La primera vía expuesta,
la de la desaparición del sector privado productivo y comercial, además
se divide entre aquellos que apoyan el control absoluto del Estado sobre
los medios de producción y aquellos que creen que los medios de producción
deben estar en manos de la clase obrera y/o la organización comunal,
mientras que la segunda vía se divide entre aquellos que creen que
el control de los medios de producción debe centrarse en la clase obrera;
aquellos que asumen que la vía de constitución de un Estado Comunal
implica que el control de los medios de producción esté centrada en
las comunidades organizadas; aquellos que piensan que el sector privado
debe mantener el control de la mayoría de los medios de producción
hasta que la clase obrera esté capacitada para tal fin; aquellos que
piensan que las comunidades organizadas deben ejercer el control y los
que asumen que el sector privado es el mejor emprendedor para el desarrollo
de las fuerzas productivas en coexistencia con formas obreras y comunitarias
alternativas.
Una última corriente
asume lo que dictamine el líder, o porque creen ciegamente en él o
porque su interés es enriquecerse de cualquier manera. Esta corriente,
no será objeto de análisis por ahora en esta columna.
Estas diversas corrientes
también confrontan un amplio dilema. La historia ha demostrado
que la primera vía (la desaparición del sector productivo y comercial
privado) donde se ha tratado de implementar ha sido como consecuencia
de una revolución violenta, un asalto al Estado en manos de la clase
obrera, cosa que en Venezuela no ha pasado nunca, mientras que la segunda,
en sus diversas modalidades es viable en Estados donde la democracia
procedimental (electoral) tiene hegemonía, ese es el caso venezolano.
La primera vía citada
se atribuyen ser los herederos del socialismo real, marxista-leninista,
la segunda vía es calificada por la primera como reformista, cosa a
la que se resisten algunas de sus corrientes asumiendo que la relatividad
de los tiempos implica la adaptación del pensamiento de Marx al contexto,
pero preservando su esencia, así se autodenomina del “socialismo
bolivariano”.
Sin pretender identificarme
en alguna de estas vías y corrientes por ahora, la verdad avasalla
a la primera vía ya que la revolución bolivariana desarrollada desde
el Estado a partir de 1999 (aunque la realidad es que este proceso se
declara socialista desde el año 2005) ha sido sostenida por la democracia
basada en los procesos electorales, por lo que el control real de las
políticas públicas se sostiene en el dilema de si darle más o menos
espacio al sector productivo y comercial privado, pero su desaparición
no está planteada.
Además, algunos elementos
que sostienen esta segunda vía es que aún en Venezuela el 70% del
PIB proviene del sector privado y el 70% del empleo es igualmente generado
por éste sector.
Este análisis viene
como consecuencia de un hecho que creo importante en estos últimos
días. Empresarios por Venezuela (EMPREVEN), organización de micro,
pequeños y medianos empresarios que asumen un apoyo incondicional al
proceso revolucionario y al Presidente Chávez invita a FEDECAMARAS
(Organización gremial empresarial golpista) a sentarse juntos en la
necesidad de apoyar a la Gran Misión Vivienda Venezuela con el fin
de que el Estado logre el objetivo de construir 2 millones de viviendas
en 7 años, empresa ambiciosa por cierto; el asunto en cuestión radica
primero en comprender que una organización como EMPREVEN exista, cosa
que es totalmente explicable desde la segunda vía ya planteada, y además
comprender que se invite al sector privado opositor con el fin de que
se logre una meta trazada por un gobierno revolucionario que plantea
la vía del socialismo como un asunto de Estado.
Sé que de inmediato
asaltarán muchas dudas entre quienes piensan que se identifican con
algunas de las vías, la marxista-leninista y la del socialismo bolivariano,
pero lo que estoy seguro es que al razonar las dificultades de una revolución
pacífica comprenderán que esto no es descabellado.
Descabellado sería
si EMPREVEN negocia con FEDECAMARAS, pero que EMPREVEN asuma que sentarse
a dialogar no implica una negociación, y que la idea sería sentarse
para formular una propuesta que sume a la resolución concreta del problema
habitacional, es importante para el logro del objetivo trazado por el
gobierno revolucionario en cuanto a la meta de 2 millones de viviendas
en 7 años, tomando en cuenta que el 70% de lo que podamos producir
seguro está en manos del sector privado, y esto podría reflejar el
anticipo (sin presumir que FEDECAMARAS tiene algún afán revolucionario)
que la Gran Misión Vivienda Venezuela, puede unir transitoriamente
a dos sectores privados disímiles en un mismo fin.
Quizá, para decepción
de algunos, quizá para claridad de otros, nuestro gobierno es socialdemócrata
aún, pero de la socialdemocracia originaria de Karl Kautsky, aspirando
a no ser la de Eduard Bernstein, sino el socialismo que tiende al pensamiento
del venezolano Ludovico Silva y al peruano Mariategui. Pero en esa transición
el sector privado no sólo coexiste, sino que es estratégico para el
desarrollo de las fuerzas productivas, pero de manera controlada. Sería
un gran infantilismo imaginar lo contrario de inmediato, ya que en doce
años el porcentaje de participación del Estado en el PIB incluso ha
disminuido 2 puntos porcentuales.
No nos chupamos el
dedo, FEDECAMARAS es golpista y antisocialista, pero la otra verdad
es que el 70% de la fuerza productiva del país está en manos de EMPREVEN
y FEDECAMARAS, es por ello que creemos que es importante que quede en
manos de FEDECAMARAS la decisión de si apoyar al pueblo venezolano
en una misión tan noble como la Gran Misión Vivienda Venezuela, o
si seguirán siendo tan mercenarios que arriesguen las posibles ganancias
para el país y para sus empresas nacionales a cambio del apoyo del
mercenario imperialismo de los Estados Unidos.
Nicmer N. Evans
@NicmerEvans