Bin Laden alerta roja

No es la que le sembraron a Joaquín Pérez cuando voló hacia Venezuela. Un estado de guerra mundial permanente y prolongada se profundiza con el asesinato de Bin Laden, cuando ya el poder militar-financiero del mundo no lo necesita vivo. De villano lo trasmutan en héroe a la medida de las necesidades del imperio. Que surjan cientos de Bin Laden es una emoción. En Wall Street y el Pentágono se frotan las manos, pues les viene como anillo al dedo para legitimar la ofensiva final contra la humanidad en nombre del capital y cubrir con una estratagema religiosa, la necesidad de superar con la guerra y el totalitarismo, la profunda crisis que vive el capitalismo. En Egipto ya hay enfrentamientos entre cristianos y musulmanes.

La guerra, la seguridad, las cárceles, la tortura y todas las formas del terror se van privatizando, a cambio de millones de dólares en ganancias, garantizados por el Pentágono, la OTAN y lo que vaya quedando de la ONU.

El Sur está siendo desintegrado por los centros de poder mundial. Las alianzas estratégicas se concretan preparando el golpe final contra la Alba, Petrocaribe y la revolución bolivariana. Es vital, más allá de alianzas tácticas de conveniencia, recomponer y revitalizar la unidad estratégica con los movimientos sociales y las naciones progresistas mediante una fuerte contraofensiva internacional y la plena vigencia de la democracia participativa y el poder popular. Las elecciones de 2012 se pueden ganar en las urnas, pero pueden estar perdidas en el tablero de la geopolítica mundial, que podría ser minimizado con movilización política y social. El pacto del Pacífico puede ser plomo en el ala para la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

El asesinato de Bin Laden se hizo en nombre de la "justicia" y la reivindicación de la tortura. Obama sube en las encuestas en nombre de la muerte; mientras, más estadounidenses se empobrecen. Hay una antihumanidad que estalla llevándose por delante utopías altruistas fundadas en el amor, la solidaridad y la fraternidad humanas.

La refundación de la ONU con un plan para 2015, un programa mínimo para unir al Sur, la movilización de las fuerzas mundiales por la paz, más la garantía de bienestar social, son esenciales para salvar la revolución bolivariana.


julio.escalona99@yahoo.com


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Julio Escalona


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