, superan con
creces las “ganancias” fiscales que generarían para el país la acción de las compañías extranjeras. Es un hecho palpable que, con cada año que pasa, la ciudad de Maracaibo acentúa sus problemas con el suministro de agua potable, la cual proviene en su totalidad de las fuentes hídricas de la Sierra de Perijá. En pocos años Maracaibo puede convertirse en una ciudad inhabitable, cuando las empresas carboníferas hayan abandonado el país llevándose sus ganancias. ... La
exportación de minerales nos coloca de nuevo en el último eslabón de la cadena productiva de la globalización. Si bien no debemos renunciar a explotar nuestras riquezas minerales, el énfasis principal hay que colocarlo en otros sectores de la producción y de la misma investigación científica-técnica. Y en ningún caso, la explotación de nuestros recursos naturales debe hacerse a costa de la destrucción del medio ambiente y la afectación de comunidades populares, como en este caso sucede con los indígenas.”.
Actualmente, comunidades indígenas Barí y Wayú, realizaron el jueves 24 de febrero en Maracaibo una protesta a las puertas de la sede administrativa de
una empresa carbonífera irlandesa, la cual según los propios manifestantes, pretende despojarlos de sus tierras con el apoyo de la Guardia Nacional. Asimismo,
fue retenido por los indígenas Barí de la zona del Río de Oro un ciudadano chileno perteneciente a esa trasnacional del carbón, el cual se encontraba dentro
de territorio indígena en compañía de otras personas, realizando actividades de exploración minera. Todos los equipos de dicha compañía fueron retenidos por los indígenas Barí, los cuales se presentaron en un número de 600, según informó la emisora Fé y Alegría en Maracaibo. Aunque usted no lo crea debemos seguir luchando como en la cuarta república.
Exigimos respeto estricto a los preceptos constitucionales que garantizan el respeto al hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas (artículo 119), pues los derechos sobre sus tierras son fundamentales para garantizar su desarrollo y sus formas de vida como pueblo. Igualmente, al artículo 120 de la constitución, que establece que el aprovechamiento de los recursos naturales en los hábitat indígenas, por parte del estado, se hará sin lesionar la integridad cultural, social y económica de los mismos, y está sujeto a previa información y consulta a las comunidades indígenas. Las comunidades Barí, Yuckpa y Wayúu ya han emitido públicamente su opinión: no desean la explotación del carbón en la Sierra de Perijá.